Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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Sospechado de entraderas fue condenado por portar el arma robada a un policía

La sentencia recayó en Ivan Mendoza, cuya espectacular detención se produjo un sábado de julio, a plena luz del día y a pocos metros del Teatro Municipal.

Sábado 9 de julio, a la tarde. El operativo policial concluyó en Alsina casi Dorrego. Fotos: archivo La Nueva.

   La cuarta condena en apenas 8 años sumó Ivan Ariel Mendoza, detenido la tarde del sábado 9 de julio pasado, en Alsina y Dorrego, en el marco de un espectacular operativo policial.

   Mientras sigue siendo investigado en relación con una serie de entraderas que por esa fecha se produjeron en la ciudad, el sospechoso recibió una pena de 4 años de cárcel por llevar consigo una pistola robada meses antes a un policía bonaerense.

   Mendoza, de 42 años, nació en Bahía Blanca aunque tiene domicilio en Belgrano sin número de Tornquist. Al momento del procedimiento conducía una Ford EcoSport blanca, patente NJV 007, junto a una mujer y un chico.

   El fallo en su contra lo dictó el juez Cristian Yésari, del Tribunal en lo Criminal N° 1, luego del acuerdo de juicio abreviado que firmaron el acusado; su defensor, Maximiliano De Mira y la fiscal Claudia Lorenzo.

   Le imputaron el delito de portación de arma de guerra agravada por tener antecedentes por delitos dolosos contra las personas. Y se lo declaró reincidente.

   Es que en su foja figuran 3 condenas anteriores. La primera de ellas, dictada el 30 de diciembre de 2014 por el Tribunal en lo Criminal N° 3, a 3 años de prisión efectiva, por el robo de un vehículo dejado en la vía pública, hecho por el cual recuperó la libertad condicional en junio de 2015.

   Menos de dos años después, la Cámara en lo Criminal de Viedma le impuso 3 años de prisión por lesiones agravadas por violencia de género en el marco de una relación de pareja, en concurso real con amenazas y violación de domicilio. Como violó la condicional, le aplicaron una sanción única de 3 años y medio de cárcel.

   Finalmente, el 8 de julio de 2020, el Juzgado en lo Correccional N° 1 local lo condenó a un año y 6 meses de cárcel, por encubrimiento agravado, fallo que quedó firme 20 días después, con agotamiento de pena el 2 de mayo del año pasado.

Por un aviso

   El operativo policial del 9 de julio pasado concitó la atención pública porque se produjo a plena luz del día y a metros del Teatro Municipal.

   Dos policías del Comando de Patrullas recibieron un aviso desde la central acerca de la circulación de una camioneta EcoSport con pedido de secuestro en una causa por robo con armas.

   Al observarla en Alsina y Soler, se pidieron refuerzos y, tras una breve persecución -luego de que hiciera caso omiso al sonido de las sirenas-, se lo interceptó en la esquina con Dorrego.

   Tras revisar el vehículo, en el baúl encontraron un bolso con una computadora y la pistola Bersa Thunder Pro, calibre 9mm., perteneciente a la fuerza de seguridad. Y también secuestraron las llaves de una camioneta que había sido robada durante una entradera en una vivienda ubicada en Castelar y Necochea, en Villa Soldati.

   El arma tenía el cargador colocado con 15 proyectiles y estaba apta para el disparo.

   La agravante que tuvo en cuenta el juez para la calificación legal tiene que ver con la condena en Viedma, delito en el cual también había usado un arma de fuego.

   Para Yésari, no hubo dudas de la intervención de Mendoza en el delito, más allá de que en su declaración negó los cargos y dijo que le plantaron el arma.

   Tuvo en cuenta los dichos coincidentes de al menos 6 policías y un testigo civil que observó cuando revisaron el vehículo y encontraron la pistola.

   Dicho testigo, a su vez, reconoció verse sorprendido porque también secuestraron al menos 3 barretas (una como una cruz corta y con punta) y un handy con auriculares que fue encendido adelante de él y tenía la sintonía de la frecuencia policial.

   Toda esa escena se corroboró con los registros de las filmaciones de las cámaras de seguridad del sector.

   A su vez, un informe de la ANMAC acreditó que el arma no estaba registrada a nombre de Mendoza y que el detenido, por otro lado, no está inscripto como legítimo usuario.

   "La alegación de que el arma fue 'puesta' por la Policía en el baúl del auto (...) no tiene corroboración con ningún elemento de prueba en autos, resulta pueril y, por el contrario, queda lisa y llanamente desacreditada por los elementos de prueba", dijo el juez.

"Perseguido"

   En su indagatoria, Mendoza dijo que es "perseguido" por la Policía, aunque desacreditaron sus dichos.

   "Vengo sufriendo persecución por la Policía hace rato, me venían diciendo que me iban a poner un arma, tengo filmaciones de la DDI revisando el patio de mi casa y el de mi madre, me han amenazado varias veces en la calle, no sé por qué me quieren imputar hechos", afirmó.

   Declaró que "me quieren meter hechos, por mi estatura" y que la camioneta la suele usar su cuñado y, 3 días antes del operativo, revisó el baúl y no había nada, salvo el crique.

   "Yo desconozco el arma, decían que era de la Policía, supongo que la pusieron ahí, desconozco el tema del arma", remarcó. 

   El día del procedimiento -sostuvo- iban a ir a la Plaza Rivadavia pero como "estaba llena" decidieron dirigirse al Parque de Mayo. Al circular por Alsina fue interceptado por los patrulleros.

   "Les habían dicho que detuvieran la camioneta, pero los que estaban ahí no entendían por qué. Una vez que nos bajan, se ponen 5 policías en el baúl, me ponen los ganchos y me llevan", cerró.

   Sin embargo, para Yésari sus dichos chocan con la declaración de los testigos y porque la revisión del baúl quedó filmada con las cámaras de seguridad.