Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

Gil: “Aprendí a valorar el estar más tiempo en casa y disfrutar de mi familia”

De jugador profesional a profe y preceptor de escuela. Tras el retiro, el Chino arranca a las 6.30: “Ser profesional está bárbaro, pero es irreal”, dijo.

Por Ricardo Sbrana / rsbrana@lanueva.com

Luego de una prolífica carrera como basquetbolista de elite, de 18 temporadas repartidas en Liga Nacional y TNA, el bahiense Pablo Gil cerró la puerta del ámbito profesional para vivir otra vida.

“Sabía que esto iba a pasar. No había hecho una diferencia económica como para decir que iría a vivir de la renta de diez propiedades, por ejemplo. Son pocos los jugadores que lo pueden hacer. Sabía que donde dejara de jugar al básquet, me tendría que levantar a las 6.30 de lunes a sábado. Entonces, no me costó el cambio laboral porque sabía que iba a pasar”, contó El Chino.

Aquel "7" goleador de Estudiantes, que también vivió la transición a Bahía Basket, que pasó por Monte Hermoso Basket y fue un mimado de 6 temporadas en Quilmes de Mar del Plata, cuenta hoy, a los 37 y tras un año del retiro, cómo fue cambiar de vida.

“El año pasado cuando dejé de jugar en (Alianza) Viedma, en el receso empecé a notar que mi nena más grande se ponía mal cuando llegaba el momento de arreglar para jugar en algún club. Cada vez se ponía peor. Como no había chances de poder jugar en Mar del Plata que es donde vivo, decidí retirarme”, dijo Gil, en diálogo con “La Nueva.”.

-¿Cómo viviste la transición?

-Al principio analicé la posibilidad de ir como recambio a algún equipo. Pero empecé a hacer suplencias de profe (de Educación Física), me quedé (en Mar del Plata) y ya no me dieron más ganas de irme. Empecé a disfrutar de cosas que no disfrutaba, a pesar que por supuesto fue un año complicado en lo económico. Pero estaba mentalizado. Mi mujer, que se dedicaba a las tres nenas, consiguió trabajo en noviembre de 2014. Yo empecé a agarrar suplencias y este año ya tengo dos categorías en el Einstein, que es un colegio y club de acá. También estoy de preceptor en una escuela, tengo horas en un privado y horas en un público.

Un mundo diferente

"Cualquier jugador de básquetbol, salvo los de primer nivel, saben que cuando dejan, empiezan a vivir la vida normal de la gente. Ser basquetbolista está bárbaro, pero es una mentira", afirmó.

-¿Y qué vivís mientras no llevás una “vida normal”?

-Vivís otra vida pero que sabés que te dura un tiempo. Está bárbaro, pero es muy irreal. Un ejemplo fácil: jugando al básquet, si tenés un sueldo medianamente bueno, cobrás un mes y con eso tirás dos meses. O tres. Esa es la diferencia más grande: no llegás complicado a fin de mes. Con un trabajo normal, supongo le pasa a la mayoría de la gente, vos llegás con lo justo, esperando que te depositen o se acredite el sueldo.

-¿Físicamente estabas para seguir?

-Sí. Si bien desde que dejé no volví a hacer nada, para ir a los colegios me manejo en bici. Estoy bien físicamente. A veces entreno con los chicos. Tengo Infantiles y Cadetes y cuando falta alguno para jugar, me cambio. Yo decía que iba a seguir jugando hasta que viera que estaba bien físicamente y en un buen nivel. Por lo menos estaba para jugar dos años más a buen nivel.

-¿Hiciste un balance o no querés analizar el pasado?

-Siempre fui muy fanático del básquetbol, pero no soy de esos jugadores que cuando dejan, sienten que les falta algo. Recién este año voy a empezar a jugar porque en el club donde estoy me piden para el torneo local. Pero a nivel profesional había llegado un momento en que lo tomé como un trabajo. He visto jugadores a los que les cuesta mucho desprenderse y llevar una vida normal. Un poco por lo económico y otro por el reconocimiento, las notas, los viajes y todo eso. En mi caso, empecé a valorar más el estar en casa y disfrutar de mi familia. El poder asistir a los actos de mis hijas, que tengo tres.

-¿Qué postal tenés de tu último partido?

-Mala. Cuando quedamos eliminados de local (NdR: con Alianza Viedma en el TNA). Por ahí no fue la manera más linda de retirarme.

-¿Tu mejor etapa o lugar como basquetbolista?

-Los años que estuve en Quilmes. En Libertad. El año que participé en Bahía Estudiantes anduve bastante bien. En Monte también. Pero en Unión de Sunchales no jugué mucho y podría decir que fue mi peor medio año. Pero el restante medio año fui a Quimsa y me fue bastante bien. En general no tuve malas experiencias. Estoy feliz.