Gran hermetismo sobre la salud de Máximo Kirchner
Sin agenda oficial, la presidenta Cristina Kirchner siguió ayer de cerca el estado de salud de su hijo Máximo Kirchner, en medio de un marcado hermetismo tras la operación por un absceso hepático a la que fue sometido y por la cual debió permanecer otra noche internado.
Si bien se esperaba que este lunes le dieran el alta médica, el hijo mayor de la jefa de Estado iba a permanecer por tercera noche consecutiva en el Sanatorio Otamendi, del barrio de Recoleta, adonde había ingresado el sábado a última hora.
Sin información oficial al respecto, trascendió que finalmente el diputado electo abandonaría el centro médico hoy al mediodía.
Sorpresivamente, la mandataria, luego del problema de salud que afectó a su hijo, suspendió su viaje a Turquía, donde iba a participar en la cumbre del G-20 pero, según se informó, decidió quedarse para seguir las alternativas de la campaña con vista al balotaje del 22 de noviembre.
Tras someterlo a una serie de estudios, los médicos del centro asistencial operaron a Máximo Kirchner, de 38 años, y en la intervención quirúrgica le extrajeron un absceso de la zona hepática, donde se le realizó un drenaje.
Máximo es legislador electo por Santa Cruz.