Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Vinieron de Holanda y se casaron en Bahía un día antes de la final

Los bahienses Carla Quaglia y Damián Diéguez se conocieron hace 12 años y hoy comparten su hogar en Terneuzen. Se casaron el sábado pasado. “Fue perfecto”, contó la novia.

La imagen que resume todo: la alegría por la boda y por la expectativa de la final contra Francia. Foto: Gonzalo Angueira.

   “No nos entraba en la cabeza”, contó la bahiense Carla Quaglia al recordar cómo vivió junto a su flamante marido Damián Diéguez las horas posteriores al triunfo de Argentina en Qatar, en la final frente a Francia por la Copa del Mundo.

   “Estábamos en el hotel y no nos daba el cuerpo para salir a festejar. ¡No podíamos más!”, comentó. 

   El momento fue insólito para la pareja porque ambos estaban casi sin dormir ya que apenas unas horas antes y hasta la madrugada habían celebrado un acontecimiento personal muy esperado: ¡nada menos que su propia boda! Es decir que, técnicamente, estaban de Luna de Miel.


Foto: Gonzalo Angueira.

   De hecho, llegaron desde Holanda, donde viven y trabajan juntos, solo para casarse ante sus amigos y familia, ya que ambos son oriundos de nuestra ciudad. 

   “Era el lugar en donde nos teníamos que casar. No había otro lugar en el mundo”, destacó.


Se casaron por Civil y en la iglesia Santa Rita, el 17 de diciembre. Foto: Gonzalo Angueira.

   “El Mundial no modificó para nada nuestros planes. Fue perfecto que la final del Mundial fuera al otro día de nuestro casamiento y encima que hayamos ganado. No podíamos creerlo. Y más teniendo en cuenta que la pasión de Dami es el fútbol, ya que juega desde muy chiquito”, comentó la novia.

   “Fue algo increíble para nosotros. Fue como cerrar el círculo de la perfección. No pudimos salir a festejar porque llegamos al hotel a las 7 de la mañana y no nos podíamos dormir de la ansiedad”, confió.


Crédito: Gonzalo Angueira.

   Damián directamente no durmió. A las 10.30 los dos se sentaron en la cama del hotel, en plena Luna de Miel, a mirar la previa. 

   “Cuando empezó el partido yo oía pero no miraba por cábala porque en los anteriores partidos cada vez que me iba a hacer algo metíamos un gol”, dijo.

   En Holanda, ambos trabajan para la misma compañía internacional, aunque ella ingresó unos años más tarde, porque debió aprender a hablar inglés.

   Terneuzen, donde tienen su hogar, está en la frontera con Bélgica cerca la turística ciudad de Brujas. 

   “Allí la gente es muy amable e inclusiva. Si no sabés holandés, te hablan en inglés. Ellos le dan mucha importancia al inglés como segundo idioma porque saben que es el único país donde se habla holandés. Eso está muy bueno y te sirve siempre, ya sea cuando vas a los supermercados o locales de ropa. Te ayudan mucho, porque lo sabe gente de todas las edades”, destacó.

   Se quedarán en Bahía Blanca de luna de miel hasta el 6 de enero (para ellos se tomaron 3 semanas de vacaciones) y luego regresarán a su casa en Holanda.

   


   Un viaje muy especial a París, el año pasado, cuando le pidió la mano.

   “Gracias a Dios pudimos comprar una casa allá y nuestro auto. Al principio no teníamos nada, estábamos esperando que llegue nuestra mudanza que tardó como tres meses. En ese tiempo la compañía nos dio una casa chiquita para vivir y luego alquilamos un departamento unos meses donde solo había una mesa, sillas y un par de platos y vasos”, rememoró.

   Respecto a la historia de amor, comentó que nació a través de Facebook, en 2010, cuando él le envió una solicitud de amistad porque tenían amigos en común. Charla va, charla viene y algunos encuentros decisivos, terminaron enamorándose.

   “En 2016 nos fuimos a vivir juntos y vivimos en Bahía durante 2 años antes de emprender nuestro viaje al viejo continente”, dijo.
   Dos años después Damián quedó seleccionado para hacer un máster en Zaragoza, España. La pareja decidió emprender la nueva aventura juntos. 

   Damián se fue en febrero a Malta a estudiar inglés durante seis meses y Carla se quedó en Bahía Blanca para poder terminar sus estudios. Luego de 6 meses a distancia se encontraron en Zaragoza donde Damián empezó a hacer el Máster full time.

   Carla trabajó de camarera en una pastelería argentina y en un supermercado. Finalizado el Máster, Damián consiguió trabajo en una empresa internacional en Holanda. 


Primeros tiempos de la relación que terminó en una boda.

   “Regresamos a Bahía y juntamos todas nuestras cosas de nuestra casa de Bahía para moverlas hasta Terneuzen”, contó.

   Como Carla sabía lo básico de inglés decidió anotarse en un curso en Inglaterra pero la pandemia anuló sus planes. Finalmente, estudió a la distancia con Antonella, una profesora de bahiense a quien conocía de toda la vida.

   “Practicamos durante meses hasta que un día le dije ‘No puedo más: necesito trabajar’. Preparamos currículums y practicamos las entrevistas en inglés hasta que me dijo ‘Estás preparada’”, comentó.

   “Un día tomé fuerzas y apliqué en una consultora y al otro día a la mañana me llamaron y me preguntaron ‘¿Estás lista para tener una entrevista ahora?’ Dije que sí y quedé”, recordó.

   Así fue que al poco tiempo empezó a trabajar en la misma compañía que Damián.

   Damián le pidió la mano en París, de un modo muy especial

   En 2021 viajaron a París a celebrar su aniversario número 11 y Carla se llevó varias sorpresas.

   “Juntos organizamos todo: el hotel, qué lugares conocer… Cuando llegó el día tomamos un tren desde Bruselas a París y al llegar Damián me dijo que estaba cansado y prefería tomar un taxi en vez del transporte púbico”, narró.

   Al bajar del taxi, Carla descubrió que el hotel no era el que habían reservado sino uno de mucha más categoría. 


El anillo de compromiso que Damián le entregó al pedirle la mano.

   "Creí que nos habíamos equivocado hasta que me confesó que era una sorpresa”, contó.

   Había reservado una suite y una mesa en un restaurante que estaba arriba de un barco. Por la noche cenaron juntos mientras navegaban por el río Sena.

   “Después de esa cena romántica hermosa volvimos al hotel. Cuando empezamos a subir las escaleras para ir a la habitación empecé a encontrar pétalos de flores y sobre la cama de la habitación había un corazón enorme hecho de pétalos”.

   Damián había comprado champagne y un ramo de flores.

   “Yo no lo podía creer y me agarré la cara del asombro. Y cuando me di vuelta estaba Damián arrodillado pidiéndome si me quería casar con él. Esa es nuestra historia de amor”, mencionó.

   Una perlita: ¿cómo vivieron el partido Argentina-Holanda?

    El partido lo vieron en casa de los papás de Damián.

   “Estábamos muy nerviosos. Yo me levantaba a cada rato, no podía creer lo que estaba pasando. Damián tiene pasión por el fútbol. Jugó en la Liga Universitaria de Bahía Blanca y en la Liga de Profesionales. Gran parte de su vida es el fútbol”, señaló.

   Sus compañeros de trabajo de Holanda no paraban de escribirles al Whatsapp, a lo último para felicitarlos.

   "El equipo donde trabajamos son gente muy buena. Supieron reconocer hasta que Messi merecía ganar el Mundial. Gracias Dios terminamos ganando”, dijo.

   Los amigos de la pareja los esperan ansiosos en el sur de Holanda.

   “Muchos de ellos argentinos. Uno cuando se va a vivir afuera va generando amistades que se van volviendo familia. Hemos armado un grupo muy lindo y somos una contención muy grande para todos nosotros que reemplaza a la familia para no estar tan solo allá. Eso le hace muy bien al alma y al corazón”, concluyó.

   Carla Quaglia es Técnica en seguridad e Higiene y Control ambiental Industrial, egresada de ISEME. Damián Diéguez es Ingeniero industrial (UNS) e hizo un Máster de Ingeniería en logística y gestión de cadenas de suministro ( MIT y Universidad de Zaragoza) Recibió un premio como mejor tesis del máster.