Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Los tiros de Harina en Villa Mitre: con dolor, ilusión y liderazgo

El tricolor desperdició una gran oportunidad. Mañana tendrá otra. Una temporada diferente para todos en la Liga Argentina.

Federico apunta... Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: _ferodriguez
 

Dos miradas de una misma situación: Villa Mitre llegó a la última fecha de la fase regular con posibilidades de acceder a la Reclasificación y la perdió. Suena a poco. Ahora, Villa Mitre tiene doble chance de acceder a esa instancia, jugando como local. Y eso es alentador.

Considerando que el tricolor afronta la temporada a modo de transición, incluyendo varios recambios, la posición en la que se encuentra refleja, ni más ni menos, lo que fue el rendimiento del equipo a lo largo de los 32 partidos.

Mañana lunes recibirá a Pilar. Ganando accederá a la Reclasificación, donde cruzará con Lanús. Si pierde, el jueves nuevamente será local, ante el vencedor de Gimnasia-Rocamora.

"Estábamos muy ilusionados con ganarle a Quilmes -admitió Federico Harina-, sobre todo por cómo llegábamos".

—¿La ilusión creció con las cuatro victorias en fila?

—Después de las primeras tres derrotas en Entre Ríos, habíamos perdido un poco la ilusión y volvimos a retomarla contra Parque Sur, sabiendo todos los juegos que quedaban en nuestra casa, más allá que los rivales eran muy buenos. Fue una lástima no haber concretado la clasificación sin caer al play-in, porque venimos bien, a pesar de la derrota con Quilmes. Hemos cambiado nuestra mentalidad, más que nada, en como sobreponernos ante una desventaja de 8 o 10 puntos, como mantener las ventajas o como cerrar bien los juegos. Pero bueno, el básquet es lógico, fueron 32 partidos y hoy estamos en esta situación. Seguimos en competencia y si ganamos el lunes ya cumplimos el objetivo de entrar en la Reclasificación.

—¿Haberle ganado los dos partidos a Pilar les genera tranquilidad para el juego del lunes o son historias completamente distintas?

—Por mi experiencia en todos estos años, lo anterior no hay que tenerlo en cuenta. Pasó muchas veces que se ganan en fase regular y al momento de definir es algo diferente, porque se prepara y se juega de otra manera. No hay que pensar que les ganamos los dos, de última que ellos recuerden que perdieron los dos con Villa Mitre. Nosotros tenemos que creer en lo nuestro, ser agresivos defensivamente, cortarle el juego a los pick and roll de Bruna, sacar de su goleo a Smaniotti y al griego (Tommy Demogerontas) y que entren en rotaciones, tratando de cargarlos un poco de faltas.

—Ganaron nueve partidos de local, incluyendo tres de cuatro en el tramo final, y perdieron siete. ¿Para lo que viene se quedan con esos triunfos consecutivos o bien con la derrota que los condenó al play-in?

—Nos quedamos con todo lo últimos que hicimos. Sí que duele no haber culminado entre los diez primeros y evitar el play-in, pero tratamos de pensar en la mejoría que tuvimos durante el torneo y en esa etapa final que no se coronó por pequeños detalles y, sobre todo, por el gran mérito que hizo Quilmes en el último partido para llevarse el juego. De todos modos, no es que caímos en el play-in por este partido, fueron 32 juegos. Algunos, tres o cuatro, se nos escaparon cuando los teníamos en el bolsillo, y de haberlos ganado hoy estaríamos hablando que Villa Mitre era sexto o séptimo.

—¿Notás al equipo preparado para instancias decisivas o la juventud es algo que no se puede disimular?

—Creo que el equipo maduró mucho. Sí son partidos que no dan mucho margen de error. El equipo en el último partido supo sobreponerse al gran inicio de Quilmes, porque es difícil cuando te meten 6 de 7 triples en el primer cuarto, pero fuimos llevando el juego y se definió al final. Por eso veo madurez, más allá que no deja de ser un plantel joven. Hemos mejorado respecto de lo que mostramos al inicio de campeonato, cuando notaba cierto nerviosismo. Si bien contra Quilmes teníamos que ganar sí o sí, los anteriores también necesitábamos ganar, porque nos quedábamos sin chances. No fueron partidos fáciles. Esperemos que sigamos por este camino. No hay que perder la calma.

—¿Qué le dio y que le quitó al equipo la salida de Jamaal Levy?

—Primero era algo que no esperábamos. Sabíamos que viajaba a Panamá (por el fallecimiento de su papá), creíamos que iba a volver y lamentablemente no lo hizo. Eso, por ahí nos dolió un poco y nos quitó un jugador de experiencia, que necesitás en momentos cruciales. También nos quitó rotación, porque se hizo un equipo mucho más corto. Contrariamente, significó un crecimiento de cada uno, porque tuvimos que dar un poco más. Creo que, al vernos un poco más débiles en cuanto a personal, nos fortalecimos desde lo mental.

—En temporadas anteriores Villa Mitre fue convirtiéndose en candidato, incluso, hasta jugar una final por el ascenso. ¿Se juega con mayor tranquilidad ahora sabiendo de un armado más joven y austero, sin tanta expectativa en cuanto a resultados?

—Desde lo personal, cuando salgo a la cancha siempre quiero pelear arriba, tenga a quien tenga adelante. Sí está claro que es una temporada de recambio y cuyo objetivo no es pelear el ascenso. Ojalá que terminemos lo más alto posible.

—¿Cuánto pesa esa mochila de ser uno de los más experimentados del equipo, con lo que significa la responsabilidad dentro y fuera de la cancha?

—Es algo para lo que me preparé durante los últimos años. La mochila es liviana por los compañeros que tengo al lado y al cuerpo técnico. Me hacen llevadero el día a día, me hacen sentir el líder del equipo y lo asumo de esta manera, tanto en el juego o dentro del vestuario. Sé que me escuchan y todos tiramos para el mismo lado, eso genera tranquilidad.

—¿Cómo absorbe el jugador, sobre todo los que llegaron esta temporada, el empuje del público cuando juegan de local?

—Para nosotros juega muy a favor. Si bien hicimos muy buenos trabajos de visitante, jugar de local es un beneficio, por la gente, sobre todo en momentos difíciles, cuando las cosas no salen y se siente el aliento. Uno empieza a crecer desde lo anímico. Noto que los chicos lo vienen asumiendo muy bien.

—¿Cuánto notás que evolucionaste, a partir de absorber más juego y tener una oposición más firme?

—La verdad que hasta ahora tuve una gran temporada desde lo numérico, mejor que las anteriores...

—¿A qué lo atribuís básicamente?

—Si vamos a los números en cuanto a lanzamientos, sumé uno o dos más, aunque subió el porcentaje. En temporadas anteriores tenía un rol más específico de tirador, porque así lo necesitaba el equipo. Entonces, había momentos en los que no tenía tanto el balón en la mano, y ahora, con la pelota más en la mano, maduré bastante en ser paciente y saber cuándo estoy bien o no para tomar lanzamientos, a pesar de que a veces tiro en el primer pase, generalmente cuando vengo de convertir. Las defensas son más fuertes conmigo, me saltan a doblar, y maduré en cuanto a dónde meter el balón en esas situaciones, en generar espacios para mis compañeros cuando no tengo el balón.

—¿Y esto es parte de un cambio casi obligado en el juego de Villa Mitre, con mayor fluidez?

—Sí, y lo hacemos desde el intentar correr, a partir de la transición. Nuestra principal arma es tomar el rebote, recuperar el balón, correr y llegar jugando. Es como más cómodos nos sentimos, sin dejar armar al rival para que nos doble. Debemos aprovechar la velocidad que tiene Jano (Martínez) y a nuestros pivotes, que saben caer desde atrás al poste bajo y abrir con los tiradores. 

—Bueno, ¿qué tan fuertes están para el lunes?

—Estamos bien, fuertes desde lo mental. Sobre todo, por lo hecho en los últimos partidos. Sabemos que Pilar mejoró mucho, pero nosotros también crecimos respecto del Villa Mitre del inicio.