Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

Escenario político: un nuevo cálculo favorece un posible ascenso de fase en Bahía

La Provincia contabiliza los casos de COVID de una manera diferente al Municipio, lo cual ya permitió que el Conurbano suba de fase 2 a 3. Además, el enigma Pepe Sánchez y otros movimientos de cara al año electoral.

Gay y Kicillof, en una reciente visita del gobernador a Bahía. (Foto: Pablo Presti - La Nueva)

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   En el océano de las confusiones por el sistema de fases, confinamientos y otras jaquecas de la pandemia, surgió la novedad de que la Provincia no cuenta los casos de coronavirus de la misma manera que la Municipalidad. Es decir, al momento de determinar la incidencia de casos en el distrito, nada menos que una de las variables clave para decidir si Bahía Blanca se queda en fase 2 o asciende a 3, el análisis de la Gobernación no se basa en los mismos números que difunde a diario la comuna.

   Al anunciar la rehabilitación de las clases presenciales en el Conurbano, el gobernador Axel Kicillof sostuvo que en esa zona la incidencia de casos había bajado a 401 cada 100 mil habitantes durante los últimos 14 días. Al estar por debajo de 500 cada 100 mil, y contar con una ocupación de terapias intensivas inferior al 80%, la cuenta daba para que la región más poblada del país saliera de la situación de Alarma Epidemiológica.

   El número causó sorpresa. El intendente bahiense Héctor Gay se preguntó cómo podía ser que La Matanza estuviera en mejores condiciones que Puan y la respuesta provincial llegó, en parte, con la explicación del dato. Desde La Plata señalaron que se debe anotar cada caso utilizando la fecha de inicio de los síntomas, no de la confirmación del contagio por laboratorio.

   Es un modo de cálculo que, si no se toman ciertas precauciones en el análisis, tal como explica la investigadora del Conicet y docente de la UNS Valentina Viego, puede inducir a una subestimación de los números. Para Bahía implica estar más cerca de cumplir los parámetros exigidos para salir de fase 2.

   Al tomar como referencia la fecha de inicio de síntomas (FIS), se observa que los últimos tres o cuatro días de esos 14 siempre hay muy pocas denuncias, ya que la mayoría de las personas espera un tiempo antes de manifestar su condición ante un organismo público o privado y la carga se termina haciendo en forma diferida.

   Se ve más claro en un cuadro que difundió Viego en un hilo de Twitter:

   Sostuvo la experta en estadísticas: "Miren BBca: el 13 junio se informaron 201 casos nuevos y ninguno (0, cero!) empezó con síntomas ese día. Razones? Varias. Uno cae en la cuenta que tuvo síntomas tarde, espera a ver si se le pasa y los laboratorios también aconsejan esperar unos días para evitar falsos negativos".

   El índice FIS, si no se reacomoda con proyecciones estadísticas, empuja los números a la baja. Tomando este indicador, nuestra ciudad tenía anteayer 580 casos cada 100 mil habitantes, cerca de los 500 requeridos para solicitar el ascenso de fase. Pero, si se miran los números que publica la Municipalidad en el portal de gobierno abierto, donde no se utiliza el FIS sino las confirmaciones por laboratorio, Bahía está peor: tiene alrededor de 1.000 casos cada 100 mil habitantes. ¿Cuál es la cifra que vale? La provincial. Dicho sea de paso, la más difícil de rastrear.

   Paradoja: el dato más benévolo es el que manejan los "duros" de la cuarentena, en la Gobernación. Los "aperturistas" del Municipio, en cambio, informan de modo tal que parecen favorecer las restricciones.

   En Alsina 65 se enteraron en estas horas de esta nueva forma de cálculo, que hasta ahora no figuraba en ninguna de las planillas que se revisan a diario en los principales despachos. En la gestión de la pandemia, todos los días se aprende algo nuevo.

   Mientras tanto, de a poco empiezan los movimientos para el armado de listas y un encuentro ocurrido la semana pasada en nuestra ciudad entre el exjefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, y el creador de Bahía Basket y campeón olímpico Juan Ignacio "Pepe" Sánchez, disparó inquietudes.

   Hace rato que se menciona la posibilidad de que Sánchez se incorpore como figura a algún espacio político. Su buena imagen y su inteligencia organizativa lo ponen en el radar de las principales coaliciones. Incluso una reciente aparición pública junto con el intendente recorriendo obras alimentó las expectativas de quienes quieren verlo con la camiseta de Juntos por el Cambio.

   No obstante, por ahora la política partidaria no parece estar en los planes del ex NBA. Fuentes muy confiables aseguran que Peña se contactó con Pepe para conocer el programa de bienestar y liderazgo que diseñó el Dow Center, con el objetivo de tomar experiencias en la elaboración de un proyecto personal que va en ese sentido. Las conversaciones entre ambos, según pudo saber La Nueva, no estuvieron ni cerca del análisis de candidaturas. ¿Esto significa que uno de los cerebros más potables de Bahía no se meterá jamás en el barro de la política? Pregunta para la bola de cristal.

   Una curiosidad de la visita de Peña es que no whatsappeó a ningún dirigente amarillo de la ciudad, pese a que en su lista de contactos figuran varios nombres de peso regional. Tal vez sea cierto que el otrora alter ego de Mauricio Macri esté retirado, al menos por un tiempo.

   Lo que sí está ocurriendo en JxC es el despliegue de una línea interna a nivel seccional que se identifica con el ala dura del PRO, que hoy encarnan Mauricio Macri y Patricia Bullrich. El dorreguense exdiputado Jorge Srodek y el actual director de Zona Franca por Coronel Rosales, Gustavo Bellozas, son las caras visibles.

   Con la anuencia del jefe comunal rosaleño, Mariano Uset, Bellozas busca un lugar en la mesa chica regional, donde siguen ordenando Santiago Nardelli y Nidia Moirano, quienes junto con Héctor Gay se muestran más inclinados hacia el vidalismo-larretismo. La intención del directivo de ZF, según expresa, es horizontalizar la conducción y no enterarse de las decisiones por los diarios.

   Uno de sus objetivos inmediatos es pelear espacios en las listas de diputados provinciales para esa línea macrista-bullrichista. Para toda la Sexta Sección habrá 11 lugares en juego y en Juntos por el Cambio se vencen 6 mandatos.

   Una cosa se mueve a favor y una en contra de esta vertiente que asoma. Lo primero es que Punta Alta quedó en el umbral en las últimas dos legislativas y Nardelli-Moirano saben que es una deuda. Cuando en 2017 entraron 6 diputados el séptimo puesto era de Fabián Tuya, que representaba los colores rosaleños, mientras que en 2019 ingresaron 3 senadores, dejando afuera por un pelo a quien iba cuarta, la secretaria de Gobierno de Uset, Abigail Gómez. Sería una rareza que el vecino distrito no ponga a un dirigente en los puestos a salir este año y Bellozas quiere estar ahí.

   El lado complicado es que también hay otras opciones, siempre. Y que para llegar a ese lugar hace falta tener mucho apoyo arriba. La realidad es que Bullrich, la probable interesada en construir fidelidades sólidas en cada región debido a sus competencias con el eje Vidal-Larreta, tiene muy buena relación con la senadora Moirano, con quien comparte mesa directiva en el comité nacional del PRO. Por quién pulsee la exministra será decisivo.

   Si no lo hace en favor del directivo de Zona Franca, éste verá debilitadas sus aspiraciones, no solo en este turno electoral sino en la construcción de aquí en más. Esa línea macrista-bullrichista también está tentando halcones en Bahía Blanca, que podrían revisar sus posiciones si ven que la corriente no prospera y se imponen los alineados con el vidalismo-larretismo.

   En el Frente de Todos hubo una reunión política de primer nivel la semana pasada, tras los actos oficiales por la visita del jefe de Gabinete nacional, Santiago Cafiero, el ministro del Interior, Wado de Pedro, y el titular de la cartera de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. El poker de visitantes se completó con el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.

   La densidad del encuentro la otorga qué representa cada uno. Cafiero es el riñón del presidente, De Pedro es una de las almas de La Cámpora, Katopodis es el ministro que fue intendente bonaerense y conoce las lógicas de quienes ocupan esos cargos, e Insaurralde es el socio de Máximo Kirchner en la búsqueda de renovación dirigencial en el Conurbano, donde están los votos.

   Al encuentro solo asistió la primera plana del FdT bahiense y de la región, no segundas líneas. El trío Susbielles-Godoy-Feliú, más legisladores provinciales e intendentes. El foco de la charla estuvo en la necesidad de mantener la unidad, transmitir que por fuera del actual esquema de poder solo está el vacío.

   Es cierto que si el Frente de Todos se mantiene unido tiene una potencia electoral difícil de igualar en la Provincia y la Nación. Tan cierto como que hay un peronismo corrido de eje que buscará capturar a los desencantados, que siempre aparecen. Al margen del autodenominado peronismo republicano dentro de Juntos por el Cambio, explora un camino propio Florencio Randazzo, la piedra en el zapato de Cristina en 2015 y 2017.

   Si Randazzo cierra con el lavagnismo y otros sectores del panperonismo podría hacerse de un porcentaje de votos quizás pequeño en términos individuales, pero significativo si se los "roba" al oficialismo. Una duda allí es cómo jugarían los bahienses que estuvieron alineados con el exministro del Interior hace cuatro años, puntualmente Marcelo Feliú. Es otra pregunta para la bola de cristal, aunque un razonamiento básico es que el senador bonaerense debe comprender lo mismo que la mayoría de sus compañeros: hoy el error estratégico sería romper la unidad.

   ¿O será que Randazzo está amagando por afuera para terminar por adentro? Alberto Fernández fue su jefe de campaña en 2017 y es conocida la buena relación entre ambos. Cristina es quien lo veta. Pero si la vice ya perdonó al propio Alberto y a Sergio Massa, por qué no podría tener otro gesto que conjugue una pizca de magnanimidad y bastante de pragmatismo.

   Volviendo a lo estrictamente local, de aquí al cierre de listas del 24 de julio falta mucho, pero algo se puede orejear en el peronismo. La presidenta del bloque de concejales Gisela Ghigliani está en un punto muy alto de la consideración interna y parece número puesto para ser una de las caras de la campaña. Demostró pertenencia, lealtad y elocuencia. Y es mujer, detalle no menor en un espacio que intenta liderar la agenda de género.

   Uno que estaba obligado a pelear por su inclusión en las listas este año era Santiago Mandolesi Burgos, teniendo en cuenta que quedó en la gatera en los últimos turnos, pese a ser uno de los impulsores desde el minuto cero de las aspiraciones tanto de Ghigliani como de Federico Susbielles. Pero, afortunadamente para quienes planeen competir en esta legislativa, su nombramiento como presidente de Zona Franca libera un cupo.

   Mandolesi ya tomó posesión en las oficinas de calle Soler al 100, donde hasta hace poco mandaba Lisandro Ganuza, ahora director en el ente en representación del Municipio. Además de convivir con Ganuza (y Bellozas), el expresidente del Concejo se encontró con que deberá aprender de arte. Justo antes de su llegada, su antecesor organizó un ciclo de charlas sobre arte emergente que tuvo como corolario la elección de 7 obras de plásticos locales y regionales para engalanar la sede del organismo. Un toque de distinción que Mandolesi sabrá valorar.

   Para el cierre, un dato apreciable para outsiders de la grieta. Las marcas Frente de Todos y Juntos por el Cambio no están pasando su mejor momento en términos de opinión pública, según encuestas que encargan en las dos orillas. Esto no quiere decir que sea fácil abrir la tercera vía, porque las elecciones pueden reordenar todo, pero no hay que perder de vista ese hastío de la sociedad. Ya hay quienes avizoran que el futuro (2023) será de quienes interpreten ese clamor y logren ensanchar la avenida del medio.

   La política y el futuro tienen un parentesco impresionante: en ambos, cualquier cosa es posible.