Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Para responder: qué le dirías...

En la última edición especial de #LaNuevaOla, la activista feminista Griselda Cifuentes le responde a Amalia Granata sobre conceptos de la legalización del aborto.

Videos: Gustavo Pereyra y Francisco Villafáñez - La Nueva.

Por Sol Azcárate y Brenda Ghiberti

 

   #LaNuevaOla, el espacio que sale una vez por semana en nuestras historias de Instagram, presenta un especial de fin de año sobre los temas que marcaron la agenda del movimiento feminista durante 2019.

   En una entrevista sobre la lucha por la legalización del aborto y el rol de la organización Socorristas en Red que acompaña a mujeres en situación de abortar, la activista feminista Griselda Cifuentes contestó la consigna "¿qué le responderías?", luego de mostrarle una entrevista de Amalia Granata en la que relativiza la importancia de la legalización en función de las muertes por aborto clandestino.

Pampita: ¿Vos sabés cuáles son los números de las mujeres que mueren en abortos clandestinos?

Amalia Granata: Ahí está. Es clandestino, pero cuando la mujer muere tiene que haber un acta de por qué se murió. Entonces, más allá de que sea clandestino, cuando el médico acredita de qué se murió por un aborto espontáneo o un aborto mal hecho. Mujeres que mueren por aborto al año deben ser unas 20 o 28. Es la cifra que nosotros manejamos y no todas por abortos inducidos. De esa cifra de 28 mujeres, creo que 10 mueren por abortos espontáneos. 

¿Qué le responderías?

   —Se me ocurre decirle que si ella está atravesando un embarazo no deseado nosotras la vamos a acompañar. En esto de que sabemos que hay estrategias de los sectores antiderechos que ponen a la vida de las mujeres en una situación de total deshumanidad. Por más de que sea una mujer la que se muera por aborto clandestino entendemos que es una muerte evitable, y que por eso es una cuestión de salud pública. No tendría que haber ni una muerta por aborto clandestino. La historia y el activismo feminista, y en términos de derechos, con respecto a esto no empezó cuando ella (Amalia Granata) empezó a considerarse parte activa de estos grupos antiderechos. Que sepa que nosotras nos entendemos en una genealogía que viene no solamente desde Argentina sino desde otros lugares y que también sepa que no solamente tomamos esa genealogía de otros espacios y otras historias de otras mujeres de otros continentes donde el aborto es legal hace 40 años sino que encima tenemos el desafío de poder interiorizarlo con las identidades de nuestro continente. Que a pesar de que haya muchos pañuelos celestes, nosotras nos hemos encontrado con mesas en los talleres donde la mitad decían “bueno chicas yo antes estuve del otro lado con mi pañuelo celeste en la muñeca y hoy estoy acá”. Si hay algo que nos enseñó este mundo machista es que nosotras no nos identificamos con las otras, nos identificamos con esa figura esa imagen de la mujer que siempre nos decimos para poder entender que no existe. Una de las cosas que siempre nos dicen las mujeres es yo nunca pensé que iba a pasar por esto y capaz que el desafío ahora será ponerse en los lugares de otra antes que tener que pasarlo y poder acompañarlo. Habrá muchas Amalia Granata, habrá muchas iglesias católicas y evangélicas que no nos van a dejar decidir pero nos sabemos y habremos muchas de este lado que seguiremos insistiendo una ley que proteja la salud y la vida de las mujeres pero también los proyectos de vida. 

¿Qué plantean ustedes con respecto a ciertos prejuicios que ocurre con abortos que no se enmarcan dentro del no punible, como ejemplo esto de "estás matando un hijo", "ya sos madre, cómo podés hacer esto" o "si no te cuidaste, jodete"?

   —La vida de las mujeres es compleja, no todas pueden decidir cómo cuidarse, qué método anticonceptivo usar, cuál está más al alcance de sus circunstancias de vida. Tampoco todas tienen una pareja estable que las acompañe y las cuide. Hay muchas mujeres que se someten a relaciones sexuales obligadas, a violaciones intramatrimoniales y que en algunos casos, las relaciones sexuales terminan siendo una especie de negociación de su calidad de vida con esa persona. Otra situación, que falla muchísimo, es que no tenemos una educación sexual integral que sea la que nos dé la posibilidad de elegir el método anticonceptivo. Tenemos esta desidia dentro del sistema educativo que no propone que nosotras podamos tener una educación sexual que nos permita elegir. Sí tenemos educación sexual, de toda la vida, que nos dicen qué hacer, qué no hacer. Nosotras hoy entendemos que necesitamos otro tipo de educación sexual, incluso hay una ley desde 2006 que todavía no se aplica. Por otro lado hay situaciones con respecto a "te hubieses cuidado", que tienen que ver con que los anticonceptivos también fallan. 

ENTREVISTA COMPLETA

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