Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Motos: se venden cada vez menos pero circulan cada vez más

Cifras del sector indican que las ventas cayeron un 50 % en un año, pero sin embargo hay otros motivos por los cuales su presencia en las calles crece día tras día.

Fotos: Rodrigo García-la Nueva.

Por Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   En 2012 aumentó considerablemente la venta de motos como conscuencia del aumento del boleto de colectivo, así como por la congestión del tránsito bahiense que terminó motivando un plan municipal de movilidad sustentable para aliviar numerosas arterias.

   Hoy, en 2019, si bien desde las concesionarias de motocicletas afirman que las ventas en comparación con los primeros meses del 2018 cayeron en un 50 %, en el centro se observa cada vez más este tipo de vehículo, de lo que se desprende que en esta oportunidad los motivos son otros.

   No hace falta hurgar muy profundo para reconocer uno de los –-si no el principal-- principales motivos de este fenómeno que se observa en las calles de Bahía Blanca: en todo el 2018 el combustible aumentó alrededor del 75 % y los sueldos difícilmente lo hicieron en más de un 30 %, por lo que “sacar un auto a la calle” se volvió prácticamente imposible para unos cuantos.

   Sumado a los miles de pesos por mes que pueden irse en combustible, se encuentra otra razón en los testimonios de los usuarios de motos consultados o de los propios vendedores: el congestionado tránsito del macrocentro bahiense, sobre todo en horario laboral, terreno en el que la moto claramente aventaja al automóvil por sus dimensiones.

   En un tercer lugar, no por eso soslayable, la gratuidad del estacionamiento del rodado ciclomotor en el micro y macrocentro local, en comparación con su versión onerosa, la de autos y camionetas, que tanto en cocheras como en la extensa zona de parquímetros supera mensualmente los 1.000 o 1.500 pesos.

“Se vende la mitad”

   “Hoy en Bahía se están vendiendo la mitad de las motos que se vendían hace un año. Pasa lo mismo con los autos, y pasa lo mismo a nivel nacional”, informó Juan Manuel, dueño de una concesionaria de motocicletas.

   “Se ven más motos circulando, es cierto, y es contradictorio, por lo que te decía de las ventas. Pero es gente que ya tenía una moto y dejó el auto o el colectivo para achicar costos, sin duda”, agregó.

   “También se da comúnmente que hay familias en las que el auto se lo queda la mujer para ir a buscar a los nenes a la escuela y el hombre ahora va al trabajo en la moto. Antes en Bahía se vendían 400 o 500 unidades por mes, ahora se están vendiendo 200 o 300”, lamentó el comerciante.

   Con respecto a la competencia en el rubro, explicó que “mientras hace pocos años el sector tuvo un resurgimiento considerable, lo que atrajo a muchos locales nuevos y generó mucha competencia, ahora se está dando a la inversa y algunos locales empezaron a cerrar en los últimos meses”.

   Por último, y continuando la enumeración de ventajas de las motos ante los automóviles, Juan Manuel graficó: “Un auto paga 5 patentes por año y una moto paga 2, eso sumado a que obviamente el valor fiscal de uno es muy superior al de la otra. Mientras que el auto más barato no baja de 400.000 pesos, una moto económica cuesta 30.000”.

“Hay mucha gente en el veraz”

   “Recibimos bastantes consultas por motos, pero la mayoría busca comprar con financiación y la realidad es que hoy es prácticamente inviable porque hay mucha gente en el veraz. Y los que no están, agarran la calculadora, hacen cuentas y cuando ven cuánto terminarían pagando la moto se asustan”, comentó Guillermo, jefe de taller y encargado de ventas de otra concesionaria.

   “Lo que nos comenta la gente es que con el auto es cada vez más difícil manejarse en el centro o encontrar un estacionamiento –-gratuito o medido y pago--. También nos dicen que no pueden bancar más el combustible del auto, y otros que dejan el colectivo porque el boleto está muy caro, y ni hablar si tiene que viajar más de uno, prefieren hacerlo en la moto”.

   Sobre los precios y la cilindrada más buscada, Guillermo señaló que la más vendida es la 100 cc, cuyos precios van desde los $29.000 hasta los $33.000, entre la base y la full de las marcas Mondial, Keller y Motomel.

   Motos de primeras marcas como Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki, en una cilindrada algo superior como es la 125, pueden rondar los $105.000.

“Dejan el auto parado”

   “No estoy vendiendo nada, te diría que un poco menos de la mitad que el año pasado también (en referencia a las cifras generales de la ciudad). Se ven más motos circulando, pero comprar no las compran, deben estar sacándolas del corralón municipal, no sé, la verdad”, lamentó Matías, vendedor de un tercer local.

   “Del precio del colectivo no me han comentado nada los clientes, pero si ves lo que cuesta el boleto te das cuenta de que la moto se paga sola. Lo que sí me comentan es que no pueden afrontar el consumo de combustible, optan por dejar el auto parado”, agregó.

   Con respecto a cuándo se notó la caída abrupta en las ventas, el joven apuntó a “un poquito antes de que el dólar diera el gran salto, hará poco menos de un año”, y explicó que el 70 % de las ventas también allí corresponden a los ciclomotores de baja cilindrada.

Puerta a puerta

   Santiago es abogado, tiene 31 años y desde hace unos 5 optó, pese a tener un auto, por comprarse una moto para su rutina laboral diaria. “Si bien parte de mi laburo es en el centro, otra importante es en los barrios, al macrocentro lo recorro entero en una mañana. Antes de volcarme por la moto pensé en tomar el remís, porque lo que más buscaba no era tanto lo económico, sino la comodidad por no tener que buscar lugar para estacionar, caminar hasta el parquímetro o evitar que me tocaran o rayaran el auto”, explicó.

   “Elegí una scooter porque es linda a la vista y no es cara. Una vez que empecé a andar en moto me di cuenta de que podés subirla a la vereda, dejarla en la puerta de cada lugar al que tengo que ir, optimizás la mañana mucho más de lo que uno puede imaginar”, agregó el letrado.

   Por último, no soslayó algunas contras de la moto, como el riesgo que se corre arriba de una moto en cuanto a accidentes, la desventaja de circular en calles de ripio o adoquín –-causa dolor de espalda-- y el frío invernal.

   “Eso sí, a veces me quedo sin nafta por el hecho de que me olvido de cargar, me desentiendo, me consume nada más que 4 litros en una semana”, celebró el joven.

Con y sin parquímetro

   “Vivía en Universitario, laburo hace años en la Muni y tengo un estudio en Estomba al 600, que antes era un caos por ser una de las primeras cuadras fuera de la zona de medido y pago, y ahora que es paga es muy cara como para dejar el auto muchas horas”, contó Raúl, de 38 años.

   “Así que pese a tener un auto, que se lo dejo a mi mujer para andar con las nenas, opté hace unos años por la moto, porque es mucho más práctica y económica. La verdad es que en la semana el auto no lo uso, más con lo que aumentó el combustible, lo agarro solo los fines de semana. Con la moto gano en tiempo y bajo el estrés”, cerró el abogado.