Vivir a crédito, una realidad compleja que impacta en los bahienses
Según estadísticas oficiales, cuatro de cada diez argentinos han financiado sus compras en alguna oportunidad.
Por Pablo Andrés Alvarez / [email protected]
Durante el segundo semestre de este año, el 65% de las compras con tarjeta de crédito fueron del Ahora 12, contra 36% del primer semestre de 2019 y versus el 31% que había sido el promedio de 2018.
El porcentaje corresponde al total en volumen en pesos de la financiación en los programa Ahora 12 versus el total de financiado, que incluye cuotas no bonificadas, acuerdos comerciales y Ahora 12, de acuerdo a un benchmark que realizan los principales bancos públicos y privados del sistema financiero.
“El salto del segundo semestre se debe principalmente al relanzamiento del programa en junio de este año, donde se incluyeron nuevos rubros, como motos y ciclomotores, y días de vigencia: todos los días de la semana en la mayoría de los rubros versus días particulares que había antes”, detallan desde la Cámara del Comercio de nuestra ciudad.
Precisamente, el programa Ahora 12 incrementó su facturación a $ 32.000 millones en agosto del 2019, según la última cifra disponible de la Secretaría de Comercio de la Nación.
El programa ofrece una tasa “preferencial” que está compuesta por un aporte del Estado Nacional y de los bancos públicos y privados.
La diferencia entre la tasa del mercado se da porque funciona como un subsidio por parte del Estado donde se benefician los consumidores y comerciantes. La variación de la tasa de Ahora 12 está determinada por el Banco Central.
Así, el costo financiero total termina siendo del 22% para el Ahora 3, contra el 152% por fuera del programa para las tres cuotas. En el Ahora 6 es del 24% contra el 156%, en el Ahora 12 es del 25% contra el 197% y en el Ahora 18 es del 26% contra el 217%.
Entre los productos más comprados con el Plan Ahora 12 está televisor 11%, línea blanca 11%, teléfonos celulares 10%, calzado y marroquinería 8%, materiales de construcción y herramientas 8% e indumentaria 8%.
“Cuatro de cada diez argentinos han financiado sus compras en alguna oportunidad con este programa. El plan de financiamiento público tiene mayor nivel de fidelización y presencia de marca que cualquier otro del sector financiero privado asociado a las tarjetas de crédito de los propios bancos con promociones y descuentos en días especiales”, advirtió Damián Di Pace, director de Focus Market.
El uso de las tarjetas de crédito se ha normalizado de tal manera que hoy en día parece imposible pensar en una economía personal en la que no existan.
De hecho, bien utilizadas, las tarjetas de crédito son un recurso interesante a tener en cuenta, pero, en el vértice contrario, mal utilizadas pueden suponer un verdadero problema.
“Está demostrado que nos cuesta mucho más gastar el dinero en metálico que utilizar la tarjeta para pagar. Esto tiene que ver con muchas cuestiones pero principalmente con que la visualización del dinero en metálico nos hace conceder más valor a la compra que una transacción en la que todo se hace de manera digital y no advertimos inmediatamente la merma en nuestro dinero”, señaló una psicóloga bahiense respecto al uso y abuso de las tarjetas.
Obviamente utilizar la tarjeta de crédito para comprar es cómodo y rápido. Sin embargo, esto trae consigo uno de los peores riesgos del uso de las tarjetas, las compras no meditadas.
“No hay peor enemigo de las finanzas personales y el ahorro que la compra irracional o compulsiva y la tarjeta de crédito es un gran aliado de este peligro. La mejora en las pasarelas de pago, en acceso a la compra inmediata a través de Internet sin moverte del asiento, son cuestiones que además han empeorado aún más este riesgo”, agregó la profesional.
Según los especialistas, no se debería utilizar la tarjeta de crédito más que para comprar aquellas cuestiones previamente meditadas incluidas dentro de nuestra lista de gastos o presupuesto.
“Veo ofertas en muchas cuotas y no me puedo contener. Incluso compro cosas que no son de primera necesidad y después sufro cuando llega el resumen”, señaló Cristina Manchafico, una empleada administrativa de nuestra ciudad.
“En cualquier caso, antes de hacer una compra, es muy importante meditar sobre su necesidad, su oportunidad y si realmente podemos permitirnos el pago aplazado a crédito o el pago inmediato”, recomendó un economista local.
Dejar pasar un tiempo entre el impulso de comprar y la decisión de la compra es un primer buen paso para evitar compras innecesarias. En cualquier caso siempre va a depender del criterio personal y este, en la medida de lo posible, debería inclinarse por el ahorro en contra del consumo.
Lo anterior, un uso poco meditado de la tarjeta o uso inadecuado del crédito de la tarjeta, puede llevar como consecuencia inmediata a otro de los graves problemas las tarjetas de crédito: acabar viviendo la economía personal a crédito.
“Es una realidad que estoy utilizando la tarjeta de manera sistemática y aumentando mi nivel de deuda, pero no tengo forma de detener ese proceso. Mis ingresos mensuales se destinan en buena parte a pagar el consumo de tarjeta, por lo que ni bien cobro vuelvo a activar el crédito, iniciando la misma rueda una y otra vez”, reconoce Sandra, empleada del sector gastronómico de nuestra ciudad.