Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Ganancias, el impuesto a los trabajadores que creó Perón (pero...)

El tributo viene de la década de 1930, aunque el general agregó la cuarta categoría, que abarca a los empleados en relación de dependencia. Una historia donde el pasado se mezcla con el presente.

Foto: Archivo-LaNueva.

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com  

   Una vez más la Argentina discute sobre el impuesto a las Ganancias. Esta vez, con dos focos: uno, si los jueces deben pagarlo; el otro, si se eximirá a quienes superen el mínimo no imponible con el bono de fin año.

  ¿Cómo surgió Ganancias en nuestro país y a quiénes afecta?

   Hipólito Yrigoyen en 1918 fue pionero en proyectar un impuesto a la renta. El primer presidente argentino elegido por voto secreto y obligatorio pretendía implementar un nuevo régimen tributario que distribuya las cargas “con mayor equidad y justicia".

   Su proyecto apuntaba a gravar diferentes actividades económicas para mejorar la recaudación y contener un problema tan viejo como el blanco y negro: el déficit de las cuentas públicas. Estamos hablando de la década de 1910.

   No obstante la voluntad de don Hipólito, la oposición logró imponer el criterio de que, a diferencia de otras naciones avanzadas (donde sí existía el tributo), en este país había muy poca cultura fiscal, escaso número de inspectores y una fuerte resistencia del sector privado a exhibir los números de sus actividades lucrativas. Pura actualidad.

   El sucesor de Yrigoyen, el también radical Marcelo de Alvear, envió al jovencísimo economista Raúl Prebisch a Australia para que estudiara su novedoso impuesto a los réditos, aunque este gobierno tampoco lo llegó a aplicar.

   Fue el general José Félix Uriburu, primer dictador del siglo XX, quien sí tomó la decisión. En 1932, poco antes de las elecciones donde se proscribió al derrocado yrigoyenismo, Uriburu decidió hacerle un favor al futuro ocupante de la Casa Rosada, Agustín Pedro Justo.

   Por primera vez se sancionó un impuesto a la renta, ideado por Prebisch, con el objetivo de paliar un problema acuciante. El déficit.

   Desde entonces y hasta la década de 1970 el tributo tuvo tres categorías. La primera alcanza la renta del suelo o bienes inmuebles; la segunda a la renta de capitales, por ejemplo bonos y letras de tesorería; y la tercera abarca a los beneficios de las empresas y ciertos auxiliares del comercio, como el comisionista, el consignatario y el rematador.

Para los asalariados

   El impuesto a las Ganancias aplicado a los trabajadores en relación de dependencia, llamado de la cuarta categoría, se creó durante la última presidencia de Juan Domingo Perón, en 1974, y amplió la base de afectados por el sistema.

   Todavía hoy se discute si el salario puede ser considerado ganancia, si los jueces tienen que pagarlo y si los candidatos electorales deben prometer que lo van a eliminar cuando saben que no es posible debido al tamaño del Estado.

   Ahora, ¿por qué Perón, ícono de las causas populares, lanzó semejante misil?

   Buscaba desarmar una maniobra de “evasión legal” de muchas empresas. Los dueños inscribían a sus familiares como empleados con sueldos exorbitantes para ocultar ganancia empresaria. Un ejemplo: en la compañía de Juan Pérez, sus hijos Pedro y María Pérez cobraban 500 mil pesos mensuales, pero la ganancia total anual que declaraba la empresa eran 300 mil.

   Los sabuesos de Perón se esforzaron por anular esta jugada, no siempre con éxito.

   A diferencia de otros impuestos denominados regresivos, como el IVA, donde el pobre y el rico pagan lo mismo por idéntico producto, Ganancias es considerado progresivo, porque se aporta más a medida que aumentan los ingresos. De todos modos, siempre genera discusiones, entre otras, a partir de qué nivel salarial se debería tributar.

   En la actualidad se calcula que casi 2 millones de personas entregan parte de sus haberes por este concepto en Argentina. Nadie, peronista, radical o lo que sea, fue capaz de desactivar esta bomba, especialmente pesada para los sectores de ingresos medios.