Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

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La madre de Sonia Molina dijo que su hija era manipulada por Olivera

"No podés trabajar para un tipo que vive pidiéndote plata", dijo Mónica Santander. También declaró la hermana de la víctima.
La madre de Sonia Molina dijo que su hija era manipulada por Olivera. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

   La madre de Sonia Molina declaró hoy en el juicio y dijo que su hija “estaba manipulada” por Jesús Olivera, quien se encuentra acusado junto a la periodista Estefanía Heit de someter a maltratos a la mujer en una vivienda de Coronel Suárez.

   En la tercera jornada del juicio oral que lleva adelante el Tribunal en lo Criminal Nº 1, Mónica Santander dijo que conoció a Olivera a fines de 2009, en Río Colorado, y que se presentó como pastor de una iglesia evangélica de Rosario.

   Explicó que junto con Sonia empezaron a trabajar para la creación de una iglesia, aunque afirmó que con el tiempo empezó a sospechar.

   Dijo que viajó a Coronel Suárez con Sonia par ver la congregación y que al llegar advirtió que el sitio al que habían concurrido no era utilizado para esos fines.

   “Ahí me convencí”, señaló la mujer, además de señalar que Olivera intentaba que no dialogara con su hija.

   “Nos sentamos a charlar y dijo de sacarnos las caretas, entonces le dije: `sos un trucho, un estafador´”.

   Comentó que esa situación hizo enojar a Sonia y que a partir de ahí estuvieron distanciadas.

   Explicó que en una oportunidad le habían dado plata a Olivera para comprar camperas en La Salada para vender y que nunca vieron el dinero ni las prendas.

   También dijo que les hizo comprar artículos electrónicos para la supuesta congregación y que el imputado intentó convencerla para que le donara un terreno.

   Agregó que en una oportunidad le dijo a Sonia: “no podés trabajar para un tipo que no hace nada y que vive pidiéndote plata”.

   “Ella estaba muy metida con todo esto. Estaba manipulada, hacía lo que Jesús quería”.

La hermana

   Silvia Molina, hermana de Sonia, comentó que conoció a Olivera cuando éste llegó a Río Colorado y lo alojó un día en su casa.

   Detalló que unos días después se enteró que la víctima y su madre iban a trabajar para la formación de la supuesta iglesia que quería levantar Olivera en esa ciudad.

   “No les tenía permitido hablar de lo que iban a hacer”, dijo, además de señalar que les pedían cosas como netbooks, filmadoras y cámaras de fotos para formar la iglesia.

   Agregó que su hermana vendió una propiedad para darle la plata al acusado.

   A preguntas del abogado defensor Leonardo Gómez Talamoni, dijo saber que Sonia había denunciado a su exmarido por violencia y que la justicia ordenó una restricción de acercamiento.

   También admitió conocer que pese a esto la mujer dejó a su hija al cuidado de la misma persona que había denunciado.

   Comentó que no se preocuparon porque “lo veían como un buen padre”.

   Por último, afirmó que “pensamos que estaba enamorada de él (por Olivera), por la forma en que actuaba”.

Matrimonio

   Declaró también un trabajador rural de Río Colorado, quien dijo que recibió llamados de Sonia Molina proponiéndole casamiento para, de esa forma, poder convertirse en pastora.

   Refirió que habló con un pastor (sería Olivera) y que luego de varios llamados aceptó casarse, afirmando que realizó 4 o 5 giros de dinero para costear los gastos del enlace.

    Víctor Alero Sánchez describió que conocía desde hacía varios años a la víctima y que incluso con anterioridad le había propuesto iniciar una relación, aunque ésta le dijo que prefería centrar sus esfuerzos en los estudios.

   Agregó que en una ocasión Sonia lo llamó y le dijo que le debía 5.000 pesos al pastor, por lo que viajó a Tornquist para entregarle el dinero.

   Mencionó que antes de llegar recibió un llamado de la mujer, quien le dijo que no iba a ir, pero que la plata debía entregársela a un amigo.

   Sostuvo que en la terminal conoció “al pastor”, al que le dio la plata y con quien permaneció un día en la localidad serrana.

   Describió que fueron a comer y que desconfió al ver que “Jesús no hizo la plegaria (en referencia a la bendición de los alimentos)”.

   Afirmó que conoció a una mujer rubia que acompañaba al hombre y que le ofrecieron llevarlo a Santa Rosa para ver a Sonia, aunque decidió venir a Bahía Blanca por cuestiones de trabajo.

   Destacó que a los 15 días volvieron a llamarlo y que decidió cortar y no volver a hablar.