Lola Derromediz: la pequeña bahiense trasplantada forma parte de un documental argentino
La experiencia de la resiliente niña que el 1 de junio de 2016 recibió el corazón de un donante pediátrico forma parte de la obra audiovisual “Entrevidas”, del director Pablo Doudchitzky, que puede verse en Cine Ar Play.
Anahí González Pau
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La historia de Lola Derromediz es muy particular, porque había muchos factores en su contra cuando entró en la lista de emergencia del Incucai, en mayo de 2016, para recibir un corazón. Por un lado, porque la donación pediátrica no es frecuente y, por otro, porque su grupo sanguíneo (B+) no ponía las cosas sencillas.
Sin embargo, contra todo pronóstico, el corazón apareció y Lola tuvo una segunda oportunidad. Y luego, varias más.
Este fue uno de los motivos por el cual el realizador Pablo Doudchitzky, incorporó su experiencia y el testimonio de su familia y de la misma protagonista en “Entrevidas” el documental sobre donación de órganos que ya puede verse en Cine Ar Play, de forma gratuita.
El realizador tiene una historia con muchos puntos en común con Lola: luego de sufrir un colapso hepático, recibió un trasplante que le permitió seguir con vida.
Tras sobreponerse a un coma de 100 horas, no sólo vio crecer a su hija (que ya cumplió 15 años), sino que además se vio madurar a sí mismo a partir de lo creativo.
En el documental, la mamá de Lola, Flavia Sapienza y su papá Darío Derromediz, cuentan algunos aspectos de la cardiopatía congénita de la niña en un contexto muy íntimo, en el que abren las puertas de su casa y en el que se puede ver, la trastienda de la entrevista. Mía, la hermanita de Lola, la besa y la entretiene con el celular. En esa “cocina” del registro audiovisual se ve el amor, con mucha más potencia que cualquier palabra que se diga o que intente explicar algo.
En ese intercambio de las hermanitas, se trasluce la lucha permanente de cada miembro de la familia y el gran sostén de Lola, cuyo caso tuvo una repercusión de alcance nacional.
Tres años después de esa primera entrevista, el director volvió a filmar a la familia. Esta vez solo a Flavia y las nenas. Y allí la vemos a Lola: valiente, yendo al frente, vital y carismática. Otra vez, en relación amorosa con su mamá y su incondicional hermana.
Se larga a hablar frente a la cámara mostrando todo su histrionismo, su chispa y lo remata con un desafío que hace estallar en carcajadas al realizador: “Si me estás grabando te mato”.
Lola dibuja, canta, baila y toca el ukelele.
Lola y Mía, inseparables.
En abril pasado, esta valiente pequeña que pasó por múltiples pruebas, pudo festejar sus 6 años de vida en el Parque Boronat, junto a sus seres queridos y ahora tiene un nuevo motivo para festejar: su batalla se transformó en arte en imágenes.
Hoy la familia vive en capital federal, decisión que lo papás tomaron para estar más cerca del Hospital Italiano pero están coordinando todas las acciones necesarias para regresar a vivir a Bahía Blanca, en breve, con el aval de los médicos ya que Lola está muy bien de salud.
El año pasado egresó del Jardín 917 de Bahía Blanca, tras realizar la cursada de forma virtual. Este año empezó primer grado en Buenos Aires.
La mejor noticia es que parte de la vida de Lola quedó registrada en esta obra audiovisual que es una caricia para quienes precisen aliento de vida, esperanza, ese susurro que los motive a no bajar los brazos, aún en el más desalentador de los escenarios.
La historia
Lola nació el 27 de abril de 2015 con una miocardiopatía no compacta congénita. Su corazón tenía 40 pulsaciones por minuto, cuando lo esperable son 150 pulsaciones por minuto. A los 5 meses de vida le colocaron un marcapasos.
Antes de que cumpliera el año los médicos del Hospital Italiano porteño –al que fue derivada por el cardiólogo bahiense Juan Pablo Fabris- le practicaron una resincronización cardíaca y volvió a Bahía Blanca. El 9 de mayo de ese año entró en la lista de emergencia del INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) como candidata a un trasplante de corazón.
Contra todo pronóstico, el corazón para Lola apareció y el trasplante fue exitoso.
La familia de Tiziano, el donante pediátrico, los contactó y hasta hoy mantienen una amistad.
Donar órganos es donar vida, y el corazón de Tiziano, hoy en el pecho de Lola, puede seguir latiendo.