Bahía Blanca | Domingo, 28 de abril

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Micaela, una víctima del sistema

Nada ni nadie, está claro, le devolverá a Micaela con vida.

Esa sola certeza, de por sí, representa el calvario en el que habita cada día Mónica Cid, la madre de la niña asesinada.

Sin embargo, más allá del sufrimiento que ella misma califica de “insoportable”, algo en esa mujer sigue latiendo gracias a Micaela.

Que va más allá de su recuerdo. O de alguna pregunta sin respuesta, de esas que siempre afloran a la hora de las pérdidas profundas.

* * *

Acompañada por la edil Miriam Iantosca, Mónica Cid se trasladó hasta General Roca para poder estar cara a cara con el magistrado de Ejecución Penal, Juan Pablo Chirinos.

El mismo que se encargó de otorgarle salidas transitorias a Jonathan Luna -quien, por si hace falta aclararlo, desobedeció las órdenes judiciales-, único detenido por el crimen de la niña de 12 años.

“Me evadió todo el tiempo, me evadió... Lo que yo quería era que quedaran expuestas las falencias del sistema", sostuvo la mujer apenas salió del encuentro que tuvo con el juez.

Y es allí donde habría que detenerse.

En que este hombre que se preparó para impartir justicia, debería al menos expresarse en consonancia con los dichos de la mamá de Micaela.

Con que, una vez más, han quedado crudamente expuestas las falencias del sistema, del que él es parte integrante. Y en un rol clave.

Pero no.

Eligió el camino contrario. El de las evasivas.

Porque Chirinos ni siquiera se ha dado por enterado de que tras aquella firma que supo estampar, como tantas otras del mismo tenor, comenzó a desplegarse el peor escenario. Obviamente para aquella jovencita que el jueves próximo cumpliría, de no ser por la bestia que la mató y las “bondades” de una justicia en ocasiones garantista, 13 años. Apenas 13 años...

“Me dijo que la responsabilidad es de otros, del sistema penitenciario, de los psiquiatras, de los psicólogos... de todos menos de él”, sostuvo la mujer entre lágrimas. Para agregar: “Quien firma es responsable. Y él firmó las salidas transitorias del asesino de mi hija”.

Todo dicho.