RSE: Para un futuro sustentable
Estamos frente a una oportunidad histórica para abandonar nuestra dependencia a los hidrocarburos y transitar hacia fuentes como el sol y el aire, que son más baratos, inagotables y sin impacto ambiental negativo.
Héctor Gay: "Un modelo de conducta no debe partir de la empresa únicamente"
“En el Municipio, el tema Responsabilidad Social Empresaria ha estado siempre presente en la gestión y en la comunicación con las empresas. Es frecuente, por ejemplo, en el caso de empresas grandes, que acompañen la actividad comercial con objetivos de RSE y con programas de impacto en la población beneficiaria a la que apuntan".
Así lo expresó Héctor Gay, el intendente municipal de Bahía Blanca, quien destacó, además, que muchas empresas tienen por objetivo orientar sus acciones a temáticas como el empleo, la igualdad de género, educación, desarrollo comunitario, salud y bienestar e infraestructura.
"Muchas orientan sus acciones tomando como eje los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU. Pero ocurre también que en muchos casos algunas empresas desean colaborar y generar sus propios programas de RSE, aunque no cuenten con las herramientas de abordaje para el desarrollo local, desconociendo cómo implementarlo y a qué sectores de la comunidad dirigir sus prácticas. Si realmente están respondiendo a una necesidad específica y concreta o si hay otros aspectos a los que podrían dar respuesta, por lo que muchas veces, no llega a concretarse el deseo de hacer algo bueno para la comunidad", señaló Gay.
--¿Cómo se resuelven este tipo de inquietudes?
--Como Municipio estamos presentes ante estas inquietudes. Como facilitadores en la coordinación y transversalidad vinculando en red los distintos sectores: el Estado, las organizaciones públicas y privadas, y el sector empresarial, aplicando en la gestión valores y principios que se orienten a la protección y cuidado de los intereses de la sociedad en su conjunto. Hay un camino que hace varios años se está trazando en torno a la RSE, cada vez son más las empresas que se adhieren o elaboran programas orientados a fortalecer el compromiso social, ambiental, económico en pos del bien común.
--¿Se puede definir a la RSE como una conducta a ejercer para mejorar el bienestar de la comunidad y los ciudadanos?
--Totalmente. Definiría Responsabilidad Social, porque ser socialmente responsable es tomar conciencia del impacto que generan las decisiones de cada uno de nosotros en la comunidad, la economía y el ambiente donde vivimos y, frente a ello, asumir un comportamiento que contribuya a mejorar la calidad de vida de todos. Y la conciencia sobre esas dimensiones aparece desde el momento en que vemos las actitudes y compromisos que asumen las personas desde pequeñas.
"Por ejemplo, un chico que aprende que arrojar basura fuera del cesto ensucia la ciudad, y nos afecta a todos, va a ser una persona que el día de mañana tendrá conciencia de la importancia de cuidar el medioambiente", aseguró Gay.
--¿Cómo es la convivencia entre la gestión municipal y la gestión empresarial en pos de un mejor desarrollo para la ciudad y para Ingeniero White?
--Nuestra gestión mantiene una buena relación con el sector empresarial y con los vecinos de Ingeniero White. Compartimos programas de mejoras para el sector dentro del Panel Comunitario, con quienes estamos trabajando el programa Buen Trabajo, acompañamos el Presupuesto Participativo en el que el Municipio diseñó el proyecto de comedor de la escuela primaria 40, y Dow facilitó recursos para que haga la obra; integramos la mesa coordinadora de proyectos de Profertil junto con organizaciones de la localidad, colaboramos en los programas de becas para estudiantes de escuelas secundarias de White.
"Ingeniero White cuenta con muchas instituciones de la sociedad civil y con empresas que buscan dar satisfacción a las generaciones presentes y futuras, es un camino de mejora permanente", remarcó Gay.
--¿Cuáles serían las acciones propicias para mejorar las conductas que involucran al conjunto de los ciudadanos y que las empresas sean valoradas por lo que representan?
--Las acciones propicias son aquellas que fortalecen los buenos vínculos con los vecinos, tomando como ejes la inclusión y la promoción social, la transparencia y la participación ciudadana. Para ello, continuamos propiciando el acercamiento de las empresas y la comunidad. Debemos fortalecer los procesos de transversalidad e intersectorialidad, trabajar en coordinación con otras instituciones estatales y con diferentes organizaciones públicas y/o privadas; porque cuando no hay coordinación surge el aislamiento y la duplicación de esfuerzos y recursos de forma innecesaria, al tiempo que se generan situaciones de malestar en los diferentes espacios.
"Estamos en el camino de elaboración de una agenda donde se unifiquen criterios que atraviesen los distintos órdenes institucionales y organizacionales para planificar en conjunto, desde un enfoque participativo y de integración social vinculado con la Responsabilidad Social y el Desarrollo Sustentable", cerró el intendente municipal.
Las universidades, con la misión de orientar a las formaciones que son prioritarias
La Responsabilidad Social Empresarial es un conjunto de prácticas de las empresas que forman parte de su estrategia corporativa, y que tienen como fin evitar daños y/o producir beneficios para todas las partes interesadas en la actividad de la empresa (clientes, empleados, accionistas, comunidad, entorno, etc.), siguiendo fines racionales y que deben redondear en un beneficio tanto para la organización como para la sociedad , a la vez que a la mejora de la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, de la comunidad local donde actúan y de la sociedad en su conjunto.
Al igual que la Empresa que ha debido superar el enfoque filantrópico de la inversión social para entenderse a sí misma bajo el nuevo paradigma de la Responsabilidad Social, la Universidad debe tratar de superar el enfoque de la "proyección social y extensión universitaria" como “apéndices” bien intencionados a su función central de formación estudiantil y producción de conocimientos, para poder asumir la verdadera exigencia de la Responsabilidad Social Universitaria.
Esto significa una profunda reflexión sobre el significado social de la producción de conocimiento y la formación profesional de líderes en la era de la ciencia. Después de reconocer de que no sólo se trata de reformar políticas, sino también a los conocimientos y epistemologías que la Universidad contribuye en producir y transmitir, la Universidad podrá empezar a elaborar su propio diagnóstico y reforma.
La responsabilidad Social Universitaria exige, desde una visión holística, articular las diversas partes de la institución en un proyecto de promoción social de principios éticos y de desarrollo social equitativo y sostenible, para la producción y transmisión de saberes responsables y la formación de profesionales ciudadanos igualmente responsables.
En particular, en Argentina, un país en desarrollo y con grandes déficits en aspectos de avances tecnológicos y estructurales, la Universidad, ente autónomo aunque dependiente del estado, juega un papel sustancial porque es el formador de todos los futuros líderes de organizaciones tanto públicas como privadas.
Esto implica que, más allá de procurar una formación de excelencia científica y social del profesional, la universidad debiera plantearse un planeamiento de prioridades de formación para atender a la demanda de profesionales que requiere el desarrollo del país, fortaleciendo y apoyando la formación de las disciplinas necesarias para estas acciones que logren el esperado desarrollo.
No se discute el ingreso irrestricto, aún más, se debiera procurar un mayor acceso a la universidad de jóvenes que merecen una formación de excelencia para insertarse en un mundo tecnológico y socialmente complejo, pero esto debe ir acompañado de una orientación a las formaciones que son prioritarias.
Hoy el ingreso irrestricto y la libre elección de carreras, que es un derecho, provee de alumnos a las universidades, pero la universidad no orienta a estos alumnos o no fomenta políticas de orientación, previas al ingreso para potenciar y priorizar aquellas carreras que son necesarias para que nuestro país se nutra de los profesionales que hoy le están faltando y hasta en muchos casos los importa de otros países.
La calidad de la enseñanza universitaria no está en discusión y por años Argentina ha sido y es exportadora de inteligencia.
Pero es momento, y en esto el estado también debiera asociarse, de establecer políticas de orientación profesional que generen la masa crítica necesaria para enfrentar el desafío de la tecnología y la sociología global.
ACDE: hacia una Argentina integrada y plural
Por el Ing. Ernesto A. Castagnet (Presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) Bahía Blanca)
El 7 de junio se realizó el XXI Encuentro Anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) titulado “Hacia una Argentina Integrada y Plural: Diálogos y Acuerdos para Fortalecer la Concordia”.
El objetivo fue debatir y reflexionar sobre el quiebre de las relaciones de confianza entre los ciudadanos que experimenta la Argentina, lo que se traduce en una falta de diálogo, de respeto por las ideas del otro, de cooperación y consenso que apunten a objetivos comunes para resolver las problemáticas y desafíos colectivos como Nación.
Vivimos fuertemente divididos y esto parece estar promovido y fomentado por distintos actores políticos, sociales e intelectuales. Pareciera que la verdad y la realidad no importan.
Los acontecimientos son interpretados según los propios paradigmas o creencias ideológicas, sin espacio para la empatía y la búsqueda de puntos en común con el otro y sin aportar soluciones genuinas. Los dirigentes de ACDE entendemos que este problema central de la Argentina es de naturaleza cultural. Y hoy nos interpela como dirigentes y como ciudadanos.
El XXI Encuentro Anual ACDE no pretendió profundizar en el origen de la grieta. Su objetivo fue -y es- proponer un camino nuevo: apostar al diálogo y al encuentro inclusivo de todos los sectores para fortalecer la concordia y la convivencia en la pluralidad, a fin de superar las circunstanciales diferencias en pos de compromisos más amplios y duraderos.
Fue el encuentro anual el ámbito adecuado para que cada sector de la sociedad expresara de manera fecunda lo que piensa, aceptando sentarse con quién piensa distinto. Es así que para la Iglesia, el diálogo es el “desarrollo de la cultura del encuentro”.
Los políticos, el licenciado Eduardo Amadeo, Federico Pinedo y Miguel Angel Pichetto, coincidieron en que para lograr consensos deben estar entre los temas prioritarios el trabajo, la pobreza, la inseguridad y la educación, apuntando al bien común como objetivo sustantivo.
Para los gremialistas y actores sociales “la crisis es demasiado grande para dejarla en manos de los políticos. Necesitamos a todos los sectores, los empresarios, las iglesias, los movimientos sociales, porque la política no lo va a solucionar. En la política hoy no hay plan, no hay ideas, están todos en la coyuntura mirando las encuestas. Esta representación política está en crisis porque los políticos no representan a la base social, por eso hay un gran descreimiento en la política y que la gente sale a manifestar. La pobreza estructural arranca en los 70 y hoy no hay voluntad de solucionar éste problema. La manera de resolver la situación es con trabajo.
Y los empresarios, Gonzalo Tanoira, Alberto Hojman y Jorge Forteza se refirieron a la necesidad de una Argentina “integrada y plural”. Consideraron que es necesario crecer, generar empleos de mayor calidad y salir de la trampa del “ciclo de cambio” al que se había referido en un panel anterior el Economista Pablo Gerchunoff. Para ellos queda claro que son los empresarios los que generan empleos de calidad y no el Estado.
Coincidieron también en que Argentina tiene pocas multinacionales propias y para crecer hay que escuchar a los actores para avanzar en el diálogo que permita lograr acuerdos para generar lo que llamaron “vectores de crecimiento”: Pasar de Granos a Productos Diferenciados, Pasar a las Biociencias, Pasar al Desarrollo Energético, Grieta agro-industria a Manufacturas Especializadas, Crecer en Servicios, Crecer en Turismo y Servicios Culturales; por último generar Infraestructura que crea empleo y crecimiento.
Concluyendo, nuestro país sufre profundas grietas, divisiones que nos alejan, nos confrontan en relaciones de hostilidad y nos desvían de todo proyecto común, inclusivo y plural. ¿Qué nos trajo hasta este presente? ¿Cómo somos los argentinos? ¿Por qué nos resulta tan difícil escucharnos y ponernos en el lugar del otro?
Un camino introspectivo pero con un horizonte propositivo: cómo construir un nuevo paradigma basado en la empatía, la hospitalidad, que encuentre verdadera riqueza en la diversidad y priorice el bien común. Propuestas para cerrar grietas empezando por uno mismo.
Aquellos emprendedores con espíritu inquieto que han aplicado con convicción los principios de la Doctrina Social de la Iglesia han visto crecer en lo social y económico tanto a sus trabajadores como a su organización.
La Responsabilidad Social Empresarial vive en ellos. No es mera declamación.
El CGPBB, con el objetivo de promover el crecimiento productivo y exportador de la región
Desde el punto de vista de las organizaciones, se ha definido como "triple resultado" a la medición de su desempeño en materia de contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental como valor agregado a su actividad específica.
Esto es lo que se conoce como responsabilidad social empresarial (RSE) o corporativa (RSC). Este nuevo paradigma, instalado en la agenda corporativa en los últimos 25 años, va más allá del cumplimiento de las leyes y las normas, ya que su respeto y su estricto cumplimiento deben darse por supuestos.
Respetar estas reglas básicas no se corresponde con la RSE, sino con las obligaciones que cualquier empresa u organización deben cumplir simplemente por el hecho de realizar su actividad.
En resumen, la Responsabilidad Social Empresarial necesita, como punto de partida, el hacer negocios basados en principios éticos y apegados a la ley, ya que las empresas y organizaciones tienen un rol ante la sociedad y ante el entorno en el cual operan. La RSE no es una cultura de la filantropía, porque no se busca que las empresas se conviertan en obras de beneficencia.
Lo que implica, y en esto el Estado tiene un importante rol que cumplir, es que las empresas adopten una postura activa y responsable en torno al impacto de sus operaciones y su contribución al desarrollo del medio en donde actúan.
Es el rol que les toca jugar a favor del Desarrollo Sostenible, es decir, a favor del equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar social y el aprovechamiento de los recursos naturales y el medio ambiente.
Las empresas deben pasar a formar parte activa de la solución de los retos que tenemos como sociedad, por su propio interés de tener un entorno más estable y próspero. Es evidente que la sociedad actual demanda que las organizaciones y compañías, reconozcan su capacidad de ocasionar impactos sobre el medio, en sus dimensiones social, natural y económica; por lo que deben ser totalmente responsables en la gestión de la actividad empresarial.
La responsabilidad en este sentido, no reclama sólo la ética individual de las personas que componen las empresas, sino que la sociedad ve en la organización en sí misma a un ente con responsabilidad propia económica, social y medioambiental a la que debe exigírsele comportamientos acordes con dicha responsabilidad.
En definitiva, la RSE es, probablemente, uno de los más complejos retos que enfrenta la gestión empresarial, y el éxito radicará en la habilidad para prosperar trabajando con todos los actores sociales y económicos, públicos y privados.
Por ello, la misión del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca es promover de modo permanente el crecimiento productivo y exportador, propio de su actividad específica, orientando sus resultados al desarrollo social de la comunidad bahiense que la contiene.
Más allá de la decisiva contribución que realiza nuestro puerto de aguas profundas a la nación Argentina, su impacto no sólo se mide en empleos y producción sino también en el desarrollo de una política permanente de apoyos comunitarios donde se combinan los aportes propios con los del sector privado que opera en su territorio.
Forma parte de su labor el seguimiento y cumplimiento de estos objetivos complementarios.
Recordemos que el Consorcio del Puerto es una entidad de derecho público no estatal gobernada por un Directorio que contiene la representación del sector público, de los trabajadores y del sector empresario privado; y esta combinación es un modelo acertado para llevar adelante, como hasta ahora, una cogestión exitosa público-privada.
Ahora bien, más allá de las diferentes acciones que las compañías planean y desarrollan, hacia adentro y hacia la comunidad que convive con ellas, por su propia iniciativa, se reivindica su propia responsabilidad como administradores portuarios para planificar, proponer, direccionar y cogestionar los temas definidos como demanda de la sociedad o aquellos a los que les hemos asignado valor estratégico para un desarrollo sustentable de nuestra ciudad y la región.
Así como la RSE es uno de los grandes desafíos para la actividad empresarial corporativa, nuestra gestión portuaria también ha incorporado los aspectos superadores de otro nuevo paradigma, también devenido en los últimos tiempos, cual es el aprovechamiento de las ventajas de coordinar acciones con mecanismos de cogestión público privada.
Esto se traduce, cotidianamente, en estimular el crecimiento de los propios programas de las empresas como en los aportes que el Consorcio realiza continuamente a programas educativos, entidades comunitarias como sociedades de fomento, escuelas y clubes barriales y a trabajar apoyando la concreción del sueño, como ciudad marítima que somos, de consolidar la creación de un espacio recreativo y de esparcimiento frente al mar que facilite a los bahienses su sentido de pertenencia y orgullo de vivir en una ciudad portuaria.
La Responsabilidad Social Empresaria ha ingresado definitivamente en la agenda de las corporaciones y el CGPBB compromete su liderazgo para continuar articulando consensos y planificando acciones que permitan canalizarla hacia una convivencia armónica con la comunidad.
Los medios, con un rol protagónico en el escenario social
La ética no es un código de conducta, es un saber que se forma a partir de la reflexión sobre la propia experiencia y que nos permite elegir las acciones que llevaremos a cabo.
Por esto, la democracia requiere de una ciudadanía con criterio, y el criterio no se manipula, se forma de manera individual. Los medios de comunicación dejaron de ser intermediarios para convertirse en protagonistas del escenario social.
En la actualidad las opiniones de los comunicadores suelen ser un punto de referencia para que la ciudadanía se forme sus propias ideas acerca del acontecer diario.
La tarea del comunicador es especialmente delicada. En el comunicador la Responsabilidad Social descansa en la ética.
La función de la ética en el ejercicio periodístico se centra en la reflexión acerca de la manera en que desde el desempeño individual se contribuye – a través de la palabra – a reforzar los criterios personales y el respeto por los ajenos.
Por ello es de especial relevancia que en el trabajo periodístico se entienda que está para contribuir a que los demás se formen su propia idea de lo que sucede en el mundo.
Un cambio que puede afectar esta responsabilidad es que hoy, los medios de comunicación están organizados en empresas. Sin embargo, los medios tienen una característica peculiar: su esencia va más allá de la transmisión de datos, reside en la expresión de ideas que de manera más o menos libre se comparten a través del espacio público.
Los receptores nunca llegamos a tener la visión completa y directa sobre los acontecimientos que tiene quien es testigo presencial de una situación.
La globalización de la comunicación es otro punto que puede afectar la visión ética. Nos provoca que nos preocupemos más por lo que sucede a miles de kilómetros en el mundo, al tiempo que, paradójicamente, estamos ciegos ante lo que sucede a nuestro alrededor.
Paralelamente, algunos sectores de la sociedad se han constituido en grupos activos que vienen a cumplir un nuevo papel: desarrollar entre la ciudadanía la idea de que los diferentes actores en nuestro entorno nos integremos y tengamos capacidad de responder activamente en la solución de los distintos problemas que venimos arrastrando como sociedad y ante aquellos que nos hace falta enfrentarnos.
Nacen otros comunicadores y otros medios. Ante esto, las empresas de medios que entienden que su impacto social depende de la credibilidad que logren con el público, no solo intentan manejar una imagen que logre cierto aprecio por parte de audiencias o lectores.
Los códigos de ética en los medios suelen hacer referencia a la naturaleza de la tarea, la responsabilidad social que se tiene como organización, la responsabilidad individual de contar las historias de una manera confiable y la responsabilidad en las relaciones con las personas a quienes afecta la construcción de la noticia.
Siempre hay que tener presente que cuando la convicción personal del periodista choca con los intereses de la empresa es posible consolidar una reputación de honesto, valor invaluable para un periodista. En el caso de los medios de información, esto se vuelve más delicado, pues se debe hacer crítica a aquellos actores sociales que se han arrogado la misión de hacer crítica a la situación que se vive.
Al menos esta debiera ser la función del periodismo en nuestra sociedad. Tener presente el interés de los lectores antes que el propio. Buscar un balance en la información, para que sea el lector quien se forme una opinión propia.
Quien se atreva a ejercer el oficio de comunicador, además, deberá desarrollar la capacidad de ser crítico con su trabajo –en todos sentidos: redacción, estilo, información– y autónomo: es decir, que se da y obedece sus propias reglas, que rebasan en ambiciones de servicio a los demás las que se formulan en el código ético de la empresa para la que trabaja.
Mega mantiene la política de estar siempre cerca de la comunidad
Compañía Mega S.A. trabaja desde el comienzo de las operaciones, en 2001, en construir un vínculo entre la compañía y los distintas partes interesadas de acuerdo con su ética de gestión.
De esta forma ha desarrollado diferentes programas que le han permitido acercarse a la comunidad.
Los públicos externos se componen, entre otros, de: clientes, proveedores, vecinos, superficiarios, entidades públicas y privadas, asociaciones civiles, ONG’s y medios de comunicación.
Compañía Mega S.A. desarrolla desde el año 2003 un programa de Becas Universitarias orientado a estudiantes egresados del sistema polimodal de Ingeniero White, mediante el cual se otorgan cinco becas anuales. Este programa se lleva a cabo con la colaboración de la Fundación Cecilia Grierson, quien acompaña en la evaluación de los postulantes y en el seguimiento de las becas otorgadas.
Los requisitos para la inscripción son: Obtener titulo de estudio de polimodal en establecimientos de Ingeniero White; realizar estudios universitarios en la ciudad de Bahía Blanca; tener promedio general de calificaciones en el polimodal no inferior a 8 puntos y no poseer otras becas o pasantías.
Teniendo en cuenta la importancia de fomentar el vínculo con las universidades, la Compañía posee un Programa anual de pasantías rentadas para estudiantes universitarios con la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca) y la Universidad Nacional del Comahue (Neuquén). Participan de dichas pasantías los alumnos que cursan carreras relacionadas con el proceso productivo, a los efectos de realizar tareas que les permitan mejorar su conocimiento en temas específicos y realizar sus tesis de estudio.
En tanto, UNISOL es un programa solidario implementado a partir de una iniciativa del personal de la compañía quienes han conformado un grupo de ayuda llamado “Unisol”. El mismo tiene como fin recaudar dinero en forma mensual entre quienes desean colaborar voluntariamente, para ser donado con diferentes fines solidarios. Todos los meses, el grupo, a través de una votación, elige el destino del dinero recaudado (instituciones, tratamientos médicos, escuelas, etc.).
Compañía Mega S.A. apoya a sus empleados, colaborando con este proyecto duplicando el monto del dinero recaudado y entregándolo a Unisol para que efectúe la donación correspondiente.
Como parte de su vínculo con otros organismos, Compañía Mega S.A. participa en las siguientes instituciones: Cámara de Concesionarios y Permisionarios del Puerto de Bahía Blanca, Instituto Argentino del Petróleo y Gas, Unión Industrial de Bahía Blanca, Instituto Petroquímico Argentino, FUNDECE (Fundación Empresaria para la Calidad y la Excelencia).
El desafío de Mega comenzó hace tiempo cuando la sociedad integrada por YPF S.A., Petrobras y Dow Argentina decidió a mediados de 1997 concretar un proyecto que explotara integralmente el gas natural.
Así, con la concreción del mismo, los componentes ricos del gas natural pasaron a constituir el insumo básico de la industria del plástico, permitiendo la expansión de dicha industria fundamental para el crecimiento de la economía argentina, y, en particular la de Bahía Blanca en donde abastece de materia prima al principal Polo Petroquímico del país.