Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

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Liniers, diezmado, ganó y sacó chapa: ¿habrá podido ir a trabajar hoy Castets?

"Estoy jodido de una pierna, pero siempre de la cabeza voy a estar fuerte y jugando como lo hice toda la vida", dijo Cetete (39 años), decisivo en el triunfo ante Pueyrredón, por 83 a 79.

Castets observa el corte de Gattari. Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Con coraje, personalidad, (mucha) experiencia y el corazón de campeón en la mano, Liniers sacó adelante ayer un partidazo ante el durísimo Pueyrredón, válido por los cuartos de final de Primeraque se jugó como una verdadera final.

Con un plantel diezmado y pese a que llegó a perder por 8 puntos, el Chivo se quedó con el tercer punto de la serie, que ahora lidera 2-1, y mandó un fuerte mensaje para su rival y para el resto de los equipos.

"Son los playoffs, son muy difíciles de jugar, siempre digo lo mismo. Pueyrredón es un equipo muy duro y lo sabemos; hay que ir partido a partido. Nosotros estábamos con dos titulares menos, pero el equipo nunca bajó los brazos", señaló Mariano Castets, quien aportó 23 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias.

Con el alma lo grita Julián Marinsalta.

Sin Herman Banegas (sancionado por dos fechas) y Gastón Diomedi (sufrió la rotura de ligamentos de su rodilla y anunció su retiro de la actividad), el albinegro arrancó el juego con una rotación mucho más corta de lo habitual y sólo 5 mayores en su plantel.

"La rotación era corta y eso cambia todo, yo no sé si mañana voy a poder ir a laburar porque no doy más. Físicamente cuestan los partidos, pero estoy muy contento por el sacrificio del equipo, porque todos tuvimos que dar un plus. Ahora queda un partido más…", señaló Catete, quien a los 39 años jugó 36 minutos, incluso tirándose de cabeza tres veces en el último cuarto.

"Estoy jodido de una pierna, pero siempre de la cabeza voy a estar fuerte y jugando como lo hice toda la vida, sólo que ahora con un poquito más de edad. Pero bien, contento por el triunfo", insistió el base.

Tomás Bruni sale de la marca de Mateo Montes.

Banegas, sancionado, también siguió el partido desde afuera.

En ese contexto, el partido de ayer distaba bastante de cómo partía antes de que arranque esta llave que mide al 2° de la fase regular ante el 7°. Lejos de un claro favoritismo con el que partía días atrás, ayer lo de Liniers coqueteaba a veces con algo de épica.

Es que no es fácil afrontar un partido de este calibre, ante un rival de fuste como el Purre que había ganado el primer punto en esa cancha, sin dos de tus titulares y a veces principales vías de gol.

Por eso, el bicampeón se apoyó principalmente en Julián Marinsalta (goleador con 24 puntos) y Mariano Castets (23), quien tiró toda su experiencia y jerarquía sobre el parqué. Dos elementos que, con el plantel completo, suelen ser menos protagonistas, anoche se calzaron la pilcha de jugadores franquicia y les quedó a medida.

De todos modos, para eso Liniers tuvo que trabajar y mucho ante un rival que de la mano de Segundo Vasconcelo (10 puntos en el primer tiempo) y aprovechando un gran ingreso de Lucas Marín desde el banco (8 puntos en el segundo cuarto), tomó su máxima de 8 promediando el segundo cuarto: 32-24.

Lucas Marín la cuida ante Agustín Dottori.

Diomedi, lesionado, siguió el partido desde afuera.

No obstante, la piña despertó al dueño de casa, que sin su jugador dominante en la pintura jugó de frente al aro con sus cinco jugadores y aprovechó el tiro de media distancia para lastimar. Así salió de las cuerdas con un parcial de 11-0, apoyado en un buen pasaje del más veterano de los jóvenes: Santiago Gattari.

El base sustituto saltó desde el banco imprimiendo vértigo atrás y adelante y fue clave con 5 unidades en ese buen pasaje del Chivo.

A partir de ahí ninguno se pudo escapar en el marcador, por un rato se lastimaron a puro triple y de a poco el partido se volvió parejo y fue tomando aún más temperatura, hasta iniciar el último parcial igualados en 58 y con las faltas siendo un claro condicionante.

Larrandart le juega en la lleva a Roberson.

Siendo efectivo con los libres y con Catete visitando línea cada vez que se enredó en el juego interno (hizo 8-8 en libres en el 4ºC y 12-13 en el partido), más el aporte de Marinsalta, el albinegro sacó 11 de luz con poco más de 2 minutos por jugar y con la quinta de Dottori: 77-66.

Pero Pueyrredón, con los pibes y la experiencia de Pineda y Roberson, no se rindió tan fácil.

Porque Vasconcelo se hizo cargo de la ofensiva y volvió a sumar tras un segundo tiempo sin puntos y Hollender encontró tierra fértil en la zona pintada ante un Marinsalta con 4 faltas.

Marinsalta se postea ante Roberson y la ayuda de Vasconcello.

Con ese contexto, la visita se puso a 4 y con un minutos cortó con foul y mandó a la línea a Gattari, quien falló los dos (79-75) y enfrente Bruni hizo lo contrario (2-2), para el 79-77, con 49 segundos en el reloj, que volvieron a ser 4 de luz cuando Castets no falló en la línea: 81-77 con 36s.

"Hoy creo que aporté más desde la experiencia, porque físicamente estoy complicado. Pero jugando un poco con experiencia y un poco de pausa y demás, pudimos sacar el partido adelante", señaló Castets.

Al juego todavía le quedaba una acción clave más, antes de que los libres definieran el partido.

Con el marcador 82-77 y 23 segundos en el reloj, Roberson metió el primer libre y erró el segundo, Pineda bajó el rebote y su intento de sumar tras el recobre fue muy bien defendido y tapado por Marinsalta, quien encima sumó uno enfrente y comenzó a liquidar el partido.

Vasconcello mató el pique se presta para la bandeja.

Liniers ganó con una rotación herida y mandó un mensaje: nunca hay que subestimar el corazón de un campeón, incluso ante un gran rival.

Todavía no está escrita la última palabra, la seguirán el próximo jueves en el Vicente Palermo...

"Nosotros demostramos que con dos jugadores menos muy importantes, el equipo siempre mantuvo la cabeza al frente. Pero queda un partido más, ahora hay que ir a cancha de Pueyrredón y jugar con la misma seriedad", cerró Catete.