Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

¿Por qué Bahía Blanca puede tener una incidencia clave en la conformación de una nueva provincia?

“Cualquier alteración de la geografía política del territorio bonaerense la tendrá como una de sus cabeceras naturales”, dijo el politólogo Andrés Malamud.

Ciudad de Bahía Blanca, con el puerto de fondo. / Foto: Pablo Presti-La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

Enviado especial a Olavarría

   En su libro El oficio más antiguo del mundo, el politólogo Andrés Malamud dice que, si la provincia de Buenos Aires se dividiera en dos, la línea demarcatoria natural se ubicaría entre la provincia metropolitana, constituida por el conurbano, que rodea a la Capital Federal, y la provincia interior, caracterizada por una superficie mucho mayor, pero menos poblada.

   Malamud, quien es de Olavarría y se doctoró en Ciencias Sociales y Políticas, escribió también que la provincia metropolitana (o urbana) contaría con 11 millones de habitantes, mientras que la interior (o rural) albergaría a los 5 millones restantes.

Andrés Malamud nació en Olavarría.

   Para disminuir el gigantismo, el conurbano podría subdividirse en dos distritos que se repartieran equitativamente la población. El éxito de las reformas convertiría —según Malamud— a los actuales habitantes bonaerenses en ciudadanos de tres nuevas provincias, cuyas autoridades residirían geográficamente más cerca y serían políticamente más visibles y accesibles.

   —Doctor Malamud, ¿cuál sería entonces la incidencia de la ciudad de Bahía Blanca en el proyecto?

   —Muy importante. La provincia de Buenos Aires tiene tres grandes zonas. Una de ellas es el conurbano, que es una zona urbana uniforme y sin solución de continuidad, donde te metés en una calle y pasás, derechito, de un country a una villa. Otra está integrada por las grandes localidades del interior. Y finalmente está la zona rural.

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   “De las grandes ciudades del interior las más importantes son Bahía Blanca, claramente, y Mar del Plata. Son claves, porque cualquier alteración de la geografía política de la provincia las va a tener como sus cabeceras naturales".

Zona del puerto de Ingeniero White.

   —¿Por los puertos?

  —Son muy relevantes para la zona productiva, pero el puerto también ofrece otras alternativas, como hospitales, escuelas, organización de los distritos sanitarios y judiciales y, en última instancia y aunque las secciones electorales no tengan cabecera, siempre hay una ciudad más grande que tiene más peso a la hora de votar y, por lo tanto, definen a los legisladores con mayor frecuencia.

   —¿Cuál es el peso político de los gobernadores de la provincia de Buenos Aires?

  —Hay dos casos que parecían exitosos y fueron fracasos: Eduardo Duhalde y Daniel Scioli. Eran todopoderosos que no solo gobernaron la provincia durante 8 años, sino que parecían líderes nacionales. Los dos quisieron ser presidentes y perdieron en esas elecciones. Y hoy nadie considera que hayan hecho grandes gestiones en la provincia. No le hicieron bien a los bonaerenses y los argentinos consideraron que tampoco les harían bien a ellos a nivel nacional. Esto no se puede definir de otra manera que nos sea fracaso.

Eduardo Duhalde y Daniel Scioli, en julio de 2003.

   “Y aclaro que soy positivo respecto de la gestión de Duhalde como presidente. Fue un piloto de tormentas que dejó a la Argentina mejor de lo que la encontró como presidente, pero como gobernador no, porque quedó peor tras su gestión.

   “Ahora, si (María Eugenia) Vidal es reelecta y luego de 8 años es elegida presidenta, quiere decir que cambió la historia, que tuvo éxito como gobernadora y que le hizo creer a los argentinos que iba a ser una buena presidenta.

María Eugenia Vidal, junto al intendente de Bahía Blanca, Héctor Gay, en septiembre último en nuestra ciudad.

   "Pero si no es elegida presidenta, le dará razón a la historia, por lo tanto a nosotros, los que pensamos que la provincia así como está es perjudicial para sus habitantes y para los demás habitantes de la Argentina”.

   —En este contexto, ¿cómo debe interpretarse su postura de “más para nosotros, pero no menos para los demás”?

   —La idea es lo que en inglés se dice win-win (ganar-ganar), algo que favorece a casi todos, No es que no haya perdedores, aunque dos grandes perdedores serían la burocracia platense y la vieja política, que se favorecen de la opacidad.

¿Por qué el proyecto Provincia Nueva debe incorporar un pensamiento estratégico?

  “Acá nadie perdería el empleo, lo que perderían es la capacidad de ser discrecionales en la administración pública y así obtener rentas. Es decir, la mayor parte de los bonaerenses se beneficiarían con la transparencia y con la eficiencia”.

   —¿Cómo se convence a los escépticos?

  —No se puede convencer a los que van a perder, hay que compensarlos. Hay que convencer a aquellos que se beneficiarían con las nuevas provincias y que aún no lo saben.

   “Por ejemplo, los dirigentes que están bloqueados por los viejos políticos que verían la alternativa de poder abrir su política ante una mayor cercanía con el pueblo y ante la posibilidad de llegar a un cargo que estaría más próximo de su territorio y de su población. Nuevas provincias significaría provincias más chicas y más cercanas”.

  —¿Esos dirigentes no lo saben o no lo quieren saber?

   —No tienen por qué saberlo, porque la creación de nuevas provincias en Buenos Aires no está en el imaginario de la gente. Hasta que nosotros no nos enteramos de que algo es posible no pensamos en hacerlo, salvo los soñadores. Y quienes plantean este tema son soñadores y, a veces, los sueños se concretan cuando se les pone garra.

  —¿Cuál es la respuesta para quienes no están de acuerdo?

  —El principal obstáculo es la inercia, no los argumentos. No hay gente con buenos argumentos que diga: “dividir la provincia es malo para los bonaerenses y malo para los argentinos.

  “Hoy se está en una zona de confort y todos se resignan; hay mucha gente que ni siquiera se lo plantea. Dice: “¿Cómo vas a dividir la provincia de Buenos Aires? ¡Es como dividir la Argentina! ¡Eso no existe!”.

Ciudad de Carmen de Patagones, la más austral del territorio bonaerense.

   “Sin embargo, la provincia de Buenos Aires ya votó dos veces por la división. En 1880, donde se libera de su ciudad capital, y en 1980, cuando se desprende de un distrito del sur (NdR: Patagones) para dar lugar a una capital de la Nación en Viedma que, después, no se concretó.

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   “Esto ratifica que es posible, que hubo votaciones en la legislatura en la cual la provincia entrega parte de su territorio y parte de su población. No es imposible”.

   —¿Margen de probabilidad de concreción del proyecto?

  —Mínimo. Pero no nulo.

Provincia Nueva y los medios

   “La provincia de Córdoba tiene un diario provincial; la provincia de Santa Fe también; Mendoza y Salta lo mismo. Quiere decir que si vivís en un municipio lejano de la capital te llega un diario todos los días donde te explican lo que hizo tu gobernador y lo que hicieron tus legisladores. La provincia de Buenos Aires no tiene nada de eso”, explicó el doctor Malamud.

   “Los diarios platenses son platenses, no son bonaerenses. La gente de Bahía Blanca, de Olavarría, de Vicente López, de San Nicolás o de San Isidro se informan con sus diarios locales que, a través de agencias, le dicen lo que pasó en La Plata. No tienen un periodista local que tenga acceso al gobernador o a la legislatura”, añadió.

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   “La provincia de Buenos Aires es la más opaca porque no tiene un mercado de medios provincial. Los mercados de medios son nacionales y donde no hay un mercado de medios no hay una opinión pública provincial. Y cuando sucede esto no hay responsabilización de gobierno”, dijo.

   “Probablemente Vidal sea una gran gobernadora y, además, una persona decente, pero lo sabemos porque creemos, porque confiamos y no porque tengamos manera de acceder a más información”, aseguró el investigador.