Denuncian malos tratos y deudas en un geriátrico no habilitado
El lugar también tiene una denuncia por usurpación.
Una mujer denunció a la encargada de un geriátrico no habilitado que funciona en Villa Rosas por falta de pago y malos tratos a los adultos mayores que residen en el lugar.
En diálogo con La Nueva., Karina García contó que trabajó unas semanas en el hogar de Tarapacá al 1.900, al que llegó por las redes sociales. En el grupo de compra y venta "Solo para chicas" vio que pedían cuidadoras para el turno noche y decidió escribir.
"Soy profesora de gimnasia y en ese momento no estaba trabajando, porque estuve paralizada de marzo a agosto [por la pandemia]. Vi el aviso, mandé el mensaje y me dijeron que la patrona se iba a contactar. En cuestión de minutos se contactó conmigo, ponele que fue 21:15 y a las 22 tenía que estar en el hogar", relató Karina.
Sin embargo, el trabajo duró poco. En menos de un mes presentó la renuncia porque "el ambiente no me gustaba, además me pegué dos sustos con la bicicleta y tenía miedo de que me robaran; era demasiado sacrificio para nada".
Karina dijo que al principio no sabía cómo era situación en el hogar porque "vos entrás y aparentemente está todo reglamentado", pero cuando vio algunas cosas que no le gustaban "la buscamos en AFIP [a la encargada] y nos dimos cuenta de que está dada de baja hace años. No paga impuestos, nada".
A su vez, denunció la mala atención hacia los adultos mayores que residen en el lugar: "Los abuelos vivían prácticamente durmiendo; en los armarios había un montón de pastillas que no me gustaban. En ese momento estaba trabajando yo sola y eran ocho abuelas. Ahora me dijeron que también hay un abuelo y que sacaron a dos abuelas luego de que mis compañeras se comunicaran con sus familiares. Con todo esto, el resto se tiene que dar cuenta y tiene que sacar a los abuelos de ahí".
Karina también contó que "le gritaban a los abuelos y no les daban de comer o solo les daban arroz y polenta, ¡de lo peor! A veces solo una rodajita de pan con un poquito de dulce. No puedo decir que les pegaban porque no lo vi, pero sí veía a las abuelas con moretones y cuando les preguntaba me decían 'no, nada, me caí de la cama'".
Según relató la mujer, en el hogar —donde la encargada está con su pareja y "a veces también trabaja su hija que como mucho tiene 16 años"— hacían pasar a las empleadas como enfermeras cuando en realidad eran cuidadoras, que "es muy diferente, hay cosas sobre los cuidados que no sabemos".
Con respecto al sueldo, la denunciante manifestó que le habían prometido "15 mil pesos por mes trabajando de lunes a lunes y con un solo franco, por el turno de 22 a 6 que supuestamente es el que más se paga". Sin embargo, "nunca" cobró.
Explicó que cuando se fue "le dije a la encargada que había conseguido un trabajo cerca de mi casa y le pedí que me preparara la plata, que la necesitaba. Me mandó un mensaje diciéndome de todo, que no me iba a pagar porque yo había renunciado, que era una sinvergüenza que le robaba la comida y los pañales a los abuelos. Me sentí tan mal que ni aparecí por el hogar, porque era volver a pasar por lo mismo. Como les decía a las chicas, de todas soy la más grande, tengo casi 50, y de nuevo volver a pasar por una humillación como esa, ¡no!".
Después de aquel episodio, Karina prefirió no ir a reclamar porque "enseguida te manda el patrullero por disturbios".
Según le indicó a La Nueva., este lunes se presentó con algunas compañeras en el Ministerio de Trabajo, donde les dieron una dirección de correo electrónico para ponerse en contacto con autoridades de La Plata. Karina contó que ya mandaron el mail y se pusieron en contacto con un abogado particular para ver cuáles son los pasos a seguir.
"Muchas chicas tienen miedo, por eso de las 30 nos agrupamos 17 y solo 5 dimos la cara. Les dije que así no funciona, que si queremos reclamar tenemos que poner todas la cara", aseguró Karina, quien destacó el apoyo del dueño del lugar donde funciona el geriátrico, quien hace tiempo viene denunciando una usurpación.
Por último, dijo que están organizando una manifestación en el hogar para reclamar por los pagos y el desalojo de la casa, aunque le preocupa que todo quede en la nada porque "[la encargada] coimea para que todo pase desapercibido" y las autoridades "no mueven ni un dedo".
Denuncia y una orden de desalojo
El geriátrico de Tarapacá carece de habilitación y sus ocupantes mantienen un problema judicial con el propietario del lugar, Oscar Ramón Fernández, quien denunció una usurpación.
El año pasado, Fernández contó que su propiedad había sido usurpada por una pareja que en 2018 iba a alquilar el lugar aparentemente como vivienda familiar. Si bien la justicia ordenó en ese momento el inmediato desalojo y la clausura del hogar, la medida no se hizo efectiva.
Desde Fiscalización del Municipio le indicaron a La Nueva. que en ese geriátrico se hizo una actuación por falta de habilitación y aclararon que el tema de la usurpación "nos excede, es netamente de la justicia ordinaria".
"Constatamos que no tenían la habilitación y que estaban enganchados de la luz, cuestión que se solucionó. Esas actuaciones las remitimos a Región Sanitaria porque ellos generan el expediente administrativo", explicaron.
Desde Región Sanitaria I, en tanto, no advirtieron problemas en la asistencia a los abuelos pero sí indicaron que los encargados del hogar "tienen que hacer reformas para que no los multen".