Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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Escenario político: los debates que no terminan de ser

La discusión preelectoral tiene muy poco foco en las problemáticas locales, ya que domina la economía. Ningún espacio acierta a desafiar al oficialismo bahiense con algún tema realmente convocante.

Foto: Archivo - La Nueva.

Maximiliano Allica / [email protected]

   Se acercan las elecciones generales y sigue sin haber temas de debate local que concentren la atención. Ocurren dos cosas. Primero, el oficialismo está muy cómodo tras el resultado de las PASO y, de hecho, intentará evitar que su candidato Adrián Jouglard participe de ningún debate con sus competidores. Segundo, desde los demás espacios no parecen encontrar los tópicos que capturen la atención de los bahienses.

   En una reciente encuesta de La Nueva sobre cuál es el principal problema de Bahía, en los dos primeros lugares se ubicaron la pobreza y el tránsito (43,1% y 33,7% respectivamente). Bastante por detrás el medioambiente y, al final, la salud.

   Se trataba de un sondeo online con opciones predeterminadas y sin segmentación de públicos, lo cual supone menor sofisticación que aquellos que realizan algunas consultoras, pero el resultado es interesante.

   Pese a lo preocupante, muy poco se habla de los 100 mil bahienses que quedaron por debajo de la línea de pobreza de acuerdo con el último informe del Indec. Y tampoco está en primer plano, en el discurso político, el problema del tránsito, que atraviesa a un segmento significativo de la población y es pura competencia local.

   En un análisis fino, las penurias de las familias de nuestra ciudad por no cubrir la canasta básica no dependen de decisiones municipales sino de un contexto macro que se decide en la Casa Rosada, gobierne quien gobierne. No será un intendente quién resuelva este drama. Pero sí se pueden discutir ideas sobre cómo, al menos, paliar ese contexto.

   Una es con obras, léase asfalto, cloacas, iluminación. Es decir, mejorando la infraestructura. Esa discusión hoy la propone el Frente de Todos al plantear que la mayoría de estos trabajos en Bahía proviene de fondos nacionales y provinciales, aunque eso tiene su vuelta de rosca pensando en la campaña: así como en 2019 Juntos por el Cambio quería convertir a las obras un caballito de batalla y el peronismo le contestaba que la gente no come pavimento, hoy esa trampa retórica castiga al FdT, al que se le reclama mejores condiciones económicas antes que cordón cuneta.

   Los bolsillos flacos no se miden en hormigón sino en changos de supermercado. Es impresionante la velocidad con la que aumentan los precios. Según el CREEBBA, durante las dos primeras semanas de octubre el capítulo Alimentos y Bebidas tuvo una marcada aceleración en Bahía Blanca, que recién se moderó en la tercera semana. Pero el proceso inflacionario sigue en franco desarrollo y este mes volvería a mostrar un índice alto, que contribuya a sostener un IPC interanual en torno al 50%. Desbordante para cualquier familia normal.

   El nuevo plan de congelamiento intentará poner una curita, que difícilmente alcance, mucho menos para que se note antes de las elecciones. A propósito, en Bahía el organismo de control es la delegación local de la Defensoría del Pueblo bonaerense. Aun con el máximo esfuerzo, su reducido cuerpo de trabajadores no da abasto para una vigilancia exhaustiva que verifique que cada boca de expendio cumple con los valores establecidos. Y valga la aclaración: en nuestra ciudad el objetivo es observar 90 productos de consumo ultra masivo, no hay chances de comprobar qué sucede con los 1.400 del listado.

   Según pudo saber este diario, las grandes cadenas demostraron un nivel de cumplimiento en torno al 75-80% en relación a los precios de la tabla ordenada por la Secretaría de Comercio, pero en los negocios más pequeños la supervisión es muy compleja. En rigor, inabarcable. Entre otras razones porque no existe un mapa de autoservicios, despensas y afines, por lo que siempre habrá locales que escapen a esta lupa. Luego, porque los comerciantes saben que si les encuentran un precio fuera de lista, la Defensoría no puede disponer sanción, apenas una advertencia, y la siguiente inspección sucederá con fecha indefinida o quizás nunca.

   ¿Son perversos los comerciantes que buscan cubrir sus costos y rescatar buenos márgenes de ganancia? No, son argentinos y saben que para vender un producto hay que proyectar el costo de reposición, que nunca es idéntico al de la última compra al mayorista. Nadie quiere vender para perder plata ni nadie debería estar obligado a hacerlo.

   Es más, los controles de precios se practican solo sobre los negocios que venden al consumidor final, no abordan a los eslabones anteriores, con lo cual el congelamiento rige únicamente para el que pone la cara ante el cliente. ¿Qué hará el comerciante si el mayorista le pide por un producto 100 pesos pero luego está forzado a venderlo a 95? No lo va a comprar y los estantes corren riesgo de quedar vacíos. Dicho de otro modo, el desabastecimiento es un escenario probable, guste o no.

   En cuanto a los temas de interés cotidiano de ámbito municipal, el tránsito es uno de los más presentes. Sin embargo, el foco desde la principal fuerza de oposición, el Frente de Todos, parece demasiado apuntado a la Tolerancia Cero, que es una discusión muy importante pero no figura entre las principales demandas de la sociedad.

   En cambio, sí se polemiza mucho sobre los cambios en el centro, con la reducción de calzada mediante macetas, palos amarillos y ciclovías, además de la velocidad máxima de 30 km/h en el microcentro. Es llamativo que ningún partido busque hacerse duro desde ahí, ya que no tardaría en encontrar eco por una razón simple: el tránsito en una ciudad como la nuestra o cualquiera similar no puede ser otra cosa que caótico y eso a la mayoría le molesta.

   Esto no quiere decir que las medidas municipales sean buenas o malas, el objetivo incluso es incomodar a quienes manejan autos particulares para promover otros medios de locomoción, pero ahí sí hay un eje de debate que prende rápido. Más todavía: Juntos es muy fuerte electoralmente en el centro, quizás sea un flanco para entrarle.

   La salud, contra todos los pronósticos en una pandemia, no primó en la mencionada encuesta. El dato guarda relación con el resultado electoral en Bahía, donde está claro que no se "agradeció" a los gobiernos nacional y provincial el fortalecimiento del sistema hospitalario o la campaña de vacunación, ni la mayoría considera que el sistema sanitario municipal no haya estado a la altura.

   Respecto del operativo de inmunización, tras un comienzo a los tumbos, hoy en nuestro distrito ya recibió las dos dosis casi un tercio de la población total. No obstante, dejaron de abundar los mensajes de "gracias Axel" o "gracias Alberto" en las redes. El tópico, como gran eje de debates públicos, se disolvió.

   Y el otro punto resaltado en la encuesta, el medioambiente, es un tema tan importante como poco presente en la verba de los candidatos. De hecho, ante la magnitud de las urgencias económicas, parece un dilema para noruegos. Sin embargo no lo es. Es más, cada gobierno municipal tiene la posibilidad de contar con una agenda verde relevante, por ejemplo concretando de una buena vez un plan general de separación de residuos en origen, que finalmente no sucede. Puros amagues.

   Este repaso abre la puerta a una pregunta interesante. ¿Cuál es el perfil de este gobierno municipal? ¿Dónde están sus puntos fuertes? Planteado de otro modo: ¿Por qué se recordará a esta gestión dentro de 20 o 30 años?

   En Alsina 65 suelen responder, como principales valores de gestión, que se recuperó la normalidad institucional luego de los tropiezos en la sucesión de Rodolfo Lopes hacia Cristian Breitenstein y de éste en favor de Gustavo Bevilacqua; y que se acabaron los nichos de corrupción como hubo en la etapa anterior. Durante los gobiernos de Macri y Vidal también se subrayaba que se había levantado el perfil en materia de obra pública.

   Aun tomando esos preceptos como válidos, es muy probable que a cualquier bahiense que se lo pare por la calle le resulte difícil encontrar una respuesta natural a ese interrogante.

   ¿Qué es Bahía y hacia dónde va? Es una ciudad dinámica, viva, pero no termina de encontrar un aspecto que la identifique, sea por el lado productivo, ecológico, tecnológico o académico. Tiene de todos un poco, pero ninguno asoma como definitiva punta de lanza.

   Quizás ese sea un buen tema para debate, aunque no necesariamente de coyuntura electoral. Tal vez la respuesta no sirva para ganar votos inmediatos.