Murió Consuelo Velázquez, la gran inspiradora de besos
MEJICO (AFP) -- Consuelo Velázquez, autora del éxito mundial Bésame mucho, falleció el sábado por la noche debido a un problema cardiovascular. Hacía tres semanas que la compositora, de 84 años, era atendida en un hospital de la Ciudad de Méjico, puesto que se había fracturado tres costillas por una caída y por las complicaciones de su estado de salud, se le colocó un marcapasos.
A pesar de que cuando compuso Bésame mucho, a los 25 años, no había dado un beso en su vida, como reconocería más tarde, Consuelo Velásquez, "Consuelito" como la conocen sus admiradores, conquistó el mundo con una canción que hoy, más de 60 años después, todavía no pasa de moda.
Aunque compuso otros temas de gran éxito, como Que seas feliz o la rítmica Cachito, cachito, el nombre de Consuelo Velázquez quedará unido para la posteridad con el de esa tonada que se convirtió en todo un símbolo para las parejas de novios que se tenían que separar como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.
Hija de un soldado poeta, "Consuelito" nació el 21 de agosto en la localidad de Ciudad Guzmán, en Jalisco (oeste de Méjico), el estado que también ha dado al mundo el tequila y los mariachis.
Desde pequeña tuvo inclinación por la música, disciplina en la que exhibió un talento precoz. A los cuatro años tocaba de oído algunas canciones al piano y a los seis dio su primer recital en la Academia de Música Serratos, de Guadalajara, una de las más prestigiosas del país, a la que sus padres la inscribieron para que desarrollará sus aptitudes.
Con esos precedentes no fue de extrañar que a los 17 años se recibiera como pianista de conciertos y maestra de música.
Enseguida empezó a labrarse una reputación como compositora con temas románticos como No me pidas nunca, Pasional y Déjame quererte. Pero el verdadero éxito lo alcanzó en 1941, a la edad de 25 años, cuando grabó el archiconocido tema.
Aunque su composición permaneció durante 12 semanas consecutivas en el primer puesto de las listas de Estados Unidos y cuando viajó a Hollywood todo el mundo quería fotografiarse con ella, desde Walt Disney a Rita Hayword, el éxito no pareció afectarle demasiado.
Siguió siendo una muchacha humilde y nunca abandonó su pasión por la música clásica. Además de la música, Velázquez también se dedicó a la política y entre 1979 y 1982 fue diputada federal.