La pesada carga de un padre que espera justicia para su hija
A 2 años del crimen de Agustina Bustos, su papá Eduardo aguarda el juicio, fijado para el mes que viene, aunque sujeto a la pandemia. Cree que la autoría de Matías Moreno está "prácticamente probada".
“Recién venía pensando y me parece que no pasó. No sé si es por la negación, pero hay veces que me parece que no sucedió. Y cuando algo me lleva a ver la realidad y me doy cuenta, me derrumbo por completo”.
Transcurrieron 2 años y Eduardo Bustos carga como puede la mochila del dolor. Aún le cuesta aceptar que Agustina, su hija de apenas 19 años, ya no está físicamente.
"En mi casa nos levantamos y lo primero que hacemos es mirar la puerta y ver si sale de su habitación. Como esto es tan inverosímil y no tiene razón de ser, cuesta muchísimo asimilarlo", explica.
Como cada aniversario de aquella noche fatídica del 3 de abril de 2018, en el barrio Rucci, siente días "bastante pesados". Se transporta hacia esa fecha, inevitablemente.
Aunque también asume cierta expectativa por lo que está por venir: el juicio al único detenido de asestarle a Agustina una puñalada en medio de un robo, Matías Diego Moreno, de 20 años.
"La culpabilidad (de Moreno) ya está prácticamente probada; ahora lo que importa es cómo se va a calificar legalmente el hecho", opina.
Bustos cree que el abogado del sospechoso, Valentín Fernández, intentará que se lo condene por "homicidio en ocasión de robo", mientras que el fiscal Jorge Viego buscará alcanzar el homicidio criminis causa (matar para ocultar otro delito, en este caso el robo).
Hay una clara diferencia en el resultado: la primera calificación legal prevé penas de entre 10 y 25 años de prisión y la segunda, prisión perpetua.
El Tribunal en lo Criminal N° 1 estará a cargo del debate y por el momento se mantienen vigentes las fechas originales de debate, entre el 11 y el 13 de mayo próximos, aunque la evolución de la pandemia del Covid-19 puede trastocar los planes.
Según una fuente del caso, "por ahora se mantienen las fechas e iremos evaluando (una posible reprogramación) sobre la marcha".
El juez Hugo De Rosa, que actuará como juez técnico durante el juicio popular, definirá en estos días si se respetan las fechas iniciales o el debate se pospondrá.
"Por el momento sigue todo igual, pero las notificaciones a los candidatos a jurados no se deben estar enviando”, especula el informante.
"No creo que se pueda hacer"
Las abogadas Viviana Lozano y María Fernanda Petersen asesoran a Bustos y a Laura Moreno, madre de la víctima, respectivamente.
Ambas se presentaron como representantes de los particulares damnificados.
"El juicio por jurados está previsto para mayo, pero dudo mucho de que se pueda hacer si se mantiene el aislamiento porque, por una cuestión de espacio, en la sala no puede haber 40 o 50 personas para la preselección de jurados, y en este caso se sortearon 70”, expresa Lozano.
"Después, cómo ubicás en la sala de audiencias a los 18 jurados, al juez, secretario, imputado, defensor, fiscal, abogados y testigos, si hay que mantener distancia social mínima de 1,5 o 2 metros. Es una situación compleja y no creo que se pueda hacer el juicio el próximo mes", remarca.
Lozano le aconsejó a Eduardo "prepararse mentalmente" ante la eventual postergación del juicio, que el acusado espera, con prisión preventiva, en la Unidad Penal N° 4.
Agustina, la nieta
"No puedo dar a conocer qué le diría a Matías Moreno si lo tuviera enfrente mío, porque si lo hiciera me echan del mundo. Él me sacó lo que más quería, mi única hija, y no sé por qué mantengo la cordura”, advierte Bustos.
"Quizá lo hago por mi familia, que es de fierro y está todo el día atrás mío; y por mis amigos y gente de los medios como vos, que me hacen estar tranquilo. No sé hasta qué punto estaría tan sereno si no fuese por toda esa contención”, afirma.
Su trabajo como despachante de combustibles es una "vía de escape" o distracción. Pese a la pérdida irreparable continúa recorriendo kilómetros al mando de un camión-tanque.
"La empresa para la cual trabajo es una de las más humanas que conozco y me permite quedarme en mi casa si quiero. Ellos me dan la posibilidad de hacer lo que me haga sentir bien", explica.
Hoy por hoy viaja porque se siente bien, distendido y preocupado por cuestiones más triviales.
Eduardo se separó de la madre de Agustina cuando la chica tenía apenas 2 años.
"Formé una familia nuevamente y no tengo hijos, pero mi esposa sí. Uno de sus hijos me dio una nieta, que se llama Agustina y tiene 8 meses. Cosas como estas son las que me mantienen lúcido y con ganas de seguir".
Vuelco en el caso
Menores. En principio fueron arrestados tres menores de 14, 15 y 17 años como autores del hecho. La policía los vinculó porque tenían antecedentes y fueron encontrados cerca de la zona donde apareció la mochila de la víctima.
Ataque. Tras conocerse esa versión, los vecinos enardecieron y atacaron las viviendas de los jóvenes, aunque después el caso dio un vuelco.
Testigos. Un testigo dijo haber presenciado el cruento asalto y señaló a Moreno. Otro, más tarde, ratificó sus dichos y dijo que lo vio ingresar en un lugar para lavarse las manos. Un adulto, en tanto, lo vio correr hacia la dirección donde apareció tirada la mochila de Agustina y el cuchillo.
La escritura como canal aliviador
Con regularidad, Eduardo comparte por WhatsApp sus sentimientos tras el crimen de su única hija, del cual el viernes de la semana pasada se cumplieron 2 años.
Y en la escritura el hombre encontró una especie de catarsis:
"Hijita, ya pasaron 2 años del día que te quitaron la vida, 2 años que parecieron horas, 2 años que un puñal atravesó tu corazón, tu futuro, tus deseos, pero también los míos.
El dolor no se quita, este dolor está tan arraigado, tan dentro de mí como el amor que profeso por vos.
Tu risa no se borra de mi mente y la tengo siempre presente, pero ya no alcanza para alivio alguno. El libro que rige nuestras vidas así está escrito y no hay probabilidad de cambiar palabra alguna.
Artífice de mi más profunda tristeza, duerme en los brazos de Dios que ya no va a haber más dolor en tu cuerpo, hijita. El dolor quedó aquí, ya no te van a hacer más daño, ya sufriste el peor de los daños, ya tu presencia queda muy dentro del corazón de quienes te aman.
Yo te visitaré en mis sueños y me llenaré de vos para seguir sobreviviendo un día más, y así tu imagen será mi estandarte mientras mi corazón siga latiendo, viendo lo injusto de la justicia.
Quizá, algún día, cuando la herida deje de sangrar, cuando el dolor descanse oculto en algún rincón del corazón, cuando la vida me permita evocarte sin romper en lágrimas, quizá ese día pueda contar la historia completa.
La última caricia a tu rostro fue la caricia de un padre ya sin alma y que esperaba que me tomes la mano, pero no podías, ni siquiera estabas ahí.
Ya te habías instalado dentro de mi corazón donde hoy aún habitas y lo siento de esa manera.
Miro por sobre mis hombros y ya no te veo seguirme, ya tu aguda voz no me alienta y hay veces que flaqueo...y flaqueo de tal manera que me oculto en mi temple para no alarmar a quienes hoy me sostienen.
Permiso, Agus, permiso hijita, voy a seguir viviendo lo que el destino me marque y perdón por las lágrimas, por mi tristeza, por no haber estado ahí para defenderte, perdón por no haber estado ahí para despedirme”.