Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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Bahía Blanca, la ciudad de las vallas y de los edificios vacíos

Varios de los edificios históricos de nuestra ciudad, todos inventariados como bienes de valor patrimonial, no encuentran destino y se van deteriorando cada vez más con el paso del tiempo.

Fotos: Pablo Presti y Rodrigo García-La Nueva.

Audionota: Guillermo Crisafulli

Por Mario Minervino / [email protected]

“Detrás de las paredes/Que ayer te han levantado/Te ruego que respires todavía”. (Charly García).

   Curiosa y singular situación es la que atraviesan varios de los edificios históricos de nuestra ciudad, todos inventariados como bienes de valor patrimonial, centenarios y de preciada arquitectura. Por distintas circunstancias han ido quedado en desuso, algunos llevan años desocupados mientras otros, a pesar de mantenerse operativos, pagan las consecuencias de una falta adecuada de cuidado y mantenimiento.

   Ubicados en pleno centro, la mayor parte de ellos en el espacio que ocupara el fuerte fundacional, su suerte parece ser la completa degradación, envueltos en distintas circunstancias que hacen compleja su recuperación. 

   Incluso por su mal estado han sido cercados con vallados de carácter “preventivo”, para evitar que la caída de revoques, mampostería u ornamentos termine por lastimar a un ocasional peatón.  

   Lo que sigue es una descripción de esos inmuebles, un poco de su historia, de su presente y de las perspectivas que hay de una posible recuperación.

Banco Nación: la economía en llamas

   A fines de julio de 2018 un desperfecto en la instalación eléctrica en el sector de calderas desató un devastador incendio en la azotea de la sucursal local del banco de la Nación Argentina, en Estomba y Moreno, el cual afectó a todo el edificio. Desde entonces la entidad viene desarrollando distintas tareas tendientes a su completa recuperación. 

   Inaugurado en 1921, el inmueble fue presentado como “el más perfecto de los que existen en el país”, un edificio-cofre, de líneas neoclásicas y afrancesadas, compacto, monumental y cerrado, para manifestar el resguardo seguro del dinero de sus clientes.

   A cuatro años del incendio la entidad continúa con las obras de reparación, las cuales, en la mayoría de los casos, exige la completa reconstrucción de elementos estructurales y las instalaciones casi como una obra nueva que, dada las características del edificio, exige inversiones millonarias.

   Hoy el trabajo está concentrado en las instalaciones termomecánicas, con el completo recambio de todo el sistema de acondicionamiento del aire. 

   “Se está renovando absolutamente todo, nada de lo existente sirve, ni siquiera los conductos de ventilación”, señaló a La Nueva. Claudio Angelini, gerente de la sucursal. 

   Esa obra fue cotizada, en mayo de 2021, en 823 mil dólares, lo cual da una idea de su magnitud, y se estima quedará terminada en 60 días.

   Por otra parte, la presencia de contenedores en la vereda del banco da cuenta de tareas de demolición y adecuación de distintos sectores, la construcción de nuevos sanitarios, la colocación de muros divisores, aberturas y la construcción de una escalera. 

   “La idea es terminar esta obra civil en octubre”, agregó Angelini.

   Mientras tanto la entidad trabaja en la elaboración de los pliegos para la puesta en valor de la fachada y la reconstrucción de las cúpulas de frente, cuyas estructuras de hierro todavía dan cuenta de la afectación sufrida por el fuego. Esas labores se estiman que se desarrollen a lo largo de 2023. 

   Por la magnitud de las tareas pendientes resulta difícil estimar una fecha de terminación de la obra en su conjunto. Queda por realizar una importante intervención eléctrica, reponer ascensores, completar la obra civil, la provisión de mobiliario y un cúmulo de intervenciones finales que permitirán retomar la actividad.  

Ex Hotel Sudamericano: Infierno en la torre

   Hace 15 años el monumental edificio de avenida Colón y Brown quedó desocupado. Había resignado ya su uso original como hotel –el más lujoso de Sudamérica al momento de su inauguración en 1909— para reconvertirse en 1987 en un Paseo de Compras de la mano de la Cooperativa Obrera, el cual funcionó durante diez años. 

   Hubo luego un par de emprendimientos comerciales efímeros hasta llegar a la actual situación de desocupación y abandono.

   En septiembre 2020 la municipalidad decidió colocar un cerco preventivo en todo el frente, atendiendo el riesgo que significaba el pésimo estado de las fachadas. Desde entonces el edificio avanza hacia su completa degradación, sin interesados en ocuparlo y con sus propietarios completamente desentendidos de la situación. 

   La única chance que tiene de revivir es de la mano de una propuesta edilicia presentada a consideración de la municipalidad hace cinco años, sin que a la fecha sus autores hayan recibido una respuesta. 

   Se trata de la construcción de una torre de 19 pisos que emerge del interior del histórico edificio y que lo recupera además con destino a oficinas y gastronómico.

   “Estamos manteniendo reuniones con el intendente (Héctor Gay), con el secretario de Infraestructura (Alejandro Meneses), con funcionarios del área de planeamiento urbano y de asesoría legal. Para avanzar con nuestra propuesta necesitamos que nos aprueben la factibilidad de la propuesta. A pesar del tiempo transcurrido todavía tenemos el visto bueno de los propietarios del bien y el interés de los posibles inversores”, explicó el ingeniero Ricardo Trobiani Rognoni, gestor del emprendimiento.

   El profesional habla de una inversión de 40 millones de dólares y define a su proyecto como sumamente beneficioso ya que “recupera el edificio original y suma una obra importante para la ciudad”. 

   De acuerdo a fuentes confiables, el intendente Héctor Gay está convencido de que la construcción de la torre es completamente positiva y beneficiosa.

Aduana: Volver al nido

   Hace cuatro años, en septiembre de 2018 los trabajadores de la Aduana que ocupaban el tradicional edificio de avenida Colón y Estomba fueron trasladados al edificio que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ocupa en calle San Martín 145. 

   El inmueble quedó entonces desocupado y su frente cercado con andamios, madera y una tela tipo media sombra. 

   Cuatro años lleva el edificio oculto detrás de esa pantalla, sin que la AFIP tenga en sus planes la ocupación del inmueble que, al decir de sus ocupantes, se encontraba en perfecto estado, tanto en su interior como en el exterior, ni su recuperación.

   “Hasta hoy no sabemos porque nos tuvimos que ir del lugar. En su momento nos dijeron que había una situación con la aseguradora de riesgo de trabajo (ART), pero nunca entendimos esa decisión. Ahora estamos en un espacio por demás inadecuado, impropio para una Aduana y con ese edificio sin uso”, comentaron a La Nueva. algunos de los empleados consultados.

   Señalaron, además, que la situación es el resultado de una política de la AFIP, de ir desocupando los distintos edificios que ocupaban los aduaneros en el país.

   “Todo el personal de la Aduana de Bahía Blanca quiere volver a su casa de Estomba y Colón. El impedimento lo desconocemos. Creemos incluso que vamos a perder ese edificio, salvo que el municipio se lo apropie”, agregaron.

   El edificio en cuestión fue el primero en ocupar la denominada “manzana fiscal”, propiedad del estado nacional. Fue construido en 1903 para servir como sucursal del banco de la Nación Argentina, aunque al poco tiempo resultó inadecuado dado el importante movimiento que tenía la entidad. 

   Cuando en 1921 ese banco inauguró su nuevo edificio en Estomba y Moreno, la Aduana pasó a ocupar el lugar. 

   El inmueble tiene como valor adicional el haber sido diseñado por el arquitecto Alejandro Christophersen, figura central de la arquitectura ecléctica en nuestro país, fundador de la Escuela de Arquitectura y de la Sociedad Central de Arquitectos.

El Correo: A  la espera de noticias

   En septiembre de 2021 la sucursal local del Correo Argentino, en la primera cuadra de calle Moreno, cumplió con la intimación del municipio y mandó colocar pantallas protectoras en el frente del edificio, atento a que por su mal estado se verificaban repetidos desprendimientos de mampostería, ornamentos y revoques, poniendo en riesgo la seguridad de quienes transitaban por el lugar. 

   Al ser declarado en 1997 Patrimonio Histórico Nacional, se señaló que el edificio era “un excelente exponente del academicismo del siglo XX, que servía a la memoria popular e identifica a la ciudad en su carácter de pionera en la población de la Patagonia”.

   Antes de colocarle las pantallas mencionadas, en coincidencia con los dos accesos sobre calle Moreno, se procedió a retirar las partes flojas del frente, lo cual en sí es una intervención que ameritaba la consulta a especialistas, atendiendo la calidad patrimonial del lugar.

   A la fecha el Correo no ha emprendido acción alguna que haga pensar en la puesta en valor del frente o en su reparación. Por el contrario, el edificio sigue careciendo de todo tipo de mantenimiento exterior al tiempo de presentar deficiencias también en sus instalaciones interiores. 

   Si todavía no se le ha colocado un cerco preventivo completo se debe en parte a que el lugar sigue en funcionamiento.

Banco Hipotecario: Aguardan un crédito

   En la esquina de avenida Colón y Vicente López se ubica uno de los edificios bancarios más atractivos de nuestra ciudad. Declarado Patrimonio cultural de la provincia. Fue construido como sede del banco Hipotecario Nacional, entidad que lo ocupó entre 1926 y 1990. 

   Al poco tiempo del retiro de esa entidad el inmueble fue ocupado por la AFIP, que lo mantuvo operativo hasta 2010. Desde entonces se encuentra desocupado, sin uso y con un mantenimiento mínimo a cargo de la entidad bancaria que resurgió como Banco Hipotecario SA pero se ubicó en Chiclana 417.

   A pesar de sus 12 años sin uso, su frente se mantiene en buenas condiciones, una prueba de la calidad de los materiales y la mano de obra de la época, en este caso a cargo de la empresa constructora de Santiago Teddi. 

   El interior se advierte en regular estado, afectado por la presencia de palomas, con vidrios rotos y filtraciones de agua que lo van afectando del peor modo.

   Siendo senador nacional, el ex intendente Jaime Linares presentó un proyecto para expropiarlo y cederlo a la municipalidad, aunque la propuesta no prosperó y tampoco la comuna se mostró interesada en el bien, atendiendo la importante inversión que exige ponerlo en buenas condiciones.

   En noviembre de 2017 el inmueble fue puesto en alquiler. La firma Baieli, a cargo de su administración, recibió algunas consultas pero ninguna una propuesta concreta. 

   Hace algunos meses la inmobiliaria retiró el cartel de alquiler colocado en la puerta principal pero el bien sigue en oferta, tanto para ser rentado como para su venta. De acuerdo a lo informado por la inmobiliaria, hoy su alquiler rondaría los 800 mil pesos mientras que su valor de venta se ubica en los 3,5 millones de  dólares. 

Escuela Nº 2: Libros sí, cercos no

   A fines de 2017 muchos creyeron que se avecinaba una importante obra para la ciudad al advertir el montaje de un cerco de obra en el frente de la Escuela Nº 2, de Vieytes 51. 

   Nada más lejos de la realidad. Era el primero de los varios vallados preventivos que irían apareciendo en el centro para evitar daños a las personas debido al pésimo estado de cada edificio.

   Monumento Histórico Cultural de la provincia de Buenos Aires, el inmueble de calle Vieytes fue habilitado en marzo de 1929, impulsada su construcción por el entonces gobernador Valentín Vergara, convecino y ex intendente municipal.

   De líneas neoclásicas, con una rica ornamentación que incluye la figura de dos guerreros, se trata de una las obras de arquitectura más destacadas de la ciudad.

   Lorena Mishevitch, presidenta del Consejo Escolar, señaló que desde esa entidad han realizado reiterados reclamos ante los organismos de infraestructura provincial, para que se considere la puesta en valor del lugar. 

   “Se trata de un edificio que es patrimonio de la provincia. Nosotros no podemos intervenir en la fachada sin tener un proyecto realizado por especialistas y el visto bueno de los organismos correspondientes. Las obras que venimos realizando son en el interior del inmueble”, mencionó.

   Al igual que los otros edificios vallados, la pantalla se convierte rápidamente en un escaparate publicitario, pese a ser una conducta prohibida y penada por ley, con lo cual el lugar se convierte en un verdadero mamarracho.

   “Desde el consejo lo limpiamos cada dos semanas, pero de inmediato vuelven las pegatinas”, señaló Mishevitch. 

   A eso se suma que, al estar el cerco alejado de la fachada, queda un espacio escondido donde la gente arroja todo tipo de desperdicios. 

   “Hemos encontrado cosas horrorosas, basura, mugre. El vandalismo es constante”, detalló la funcionaria.

   La escuela Nº 2, que aloja a tres instituciones, es parte de la primera escuela pública de nuestra ciudad, creada en 1855. El edificio se llamó Centenario hasta 1947, cuando fue rebautizado con el nombre de “Gobernador Valentín Vergara”.