Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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Manuel Enrique Mayer, el adiós a un entusiasta defensor de la ciudad

Incansable propulsor de la obra de su padre, el arquitecto Manuel Mayer Méndez, Manuel Enrique se constituyó también en un apasionado observador y defensor del patrimonio local.

“¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,/sin saberlo nos hemos despedido?”. Es imposible no pensar en este poema de Jorge Luis Borges al conocerse ayer la noticia del fallecimiento de Manuel Enrique Mayer, ocurrido a sus 76 años de edad.

Un mes atrás nos cruzamos en una de las veredas de la plaza Rivadavia. Era común verlo caminando por el centro, mirando edificios, con un ojo crítico sobre una ciudad que no hace mucho comenzó a mirar de otra manera, con más profundidad, con más cariño y también con cierto fastidio de ver cosas que no se hacían de la mejor manera.

Hablamos unos minutos, a las apuradas, estaba preocupado él por las obras del Museo de Bellas Artes de calle Sarmiento, averiguando detalles sobre el edificio del ex banco Hipotecario, descubriendo cada día nuevas obras de su papá --el reconocido arquitecto Manuel José Alfredo Ramón Mayer Méndez-- y queriendo conocer detalles de cómo será el nuevo Código de Planeamiento Urbano.

Por esas cuestiones de la vida, Enrique nunca tuvo demasiado conocimiento de la obra realizada su padre. Imaginaba que sería un puñado de edificios. Sin embargo, hace unos pocos años comenzó a interesarse por ese trabajo y sumó una intensa labor por rescatar el nombre de su padre, por visibilizar su legado y, a partir de ese entusiasmo, por preocuparse por el patrimonio arquitectónico en general y por todo lo que ocurría en materia edilicia y urbana en la ciudad. “Por prescripción médica hace unos seis años empecé a caminar. A caminar y a mirar la ciudad, con otros ojos, a prestar atención. Primero en las obras de mi papá, algo que resultó sorpresivo para mí por la cantidad y luego por todo el patrimonio local”, dijo en una entrevista hace unos meses.

Manuel Enrique Méndez (derecha) junto al rector de la UNS, Daniel Vega, al inaugurar en 2021 las aulas con el nombre de su padre.

Por su gestión logró que la Universidad Nacional del Sur designara con el nombre de Manuel Mayer Méndez al edificio verde del campus de Palihue, precisamente dónde se dictan las materias de la carrera Arquitectura.

Ocupó varias veces la banca 25 del Concejo Deliberante para plantear distintas inquietudes en temas urbanos, participó de la Comisión que asesora a la municipalidad en cuestiones patrimoniales, caminó la ciudad cada día y fue en ese sentido “molesto” con las autoridades, al llevar reclamos, pedir detalles y explicaciones ó manifestar su enojo ante intervenciones que consideraba inadecuadas.

No lo hizo durante muchos años, pero fueron suficientes para lograr que la figura de su padre fuese reconocida y para convertirse en un hombre de acción en materia del patrimonio, con una mirada presente y constante.

El jueves último su mujer, Beatriz, dio a conocer la inesperada y triste noticia de su fallecimiento.

Nota al pie

El arquitecto Manuel Mayer Méndez (1905-1986) nació en Santiago de Compostela, España, y se radicó en nuestra ciudad en 1929, integrando un estudio con Enrique Cabré Moré.

Entre sus más de 300 obras se incluyen el estadio de básquet del club Estudiantes (1939); la primera etapa del hospital Español; el diseño urbano del barrio parque Palihue; los edificios Taberner (O’Higgins y Brown) y el Pizá Roca (Drago y avenida Colón); el frente de la Catedral Nuestra Señora de la Merced; la sede del club Olimpo en calle Sarmiento 52; los edificios de renta donde funcionaran la casa Muñoz (O’Higgins y Drago) y la tienda El Siglo (O’Higgins y Saavedra), el rectorado de la Universidad Nacional del Sur (avenida Colón 80) y el compleno de esa casa en la avenida Alem 1200.