Elecciones: indiferencia que se traduce en hartazgo
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El 18 de mayo se llevaron a cabo las elecciones legislativas en la ciudad de Buenos Aires, la participación fue del 53,3%, cuando el promedio histórico es del 77% para las elecciones generales. Algo similar sucedió en las provincias que desdoblaron los comicios, en Chaco se dio un 52% y en Santa Fe el 55,6%.
Por lo tanto, la “gran ganadora” es la indiferencia o la apatía, ya que se impone el deseo de no acudir a las urnas; el “no voy” está por encima de optar por una propuesta superadora o un candidato.
Desde la Psicología nos preguntamos por qué esta indiferencia respecto del proceso democrático.
Si bien la apatía y la indiferencia son fenómenos psicológicos complejos que se manifiestan en diversas dimensiones de la vida humana, estas actitudes se observan en contextos personales, familiares y también sociales. Distintas teorías esgrimen argumentos para entender estas conductas y las emociones que subyacen.
John Bowlby, con la teoría del apego, establece que las relaciones tempranas con figuras de apego pueden influir en el desarrollo emocional de la persona, afectando su capacidad para involucrarse. Quien experimenta un apego inseguro pueden mostrar indiferencia como mecanismo de defensa para evitar el dolor emocional asociado con la cercanía y la vulnerabilidad. Desde este punto de vista, la gente no fue a votar para evitar “un dolor”.
A su vez, la indiferencia también puede ser entendida desde una perspectiva adaptativa. Fenómeno conocido como la "paradoja de la elección", genera que un exceso de opciones lleva a la inactividad. Ante el agobio la respuesta es la indiferencia.
La apatía puede ser un síntoma de trastorno psicológico más severo, como la depresión. El DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) señala que la anhedonia, es la incapacidad para disfrutar de actividades que antes eran placenteras, y de a poco se da una apatía generalizada no solo hacia actividades específicas, sino también hacia la vida en su conjunto.
La Psicología Social da una explicación para entender la indiferencia del votante. Es la falta de interés o motivación para participar en procesos electorales, y puede ser influenciada por una variedad de factores psicológicos y sociales.
Por ejemplo, la disonancia cognitiva ocurre cuando una persona experimenta una inconsistencia entre creencias y sus acciones, lo que le genera incomodidad y le lleva a buscar formas de reducir esa disonancia. En el contexto de la votación, puede experimentar esta disonancia si cree que su voto no tendrá un impacto significativo en el resultado electoral. El resultado de esta creencia es la indiferencia y no ir a votar.
La teoría de la identidad social también ofrece una explicación para la indiferencia del votante. Cuando no se identifica fuerte con ningún grupo político o no siente que su identidad está representada en el proceso electoral, es probable que se experimente indiferencia hacia la votación. Investigaciones recientes muestran que la falta de identificación con los partidos políticos puede ser un factor determinante en la indiferencia del votante.
Es obvio que hay más explicaciones teóricas, pero exceden este espacio. No caben dudas que la apatía y la indiferencia también comunicaron, el desgano y la motivación también se expresaron en la urnas, me parece que es momento de empezar a registrar el estado de ánimo y las emociones de casi la mitad de la sociedad con altos niveles de hartazgo.