Con Rada e Inchausti, el Teatro Colón se llenó de música para ayudar a la Orquesta Escuela de White
El recital contó con la participación de la Orquesta Académica bajo la dirección del maestro Juan Miceli.
En un Teatro Colón colmado, en la tarde noche porteña se desarrolló el concierto solidario "Para que vuelva la música", a beneficio de la Orquesta Escuela de Ingeniero White, que sufrió la pérdida de sus instrumentos durante la trágica inundación del pasado 7 de marzo.
El recital, que duró poco menos de una hora y media, contó con la participación de la Orquesta Académica del Teatro Colón, bajo la dirección del maestro Juan Miceli, y la presentación del violinista bahiense Xavier Inchausti y del reconocido artista Agustín “Rada” Aristarán.
En la apertura de la velada, Rada señaló que “como bahiense, que estemos reunidos para que la música salve a la música, es un hecho casi revolucionario”.
“Hoy ya conseguimos comprar todos los instrumentos para la orquesta escuela -anunció-. Va a venir toda la escuela a tocar en este escenario, por lo que será una doble fiesta para ellos: con instrumentos nuevos y una alegría y un momento que no van a olvidar más”.
El programa de la velada estuvo integrado por el Concierto para violín en Mi Menor, op. 64, de Felix Mendelssohn: I Allegro molto appassionato; II Andante, y III Allegretto non troppo – Allegro molto vivace. Posteriormente llegará la Sinfonía N° 4 en Re Menor, op. 120, de Robert Schumann: I Ziemlich langsam – Lebhaft; II Romanze. Ziemlich langsam; III Scherzo. Lebhaft – Trio, IV Langsam – Lebhaft.
La recaudación será destinada a la compra de instrumentos que se perdieron durante el temporal, con el objetivo de garantizar la continuidad del trabajo pedagógico y musical en la comunidad.
Fundada en 2008 en la vecina localidad de Ingeniero White, la Orquesta Escuela surgió gracias al impulso de docentes, estudiantes y familias de la comunidad.
Desde su creación, según se indica en la página web del Teatro Colón, ha promovido “la inclusión, la ciudadanía y el arraigo mediante la práctica musical”, fortaleciendo el desarrollo integral de un centenar de niñas, niños y adolescentes, “dándoles un espacio para crecer”.
La recuperación de los instrumentos perdidos resulta esencial, ya que representa “la restauración de una herramienta para la expresión, el aprendizaje y el encuentro social”.