Bahía Blanca | Jueves, 16 de mayo

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Crimen de Aída Caballín: "Era una mujer que no se metía con nadie", dijo una compañera

Adabel, una trabajadora sexual bahiense, contó detalles de cómo era la víctima.

   Aída Caballín era callada y reservada, hacía 4 o 5 años había comenzado a ofrecer sus servicios sexuales, pero tenía actitudes o acciones que la distinguían del resto.

   Había sido “apadrinada” por una chica trans, adoptó su forma de trabajo y era vigilada por una persona que se movilizaba en un vehículo, a quien iba a ver cada vez que regresaba de estar con un cliente.

   Así la describió Adabel, una chica trans que sabe muy bien lo que sucede en la noche y que había conocido a la mujer hallada asesinada en el barrio Los Chañares.

   "Ella apareció repentinamente en una parada de chicas trans en Moreno y Sixto Laspiur, de buenas a primeras. Era una mujer que no se metía con nadie, callada, muy reservada, y nunca la vi en una situación conflictiva”, explicó al ser consultada por La Nueva.

   Agregó que “no sabía la historia de su hijo, porque era una mujer muy hermética, se trataba solamente con una chica trans, con la que compartía esquina”.

   Acerca de la presencia de un supuesto proxeneta, explicó que “llamaba la atención porque después de cada servicio se acercaba a un vehículo, que era de color rojo y antiguo. Me dicen que después cambió por una camioneta”.

   “Eso no es común, porque los trans no tenemos proxenetas o alguien que nos cuide. Las trabajadoras sexuales, las más conocidas, también trabajan solas”.

   Dijo que en los últimos meses, Romina o “La Rolli”, como era conocida Aída, se apostaba en la intersección de Blandengues y Almafuerte.

   “Según lo que decían las chicas, la vigilaba, supuestamente un hombre, al que lo llamaba amigo. Aparentemente alguien se preocupó y en un momento hicieron una denuncia, pero no prosperó. Ella decía que era un amigo”.

   Adabel consideró que la víctima fatal no tenía experiencia en "la noche".

   “Era totalmente nueva, yo tengo 33 años y trabajo desde los 12, conozco bien el tema, y nunca la había visto. Llegó de un día para el otro”.

   Mencionó luego que Aída, por lo que ella sabía, “no había tenido problema con otras mujeres”.

Conductas extrañas

   También dijo que “no sé si era porque se había juntado con las chicas trans, pero había tomado la actitud de ellas para trabajar. La mujer generalmente se queda contra la pared en la esquina, pero ella se paraba en el cordón, imponente, producida... A lo mejor había copiado las conductas porque era inexperta”.

   Comentó que Aída tenía horarios y conductas diferentes al resto de las trabajadoras sexuales.

   “Llegaba temprano y se iba muy tarde. Era como que daba la sensación de alguien que tiene que juntar más plata”.

   “Nunca vi que hiciera los servicios en las cortadas, es decir en las calles transversales. Se iba por Sixto Laspiur al fondo. Es más, yo comentaba con otras chicas esa situación. Ahora, conociendo dónde vivía, pienso que quizás llevaba a los clientes a su casa”.

   Finalmente, no dudó en asegurar que “hay mucho loco suelto en la calle”.

   “Por ahí te llevan a otro lugar y después del servicio te quieren sacar el dinero y dejarte tirada.Yo sufrí el caso de una compañera trans que la primera noche la mataron en la avenida Cerri y el caso está impune”.

   Adabel sostuvo que “las que estaban todas las noches con ella tendrían que hablar” y mencionó estar “apenada y consternada" por el crimen.