Bahía Blanca | Domingo, 07 de septiembre

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Catupecu y el grito después

Fernardo Ruiz Díaz revisa la historia de la exitosa banda de rock en un lujoso "boxset" con doble CD y dos DVD. Veinte años de una trayectoria musical cargada de fuertes episodios. Agencia Télam
Catupecu y el grito después. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

El grupo Catupecu Machu, que el próximo 1 de noviembre actuará en el Festival Clandestino de Cultura Rock y Reggae que se realizará en el estadio Malvinas Argentinas de la ciudad de Buenos Aires, acaba de lanzar su boxset con doble CD y doble DVD que resume 20 años de carrera.

Bajo el titulo Veinte años. El grito después, sale un libro con fotos inéditas, sumado a un CD que compila las grandes canciones de la banda, otro que incluye Lados B, temas que nunca vieron la luz, tomas descartadas y versiones raras.

Uno de los DVD contienen filmaciones inéditas de los inicios del grupo cuando lo integraban los hermanos Gabriel y Fernando Ruiz Díaz y los hermanos Mariana y Marcelo Baraj.

Además de ensayos, conciertos en fiestas, donde comienzan a aparecer músicos que luego se sumaron a Catupecu como Javier Herrlein, Abril Sosa y el actual baterista Agustín Rocino.

“Es un recorrido de lo que hicimos, no sé si definirlo como una larga carrera, porque me parece que ayer empezamos y a la vez creo que hace mil años, son muchas vidas. Pero lo importante es que tenemos mucho presente y mucho futuro”, dice Fernando Ruiz Díaz.

--Revisar el material para el libro y los DVD fue revisar tu vida. ¿Cómo te sentiste?

--Cuando empezamos a ordenar el material fue la primera vez que me enfrenté a esas cosas. Lo más fuerte fue que sentía que el destino nos había devuelto a Gaby por un rato, fue muy loco y fuerte, llegar a la parte del accidente. Fue muy loco ver que habíamos hecho todo esto, cosas que ni nos acordábamos.

--El material de los DVD es impresionante.

--Tenía dos cámaras Súper VHS. Filmábamos de todo, eventos y con eso iba grabando. Hay cosas como una parte en la película que estamos en El borde de Temperley tocando ante muy poca gente. A todas las etapas las recuerdo como algo tremendo. Momentos donde todo sale del riñón y en un punto hay un cariño hacia todo, un reencuentro con algo de un inicio de dos hermanos,

"Fuimos una familia, cada integrante que se fue sigue vinculado afectivamente a nosotros y los que fueron llegando ya daban vueltas alrededor de la banda".