Bahía Blanca | Miércoles, 17 de abril

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Matemático, investigador y mejor promedio de la UNS: "Nunca me sentí encasillado”

El bahiense Emanuel Eduardo Ramadori, Licenciado en Matemática con el mejor promedio de la casa de altos estudios en la 365ª Colación de Grados, con 9,75, trabajó los primeros años de su carrera medio tiempo en una pollería para sostenerse económicamente. Antes, fue gerente de una casa de hamburguesas, pero renunció para ir tras su pasión.

Emanuel Ramadori. Crédito: Pablo Presti -La Nueva.

 

   Anahí González Pau
   agonzalez@lanueva.com

    El bahiense Emanuel Eduardo Ramadori, de 30 años, fue el alumno más destacado de los 180 que recibieron su diploma, con un promedio de 9,75, en la 365ª Colación de Grados de la casa de altos estudios.

   Había dejado la carrera, pero con 25 años, siendo padre, decidió retomar la Licenciatura en Matemática, con el objetivo de tener un trabajo que le gustara. 

   Trabajaba desde los 20 años como empleado part time en una reconocida casa de hamburguesas de nuestra ciudad. Cuando le ofrecieron la gerencia, y ante la llegada de su hija, dejó la licenciatura y se dedicó a este trabajo. Fue gerente durante 4 años, hasta que reflexionó que vivir de la matemática sería fantástico. pero no podía hacerlo mientras trabajara entre 9 y 10 horas por día.

   Entonces la familia de unos amigos le dio empleo en una pollería y se reinsertó como estudiante de la UNS.

    “Muchas personas me recomendaron estudiar otra carrera, me dijeron que no valía la pena estudiar, que tenía que enfocarme en trabajar, pero por suerte también hubieron muchos amigos y familiares que me apoyaron”, contó.

  Está casado con Daiana, con quien tiene una hija, Luana.

  De pequeño ya tenía un interés natural en las matemáticas, cuando se aburría pasaba el rato haciendo multiplicaciones y divisiones. El interés creció con los años y se convirtió en una pasión.

  “Creo que el rechazo hacia las matemáticas en el Nivel Secundario se debe, principalmente, a que en general no es una materia que se aprenda a la primera, hay que practicar, pensar y tener paciencia para poder entenderla”, dijo.

  “Por otro lado, pienso que es necesario un cambio en su manera de enseñarlas, buscando despertar el interés en los estudiantes. Aún hoy en día, se sigue apelando a un aprendizaje memorístico que, si bien tiene sus beneficios, requiere demasiado tiempo y no garantiza el entendimiento de las mismas”, destacó.

  Subrayó que la mayoría de las carreras terciarias y universitarias tienen esta materia, por lo que un manejo temprano de ellas facilita a los estudiantes que puedan seguir adelante con sus sueños y proyectos.

  “Por otro lado, si deciden no estudiar, o estudiar a una carrera sin matemáticas, el razonamiento lógico que se desarrolla al aprender matemáticas será una herramienta fundamental que podrán aplicar a prácticamente cualquier ámbito de la vida”, dijo.

  Dio como ejemplo las finanzas personales y hasta cómo gestionar el tiempo.

  “Considero que el valor de la Matemática es muy alto, ya que tiene utilidad en muchas áreas del conocimiento y proporciona una forma clara de modelar y resolver problemas de distintas disciplinas”, evaluó.

  Emanuel creció en una casa en la que se leía mucho. Además su padre y su tía estaban cursando estudios cuando él tomó la decisión de estudiar una carrera universitaria.

  “Nunca me sentí encasillado en un tipo de personalidad específico, tal vez se deba a que no me considero dentro del “estereotipo” del matemático.
  Comentó que, en general, en Argentina la mayoría de matemáticos tienden a desarrollarse laboralmente en el ámbito académico, como docentes e investigadores.

  “Actualmente se está trabajando en formar matemáticos con mayor conocimiento en programación y estadísticas, de manera tal que haya una mayor inserción de ellos en la industria y las finanzas”, dijo.

  Actualmente Ramadori realiza un doctorado, junto con una beca de CONICET que le permite dedicarse a tiempo completo. Además, tiene un cargo de Ayudante de docencia en la UNS.

  “Respecto a becas en el exterior, son una posibilidad, pero por lo pronto tengo pensado quedarme en la UNS, y devolverle de alguna forma los años de formación que me dio”, dijo.

   Admira a muchos profesionales del ámbito de esta disciplina.

  “En la UNS tuve excelentes profesores, en particular Pablo Panzone y María Julia Redondo han sido un ejemplo para mí, como matemáticos y como personas. A nivel internacional admiro a Grigori Perelmán, quien fue capaz de resolver la Conjetura de Poincaré, el único de los Problemas del Milenio resueltos hasta la fecha”, expresó.

  Lector del destacado bahiense, literato y matemático Guillermo Martínez, comentó que en su casa tiene dos libros suyos: “Crímenes Imperceptibles” e “Infierno grande”.

  “Me gusta como combina elementos de thriller con las matemáticas. Fue una grata sorpresa cuando supe que había estudiado Lic. en Matemática en la UNS”, contó.

  “En estos años le dediqué bastante tiempo al estudio, pero no considero que haya sido un esfuerzo, pues realmente disfrute de cada materia”, dijo.

    Desde los primeros años, supo que quería seguir investigando por lo que apuntó a un promedio alto para tener mayor oportunidad de obtener una beca doctoral.

  “Mi familia me apoyó siempre, mis padres y mi abuela siempre me alentaron a seguir estudiando. Agradezco especialmente a mi esposa Daiana y a mi hija Luana quienes me acompañaron en el día a día y gracias a su paciencia y cariño esto fue posible”, señaló.