Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Bahía Blanca: la propiedad de los campos del distrito está cada vez en menos manos

La cantidad de hectáreas por explotación agropecuaria creció el 7,2 % desde 2002. El dato, que es preliminar, surge del Censo Nacional Agropecuario 2018 que concluirá el 31 venidero.

Tras una prórroga, el CNA 2018 finalizará este año. / Fotos: Prensa Dirección Provincial de Estadísticas y Pablo Presti-La Nueva.

Guillermo D. Rueda
 grueda@lanueva.com

   La cantidad de hectáreas por explotación agropecuaria en el distrito de Bahía Blanca es de 865 hectáreas, un 7,2 % más respecto de 2002, lo que confirma una presunción: la propiedad de la tierra está en cada vez menos manos.

   El dato, que es preliminar, se desglosa del Censo Nacional Agropecuario (CNA 2018), que comenzó la Dirección Provincial de Estadísticas, dependiente del ministerio de Economía bonaerense, el 1 de septiembre y, tras una prórroga, concluirá el venidero domingo 31.

   “El último dato relevado registró 807 hectáreas por explotación agropecuaria en el partido de Bahía Blanca”, dijo Matías Belliard, a cargo de la Dirección Provincial de Estadísticas.

   “Claramente se advierte allí, aunque el fenómeno podría extenderse a todo el territorio bonaerense, que existe una concentración en la propiedad de la tierra”, agregó.

Matías Belliard, director provincial de Estadísticas.

   El Censo Nacional Agropecuario no se realiza desde hace 17 años y, no obstante unos retrasos en el norte y en el noroeste provincial, el promedio del relevamiento, a falta de 15 días para el cierre definitivo, es del 90 %.

   De las 215.000 hectáreas previstas, en Bahía Blanca se han censado poco menos de 200.000 Has.

Cartografía digital

   El formato para el censo, basado en tabletas digitales para una carga de datos dinámica y ágil y con secciones temáticas, no permite aún conocer más datos preliminares.

   “Hay indicadores de avance, pero por ahora no podemos observar hacia el interior (del relevamiento). Solo podemos precisar las hectáreas y el nivel de cobertura”, aseguró.

   “Pero no podemos procesar las superficies afectadas a soja, maíz y trigo, así como tampoco la cantidad de cabezas bovinas, solo por citar algunas referencias”, sostuvo Belliard, en diálogo con La Nueva.

   “Los datos están, pero no los vemos y hasta no terminar el censo no se podrá adelantar nada en ese sentido”, dijo.

   Para el trabajo también se utiliza un sistema de cartografía digital que permite a los productores, así como al censista, marcar con más facilidad las explotaciones agropecuarias.

   El CNA 2018 contiene varias otras secciones. En una de ellas se le pregunta al productor por la relación que tiene con la tierra desde el punto de vista jurídico.

   Luego se consulta acerca de la agricultura realizada. Más tarde respecto de las prácticas culturales como, por ejemplo, con qué tipo de fertilizantes y de agroquímicos se trabaja el suelo y demás. También se consulta por el tipo de maquinarias agrícolas y su utilización en el campo.

   Asimismo, la infraestructura que se posee en el establecimiento, los materiales con los cuales se trabaja (alambrados, por ejemplo), los metros cuadrados de las instalaciones y demás. Finalmente, se consulta sobre el personal que trabaja y reside en la explotación agropecuaria, tanto sea temporario como permanente.

Las tierras arrendadas

   “La primera parte responde sobre dónde reside el propietario del campo”, dijo Belliard.

   “Pero en un segundo tramo se alude a toda la gente que forma parte de la estructura, como es la prestación de los servicios agropecuarios para levantar la cosecha, por ejemplo, o de mano de obra, dónde residen y su nivel educativo, solo por citar algunos datos a relevar”, comentó.

   Una de la mayores expectativas para conocer del Censo Nacional Agropecuario está en saber, justamente, el número de hectáreas de tierra arrendada. Extraoficialmente, y de acuerdo con entidades referentes del sector agropecuario que intervienen en la cadena directa de siembra y de cosecha, en la provincia de Buenos Aires el 60 % de la tierra está en situación de alquiler para fines productivos, especialmente para agricultura y ganadería.

   “Sabemos de la incidencia de este tipo de datos”, admitió Belliard.

   “Porque también hay tierras fiscales, como por ejemplo en el parque Iraola, en La Plata. Hay un poco de todo y se debe analizar con detenimiento. Quién es el dueño de la tierra ya no es una pregunta que no tiene respuesta. Se sabrá cuando concluya este censo”, manifestó.

   Tras el cierre del próximo domingo 31, que esta vez no prevé prórroga, los primeras conclusiones se aguardan para el mes de junio, en tanto que los resultados definitivos estarán listos antes de que finalice el año.

   Respecto de la realización del censo, Belliard sostuvo que la tasa de respuestas de los productores fue muy alta. “No se produjeron rechazos. Sí hubo complicaciones para poder encontrarse con el productor y para terminar de concertar una entrevista, pero todo dentro de una lógica respecto de la logística de estos casos”, explicó.

“Quién es el dueño de la tierra ya no es una pregunta que no tiene respuesta”, manifestó Belliard.

   Belliard recordó que el censo es una base general donde “se barren temáticas diversas” y que las expectativas apuntan a muchos cambios en distintos sentidos, habida cuenta de la prolongada sequía de datos.

   “Sabremos, con precisión, qué se está produciendo tanto en cultivos como en ganadería. Y cómo ha ido cambiando la composición del territorio productivo, la forma en que se renovó y en qué magnitud. Será muy interesante. La gente del campo lo apreciará. Los censos son políticas públicas donde se permite desagregar para así proyectar y repensar al sector, y no solo desde lo geográfico, para por lo menos cinco años”, sostuvo.

Precisión de variables

   El funcionario —oriundo de San Antonio de Padua, en el conurbano bonaerense— dijo que las encuestas, en comparación con un censo, tienen la desventaja de no permitir “abrir mucho la geografía”.

   “Cuando se empieza a jugar con las variables, uno se queda con menos casos y los datos son menos robustos. Los censos permiten justamente eso: jugar con muchas variables a la vez, para poder responder preguntas por sector, por región y demás”, indicó.

   Si bien el CNA 2018 concluirá el 31, Belliard admitió que dejarán algunos puntos fijos abiertos para los resultados remanentes.

   Mientras los censistas están debidamente identificados con credenciales con foto y DNI que llevan el sello de la Dirección y del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), los productores pueden constatar esa identificación a través de la web del CNA 2018. Los datos obtenidos, en tanto, son confidenciales y se encuentran protegidos, según lo dispuesto en la Ley Nº 17.622. La información será publicada en forma anónima y compilada solo con fines estadísticos.

Exigencia del BCRA

   Una de las características del CNA 2018 es que el certificado de cumplimiento censal será requerido —en todas las entidades bancarias, por disposición del Banco Central de la República Argentina — a los productores agropecuarios para la realización de operaciones, a partir de los 90 días corridos desde la finalización de las actividades sustantivas del operativo y por el término de un año.

   Asimismo, Belliard comentó que es probable que la certificación censal también sea exigida ante otro tipo de instituciones.

   “Estamos hablando de Agroindustria, el Senasa y el INTA; es decir, organismos nacionales y provinciales que podrían exigir el cumplimiento del CNA para cualquier tipo de trámites, también por el término de un año”, dijo.