Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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No quedó ninguna persona detenida por las últimas entraderas

Hace algunos días la policía había arrestado a 3 hombres a los que consideraba sospechosos. ¿Por qué están en libertad?

   Los 3 hombres capturados en Las Heras al 300, cuando se movilizaban en un Renault Mégane con un handy con frecuencia policial, guantes, pasamontañas y precintos, solo estuvieron un día entre rejas, por la resistencia a la autoridad que se produjo cuando trataron de no ser identificados.

   Se trata de Jorge Pérez, Lucio Suárez y Néstor Hirsch.

   Una vez arrestados, y a partir de los elementos encontrados en el coche, la justicia de Garantías otorgó los allanamientos pedidos por el fiscal Diego Conti (robos con armas) y en sus domicilios secuestraron bolsos con palos de golf, una notebook, un DVD portátil y una lectora de DVD.

   De todas maneras, como todavía no hubo damnificados que identificaran los elementos y no existen otras pruebas de cargo, permanecen en libertad, según se aclaró.

   “Estamos chequeando con los datos de las distintas causas que no están esclarecidas y también se cotejarán las huellas (de los 3) con las que fueron levantadas en algunos de los delitos”, dijo un investigador.

   El mismo vocero aclaró que “el pensamiento no es punible”, teniendo en cuenta los elementos que se secuestraron en el auto y de los cuales se podría inferir que iban a cometer un robo.

   Conti, por su lado, le dijo a este diario que “hay varias líneas de investigación abiertas” en materia de entraderas y que hasta ahora “no se descarta ninguna alternativa”.

   “No creo que sea un solo grupo, entiendo que deben ser más”, sostuvo, para remarcar como clave el trabajo de prevención, sin desestimar la actuación de su fiscalía, porque “cuanto más personas sean condenadas (delitos con penas de 6 años o más), se logra una prevención indirecta, porque se los deja fuera del circuito”.

   El fiscal negó versiones acerca de demoras en la tramitación de los allanamientos. “Se resuelven el mismo día, por sí o por no. En los escasos casos que se resuelve por no, es porque quizás se le requiere al personal policial interviniente algún elemento más para que refuerce (el cuadro probatorio). No hay demora”, aseguró.

   Y en el mismo sentido desmintió la existencia de una “grieta” o fuerte diferencia de criterio con la policía. 

   “Hay cosas que se discuten, pero siempre con un diálogo de buena manera”, aclaró.

   No existen referencias entre los investigadores acerca del accionar de bandas mixtas (locales y foráneos), como sucedía en otros tiempos.

   El área de Narcocriminalidad de la policía bonaerense -pese a no tener prioridad en la investigación de esta modalidad delictiva- ofreció sus recursos para colaborar con la Fiscalía Nº 11 y no se descarta -aunque nadie lo confirmó oficialmente- la intervención de personal de fuerzas federales -¿la Policía Federal?- para colaborar con la tarea de judicial, al menos en el mediano plazo.

Qué aspectos mejorarían la prevención

   Parece que los delincuentes siempre están un paso más adelante. En la reunión del pasado miércoles también se abordó el creciente número de asaltantes que se manejan con handies con la frecuencia policial, lo cual les permite conocer los movimientos de quienes deben atraparlos.

   El gobierno provincial impulsa una reforma tecnológica para encriptar las frecuencias, que ya se puso en marcha en varios distritos del conurbano y en Mar del Plata, aunque todavía no llegó a Bahía, pese a las promesas.

   “En realidad todavía no tenemos una fecha. Sabemos que ya se está instrumentando en otras departamentales y que en una segunda etapa sigue Bahía”, confirmó Maldonado.

   El plan de renovación y encriptación de las comunicaciones con las que opera la policía bonaerense se puso en marcha en 2016.
Hasta el momento alcanza a los partidos de La Plata, Berisso, Ensenada, Berazategui, Florencio Varela, Quilmes, Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Esteban Echeverría, Morón, Hurlingham, Ituzaingó y Mar del Plata.

   Esa medida les impediría a los ladrones conocer los movimientos de la policía, tanto los previos como los posteriores a la comisión de un delito.

   Otro punto destacado, pero de difícil resolución al menos en lo inmediato -teniendo en cuenta las limitaciones con el uso de los patrulleros- es la necesidad de ampliar la cantidad de cuadrículas, que son los sectores que tiene asignado cada móvil para recorrer preventivamente.

   Desde que se lanzó el Plan Director de Seguridad en nuestro medio, hace más de 10 años, ese número se mantiene en 18 en el casco urbano local y en 30 en todo el distrito, incluyendo Cabildo.

   “Deberíamos tener el doble”, aseguró Maldonado.

   Es que en esta década la ciudad creció fuertemente, en especial desde el aspecto geográfico y, desde ese punto de vista, se amplía la frecuencia de paso de las patrullas.

   Sucede que con cada cuadrícula nueva que se cree se deben incorporar un nuevo patrullero y al menos 10 hombres para cubrir todos los turnos.

   Los vehículos estarían -al parecer no el combustible- aunque no así los uniformados. Hubo intenciones desde la fuerza bonaerense de absorber a los 400 agentes de la Local, pero la idea nunca prosperó.

   Por otro lado, la creación de comisarías, como la Séptima, significó un aspecto positivo para algunos vecinos, pero no para algunos analistas de la materia, porque entienden que de esa manera se "encierran" a 13 o 15 agentes por turnos, que se pierden en tareas internas.

¿Se pueden profundizar los operativos?

   No fue tema de discusión en la reunión multisectorial, aunque uno de los concurrentes, a su término, recordó que, desde el punto de vista legal, existe una herramienta vigente para profundizar controles en la vía pública.

   Se trata de una polémica ley creada durante la gestión de Carlos Ruckauf, aquel gobernador que proponía "mano dura" y otros eslóganes contra la inseguridad que después no funcionaron.

   Esa normativa fue incorporada en el año 2000 al Código Procesal Penal de la provincia y aún se mantiene.

   Figura en el artículo 294, inciso 5: “Cuando se trate de un operativo público de control motivado en políticas tendientes a la prevención de los delitos, podrán proceder a la revisión de los efectos que porten las personas en sus ropas o que lleven en su poder de otra manera o tengan en los vehículos en que se movilicen, procediendo a secuestros en los casos sumamente graves o urgentes o cuando peligre el orden público”.

   Esto significa que la policía está facultada a revisar el baúl o la guantera de cada vehículo que intercepte, así como la mochila de un peatón, aunque evidentemente ese tipo de decisiones podrían ser conflictivas porque quedan al límite de ciertos derechos personales.

   Entre los fundamentos de la ley que llevaron a aquel cambio, hace 18 años, se mencionaban argumentos que claramente podrían ser de estos tiempos: "Se han diseñado normas que seguramente redundarán en un claro beneplácito social, en la medida que adecuando las atribuciones de los funcionarios de la policía permitirán una más eficaz actuación de prevención y represión de los delitos y con ello evitar la impunidad hoy imperante. 

   “Se ha desarrollado en la Provincia un notorio incremento del delito, que las crónicas policiales evidencian con metodologías cada vez más perversas, violentas y con nuevas modalidades de crimen organizado”, se señala en el mismo sentido.