Las PASO no definen nada, pero favorecen a alguien
Las tendencias en las provincias muestran una inclinación hacia la fórmula Fernández-Fernández, pero el resultado sigue siendo de pronóstico reservado.
Por Maximiliano Allica / [email protected]
Las principales fuerzas políticas de Argentina no utilizarán el sistema de primarias para definir a sus candidatos a presidente o gobernador bonaerense.
Por lo tanto, el 11 de agosto tendremos una gran encuesta, muy cara. Todo lo que resta saber es a quién puede favorecer.
Las proyecciones indican que la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner quedará adelante, seguida por Mauricio Macri-Miguel Pichetto. El tema central es la diferencia.
Si el Frente de Todos se acerca o supera el 40% en agosto y queda perfilado para un triunfo definitivo en octubre, sin necesidad de ballottage (necesita un mínimo del 40% de los votos y una distancia de 10% respecto del segundo, o bien el 45% sin importar la diferencia), es probable que parte del electorado que no eligió a ninguna de ambas opciones se mueva hacia el oficialismo.
¿Por qué? Miremos cuáles son los otros frentes que se anotaron en la carrera por la presidencia. El voto del Frente de Izquierda (Nicolás del Caño) es netamente militante y de agosto a octubre no se va a mover de ahí.
Luego tenemos a tres boletas de bajo peso más una de relevancia. Las primeras son el Frente Despertar (José Luis Espert), el Frente Nos (Juan José Gómez Centurión) y el Frente Patriota (Alejandro Biondini), cuyos votantes de agosto podrían ir a “proteger” a Macri en octubre antes de abrir camino a un triunfo del peronismo-kirchnerismo.
Luego tenemos a la última fórnula y más importante en términos de capacidad de desequilibrio: Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey. Todos los análisis coinciden en que será la tercera en agosto y que le quitará más votos al macrismo que al kirchnerismo. Ergo, en caso de que sus votantes sean llevados a una situación de espada o pared, podrían virar hacia Juntos por el Cambio para evitar cualquier avance de Cristina Kirchner.
Resumidamente: las posibilidades de crecimiento desde agosto hasta octubre de Fernández-CFK son bajas y las de Macri-Pichetto, un poco más altas.
Esto significa que es muy probable que la principal fuerza de oposición no logre su objetivo de máxima, ganar la presidencia en octubre, sino que se llegará a un ballottage en situación de relativa paridad. Lo que suceda a partir de allí es mucho más incierto.
Pero hay un factor más: la economía. Una victoria por buen margen de Alberto y Cristina en las primarias podría generar efectos inmediatos en los mercados. ¿Qué pasará con las acciones argentinas, el riesgo país y, sobre todo, el dólar?
Cualquier movimiento brusco, en especial del tipo de cambio, podría generar efectos inesperados. Incluso, castigar a los candidatos del oficialismo.
La batalla por la provincia de Buenos Aires
Similar escenario se puede esperar en la provincia de Buenos Aires con María Eugenia Vidal y Axel Kicillof. Vale recordar que aquí todo se define en octubre ya que no hay ballottage bonaerense. Y que el ganador le dará un aire de cierto triunfalismo a su fórmula presidencial en caso de existir una segunda vuelta el 24 de noviembre.
La incorporación de Sergio Massa a uno de los márgenes de la grieta le agrega chances al ex ministro de Economía, ya que suma territorialidad y votos. No obstante, algunos problemas podrían surgir por sus apetencias, ya que el tigrense no se conformará con ser un mero vagón del fondo y eso quizás desate internas en momentos indeseados de la campaña.
A Vidal le queda trabajar sobre su buena imagen y que levante algo la de Macri. Pero también tiene cartas filosas para jugar. Un lugar destacado en las listas legislativas será para María Eugenia Rey, madre de una de las víctimas de Once. No va a ser fácil para el kirchnerismo debatir con ella.
Finalmente vale aclarar que, más allá de los frentes inscriptos el 12 junio para competir en estas elecciones, hasta hoy tienen tiempo otros espacios políticos para anotar a sus candidatos, por fuera de las coaliciones mencionadas.
De todos modos, ya no quedan jugadores de relieve que se puedan sumar a la disputa.