El árbitro colgó el silbato y le dio el pase al jugador: "Seguí lo que me dictaba el corazón"
Franco Ronconi, que dirigía Liga Nacional, Liga Argentina y hasta estuvo en Mundiales, tomó una llamativa decisión: renunciar después de 10 años y ponerse nuevamente los cortos. ¿Por qué lo hizo?
Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.
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El árbitro le pidió paso al jugador y entró al mundo de los silbatos. Aquel joven de 22 años que decidió guardar en el baúl de los recuerdos la camiseta de Universal (La Plata) fue proyectándose partido a partido como una de las promesas del arbitraje argentino.
Así transcurrieron 10 años, llegando a dirigir finales de Conferencia de Liga Argentina -estuvo varias veces pitando a Villa Mitre en Bahía-, semifinales de Liga Nacional, un Mundial U17 femenino, un clasificatorio al Mundial Femenino de Mayores, un Mundial Universitario y la Champions, entre los principales torneos e instancias decisivas.
“Fueron todas experiencias increíbles, desde lo cultural y deportivo”, resalta Franco Ronconi, árbitro FIBa. desde 2019 hasta enero de este año, cuando renunció. Sí, renunció.
Su presente es otro, o similar al que alguna vez fue, después de decidir reencontrarse con aquel Franco Ronconi jugador.
“Siempre entrené, porque me tomé el arbitraje como profesional, entonces, desde lo físico estuve bastante bien. Con el tiro -cuenta- fui reencontrándome bastante rápido. Todavía me falta el timing de ir al aro, o el contacto, voy un poco a destiempo. Es cuestión de entrenar”.
-¿Por qué la decisión de renunciar al arbitraje?
-Fue un proceso que me llevó un tiempo. No solamente fue para volver a jugar, sino también como proyecto de vida. Viendo lo que era el sistema, que tampoco se puede vivir únicamente del arbitraje, y teniendo otro trabajo (es empleado Estatal), se hace complicado. Va cansando. Elegí darle prioridad a otras cosas de mi vida que creía que me iba a perder, y porque económicamente no significaría un cambio radical. Por eso preferí alejarme, no sé si para siempre, pero sí para reencontrarme conmigo mismo.
-¿El crecimiento arbitral que tuviste no te hizo dudar de la decisión?
-Al principio sí, por todos los beneficios que tenés con el arbitraje. En su momento, tal vez podría hasta llegar a dirigir un Mundial de Mayores, no lo sabremos ahora, pero no era la llama que me terminaba de despertar.
-¿Cómo tomaron tu decisión quienes están dentro del nivel arbitral?
-La verdad que eso me pesaba. Pero el apoyo que tuve, la empatía y los mensajes que me llegaron fueron de lo mejor. Así y todo, a futuro no cierro totalmente la puerta al arbitraje, sí en este momento.
-¿Sentías que, de alguna manera, estabas defraudando a quienes confiaron en vos?
-Defraudarlos no, porque siempre que entré a una cancha, me exigieron o me pusieron un nivel más arriba pude rendir de la mejor manera. Pero sí un poco de responsabilidad en quienes confiaron en uno.
-¿Cuando te insertaste en el arbitraje estabas convencido de dejar el jugador de lado?
-Sí. Tuve que dejar de jugar al básquet porque decidí proyectarme en el arbitraje, que me dio muchísimo y lo disfruté, pero también siempre tuve las ganas de volver, más que nada a mi casa, que es mi club, Universal. En realidad, el deporte siempre me atravesó desde que tengo uso de razón. A los 5 años ya jugaba al fútbol en Gimnasia. Después pegué el estirón y me fui a jugar al básquet. Uno siempre sueña con ser profesional. Cuando podía tener la chance de jugar un Federal, decidí seguir mi carrera universitaria (es profe de Educación Física), y con el arbitraje también podía llegar a nivel profesional.
-¿Te gusta más jugar que arbitrar?
-Es totalmente distinto. El arbitraje, por más que tenés otros compañeros, es individual, porque te hacés cargo de tus silbatos y decisiones. Y tenía mucho margen de error menor que un jugador. También, el ser jugador te genera la adrenalina de un partido, el ser parte de un equipo y demás.
-¿Qué te dejó el arbitraje, en un todo?
-Para empezar, el manejar emociones de personas, controlar mi templanza, estar frío para tomar decisiones, y creo que también me enseñó a estar en soledad conmigo mismo. Hay que aprenderlo, algo que es muy difícil y no todos pueden.
-¿Cuánto te ayudó haber sido jugador al momento de arbitrar?
-Muchísimo. Y no solo eso, era, porque ahora cambié, un jugador muy conflictivo. En el juego, siendo jugador aprendés a analizar el juego y entendés la fluidez del juego.
-¿Cómo te llevás ahora con los árbitros, para ellos dirigirte debe ser una situación particular?
-Con todos he dirigido, los tuve de alumnos o compañeros. Pero del jugador que era antes, voy a tratar de mejorar mi temperamento.
-Es decir, no sos el conflictivo de antes.
-Exacto. Ya maduré, je. Trato de divertirme y disfrutar. Además, entendí que hacer foco en los árbitros es el error más grande de cualquier tipo de jugador, te desenfocás en el juego.
-¿Tus guías fueron Alejandro Chiti y Fabricio Vito?
-Sí, totalmente. Ellos son los máximos acá en La Plata y referentes a nivel nacional, cada uno con su forma de ser y arbitrar. Siempre estuvieron presentes.
-¿En estos nueve años extrañaste el jugador, el hincha...?
-Je, sí, un poco eso se extrañaba vivir esas cosas, porque uno estaba en el rol de árbitro. Pero no fue lo principal para volver a jugar, sino otras cosas personales, que también pueden ir aparejadas un poco con ser árbitro y la estructura de lo que se pretende de un árbitro, algo con lo que no estaba tan de acuerdo.
-¿Te parece que puede existir algún cambio?
-El básquet está atravesando un momento de cambio. Supongo que en algún momento se acomodará. Somos profesionales y para poder llevar una vida ordenada y brindarle el total profesionalismo al arbitraje, hay que recibir lo que uno merece, ni más ni menos. También para que los chicos se sientan motivados y sepan que pueden crecer y tener una estabilidad económica.
-¿Te considerás valiente por haber tomado esta decisión?
-Más que nada seguí lo que me dictaba el corazón, liberarme y buscar la felicidad. No lo hice por sentirme valiente, sino por animarme a conocer a otro Franco. El tiempo me dirá si fue una decisión correcta. En este momento estoy contento.
-¿Estás jugando en la misma posición que antes?
-Estoy jugando de cuatro o cinco. En La Plata se divide en Primera y Segunda. Y dentro de eso en A1 y A2 y B1 y B2. Estamos segundos en la A2, peleando por ascender a la máxima división. Y eso no es un detalle menor, porque dentro del nivel de La Plata volví a jugar en lo más alto.
-A todo esto, ¿dónde quedó la ropa y el silbato?
-Esta todo guardado.
-¿A mano?
-Je, siempre está a mano, listo para poder sacarlo.