Reabrió una clásica feria y quedó más linda que nunca

Redacción de La Nueva.

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Federico Moreno/ fmoreno@lanueva.com

Tres meses después de que comenzó la demolición de los antiguos puestos, esos que dieron origen a uno de los nombres --El Chaperío-- de esta feria, ya no tan informal, El encuentro de Pato reabrió sus puertas con una renovada infraestructura que les cambió la cara tanto a vendedores como a clientes.

Nacido el 30 de enero de 2001 –en pocos días celebra sus 19 años de existencia-- el “shopping de los humildes”, ubicado en Beruti y Piedrabuena del barrio Rivadavia, goza de buen presente gracias al apoyo que le dio la Municipalidad con el objetivo de formalizar en todos los aspectos posibles esta feria que cuenta con alrededor de 350 puestos.

Los rubros, de lo más variados: verdulería, alimentos, ropa –nueva y usada--, artesanías, kiosco, forraje, cartelería, ferretería, librería, bijouterie, cosméticos, vivero, entre tantos otros. Sus horarios: martes y jueves de 14 a 19, sábados de 9 a 18 y domingos de 9 a 17.

Isidro Maneiro, encargado del lugar –junto con Irma Luna--, le comentó a “La Nueva.” que “se sigue avanzando con las obras de infraestructura, nos falta entregar apenas dos puestos y completamos toda la feria. Todos son de hierro y chapa, la Municipalidad ya hizo dos calles internas de cemento y van a hacer dos más, mientras que ya hicimos gestiones en Edes para que nos coloquen dos medidores, y con Absa para instalar cuatro canillas en cada pasillo”.

“La gente respondió y eso es lo más importante, estamos muy contentos. Ahora tenemos otro tipo de público, antes había menos espacio para caminar, hoy los feriantes están contentos porque tienen otra calidad de trabajo. Si bien enero y febrero son meses históricamente tranquilos, porque mucha gente está fuera de Bahía, se está trabajando bien, sobre todo los sábados, y para marzo se espera que no entre un alfiler”.

Sobre el apoyo de la Municipalidad para este proceso de regularización, Maneiro explicó que “se corría el rumor de que nos habían soltado la mano, pero está todo marchando sobre ruedas con ellos, Absa y Edes”.

Transformación

La feria nació allá por 2001, al igual que tantas otras cosas, como consecuencia de la crisis económica del país. Al principio como un club del trueque y con pocos puestos, mesas o estands, luego con intermitencias de concurrencia a lo largo de estos 18 años, para hoy albergar a unos 350 feriantes que todas las semanas ofrecen bienes y servicios para vivir el día a día.

Está ubicada en una mitad de la manzana delimitada por las calles Beruti, Piedrabuena, Estados Unidos y Darregueira.