Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Hay dos detenidos por el crimen de Federico Margiotta

Personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de nuestra ciudad detuvo ayer, en Coronel Pringles, a dos personas que estarían presuntamente vinculadas con el homicidio de Federico Nicolás Margiotta (13), ocurrido el 18 de agosto de 2002 en esa ciudad. Los sospechosos fueron identificados como Pedro Arturo Martínez (38) y Jorge Alberto Fabricio (56), según comunicaron voceros oficiales.


 Personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de nuestra ciudad detuvo ayer, en Coronel Pringles, a dos personas que estarían presuntamente vinculadas con el homicidio de Federico Nicolás Margiotta (13), ocurrido el 18 de agosto de 2002 en esa ciudad.


 Los sospechosos fueron identificados como Pedro Arturo Martínez (38) y Jorge Alberto Fabricio (56), según comunicaron voceros oficiales.


 Los arrestos se efectivizaron alrededor de las 6.30 de la víspera, tras sendos allanamientos --encabezados por los inspectores Luis Saavedra, segundo jefe de la DDI, y Abel Maggi, jefe de operaciones-- realizados en las viviendas de Garay 755 y Dorrego 1430, respectivamente.


 Dichos procedimientos fueron requeridos por el doctor Christian Fernando Long, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 5, y autorizados por el doctor Miguel Angel Adrover, magistrado subrogante de la doctora María Pía Fava de Solana, a cargo del Juzgado de Garantías Nº 2.


 En diciembre del año pasado, el fiscal general, doctor Juan Pablo Fernández, había decidido que la mencionada fiscalía, dedicada al tratamiento de delitos complejos, colaborara en la causa con la UFI Nº 4, de la doctora Claudia Inés Lorenzo, quien la investiga desde su inicio.


 Fuentes policiales señalaron que a Martínez y Fabricio se les imputan los delitos de corrupción de menores agravada, privación de la libertad agravada, lesiones leves reiteradas, violaciones agravadas reiteradas y homicidio agravado.


 Trascendió que ambos serían trasladados hoy a la mañana a nuestra ciudad, para que comparezcan en la sede de la fiscalía local, Estomba 127.


 Finalmente, se dijo que, más allá de las detenciones practicadas en la antevíspera, las investigaciones continúan y podrían haber otras personas involucradas en el crimen.


 
El caso. El trágico hecho se cometió después del 18 de agosto de 2002, día en que el menor fue visto por última vez con vida a las 9 de la mañana, en la vereda de su casa, en el bulevar Uruguay 1648.



 Calificado por sus conocidos como "rebelde y andariego", se pensó que el adolescente se había fugado de su hogar, aunque ocho días después, un llamado telefónico anónimo advirtió a la policía sobre el hallazgo del cuerpo, que apareció en un lugar donde anteriormente se había buscado.


 Los restos de Federico fueron hallados a la vera de la ruta provincial 85, boca arriba, vestido normalmente, con un brazo tapando la cara y, a primera vista, sin rastros de violencia física.


 La autopsia que encabezó el doctor Jorge Pedrueza determinó, en un principio, que la muerte del chico ocurrió por asfixia por inmersión, con un tiempo de 48 a 72 horas de fallecido. Presentaba al menos un golpe en el mentón, aunque no era de entidad suficiente para ocasionar su deceso.


 Sin embargo, un estudio histopatológico posterior, practicado en la capital provincial, dejó abierta la posibilidad de un estrangulamiento, ya que en el cuello de Margiotta se advirtió una marca compatible con esa acción.

La pesquisa. Desde el momento del hallazgo del cadáver, Eva Molina y Donato Margiotta, padres de la víctima, manifestaron su firme intensión de que el caso sea esclarecido y los culpables, detenidos.




 De esa forma, desde el inicio de la investigación, se mantuvieron en contacto con las autoridades de la fiscalía interviniente, siguiendo paso a paso la continuidad de la misma.


 A fines de junio del año pasado, personal de la DDI bahiense realizó más de diez allanamientos en distintos lugares de Coronel Pringles, a fin de poder encontrar pistas que permitan esclarecer el asesinato.


 En ese momento, se informó que fueron requisados un galpón de Alem al 1800, un expendio de bebidas de la calle Medina, entre 19 y 20, un comercio de la calle 40, entre 0 y 1, y un inmueble en la intersección de Mitre y Vigil.


 Los voceros aseguraron en aquella oportunidad que la finalidad de los operativos no era la de practicar detenciones, sino la de secuestrar elementos probatorios para la causa.


 Entre las tareas desarrolladas, de las que participó personal de la Policía Científica, se tomaron muestras de suelo y vegetales, para su posterior cotejo con rastros encontrados en la víctima.


 En octubre del año pasado, el por entonces comisario de Coronel Pringles, Ramón Omar Córdoba --quien actualmente se encuentra imputado en una causa por irregularidades en dicha seccional-- realizó declaraciones periodísticas manifestando la existencia de un testigo por el caso Margiotta.


 "En los últimos días ha aparecido una persona, que nos ha manifestado someramente qué es lo que vio el día que arrojaron el cadáver en la ruta 85", dijo el uniformado.


 Explicó que el sujeto declaró que ese día estaba pescando y ya se volvía, porque lloviznaba, y pudo observar el momento en que una camioneta realizaba diversas maniobras para arrojar el cuerpo del joven a la vera de la carretera.


 Por su parte, a mediados de 2004, la madre del joven ultimado se mostró convencida del buen término de la pesquisa.


 "Tengo mucha fe en Dios y en la fiscal, y esto se va a resolver muy pronto, no creo que llegue a fin de año sin esclarecerse", afirmó.

"Estábamos esperando esta decisión"




 Eva Noemí Molina y Donato Margiotta, tras tomar conocimiento de las aprehensiones por un medio radial pringlense, afirmaron que estaban esperando que la justicia tomara esta decisión.


 "La semana pasada estuvimos en Bahía Blanca y nos había dicho el fiscal Cristian Long que en cualquier momento iba a haber detenciones y nos nombró a ciertas personas, pero nosotros no pensamos que iba a ser tan rápido. La verdad es que estábamos esperando esta decisión", afirmó la mujer.


 "Con respecto a los detenidos, la verdad que me quedé asombrada porque no creía que esta gente podría haber hecho lo que hizo. En realidad, todavía no lo puedo creer", sostuvo.


 Molina, quien desde la muerte de su hijo mantuvo una incesante lucha para llegar al esclarecimiento del caso, declaró que no puede apresurarse a los hechos, aunque considera que "todo se va a solucionar".


 "Creo que esto va a terminar bien. En ningún momento bajamos los brazos, tuvimos tranquilidad, siempre dijimos que queríamos justicia no venganza; o sea que si estos señores --por los sospechosos-- fueron detenidos, la justicia sabrá y estará muy segura de lo que está haciendo", puntualizó. (Coronel Pringles, de nuestra agencia)