CON LAS FORMAS DEL AYER. La fontana di Trevi, en la plaza Rivadavia
Mario Minervino / [email protected]
Hace 59 años, en octubre de 1959, la Fuente de los Ingleses de la Plaza Rivadavia se convirtió en una suerte de Fontana di Trevi.
Considerado el más bello conjunto escultórico urbano de Roma, la Fontana di Trevi es toda una leyenda.
Diseñada por el arquitecto y escultor Giovanni Bernini, fue inaugurada en 1762 por el Papa Clemente XII y muestra al Dios Neptuno rodeado por criaturas marítimas, todo realizado en piedra rústica.
Federico Fellini inmortalizó el lugar en su filme La dolce vita, con Anita Ekberg invitando a Marcello Mastroianni a pasear por sus aguas.
La fontana es el lugar elegido para arrojar monedas y pedir deseos.
En 1959, Bahía Blanca ideó un sistema similar a fin de reunir fondos para el Patronato de la Infancia.
La “fontana bahiense” fue la Fuente de los Ingleses, ubicada en la Plaza Rivadavia, frente a la avenida Colón, obra donada por la comunidad inglesa en 1928, como adhesión al centenario de la fundación de Bahía Blanca.
Se dispuso que durante todo octubre se podía colaborar con el Patronato arrojando tres monedas en esa fuente y, al mismo tiempo, solicitar un deseo. Juanito, “un pibe de 11 anos, rubio, de ojos azules”, arrojó las primeras monedas. “¿Qué pediste?”, inquirió un periodista de esta casa. “Que el domingo gane Boca”, respondió el niño.
Poco después, “cuando las primeras luces del atardecer ponían un tinte violáceo al agua”, una parejita de novios pidió por su amor.
La Fontana de los Ingleses en Bahía Blanca, para alentar la generosidad y reforzar la esperanza de que se cumplan todos los deseos.