Bahía Blanca | Miércoles, 27 de septiembre

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"La Humanidad está ante una encrucijada"

La UNESCO abogó ayer por poner a las Geociencias (conocidas como las Ciencias de la Tierra) al servicio de la humanidad, especialmente del mundo en desarrollo, en los actos de lanzamiento del Año Internacional del Planeta Tierra. Inundaciones, incendios, terremotos... las tragedias se repiten prácticamente mes a mes en todo el mundo sin que las consecuencias puedan ser disminuidas mediante la prevención.

 PARIS (EFE) -- La UNESCO abogó ayer por poner a las Geociencias (conocidas como las Ciencias de la Tierra) al servicio de la humanidad, especialmente del mundo en desarrollo, en los actos de lanzamiento del Año Internacional del Planeta Tierra.


 Inundaciones, incendios, terremotos... las tragedias se repiten prácticamente mes a mes en todo el mundo sin que las consecuencias puedan ser disminuidas mediante la prevención.


 "La Humanidad está ante una encrucijada nunca antes vista", advirtió el director general de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Koichiro Matsuura.


 Al animar a los geocientíficos a ayudar a predecir catástrofes, especialmente en los países pobres, Matsuura dijo que no se puede reaccionar eficazmente a las amenazas del planeta sin las Ciencias de la Tierra.


 La UNESCO recordó que desastres como el tsunami que asoló el sudeste asiático en 2004 y que causó la muerte a casi 250.000 personas podrían haberse evitado con herramientas adecuadas, a menudo no disponibles en los países más pobres.


 Así, señaló que el Banco Mundial publicó, en 2004, un informe que aseguró que una inversión de 40.000 millones de dólares (unos 27.400 millones de euros) en medidas de prevención y reducción de riesgos de catástrofes naturales en los años '90 habría reducido a la mitad los gastos por este tipo de siniestros, que sumaron 535.000 millones de dólares (unos 366.300 millones de euros).


 Un ejemplo de la aplicación práctica de la Geociencia puede encontrarse en la localidad minera de Zimapán (México), donde los científicos desarrollaron un método económico para descontaminar el agua de altos niveles de arsénico.


 En su intervención ante cientos de personas de diversas nacionalidades y sectores, el director Matsuura subrayó que problemas como la salud, el clima, las aguas subterráneas o los océanos, entre otros, requieren una rápida actuación.


 En la Declaración de París, se insta a políticos, científicos y empresarios a utilizar los conocimientos disponibles en beneficio de "todas las comunidades del mundo, especialmente los países en desarrollo", y alienta al mundo de la Geociencia a aprovechar este Año del Planeta Tierra para hallar "respuestas satisfactorias a los futuros peligros" y fomentar un uso sostenible de los recursos.


 Para concientizar a todos sobre la belleza y diversidad del planeta, la Declaración defiende los geoparques, reservas de la biosfera y lugares del Patrimonio de la Humanidad como instrumentos públicos a favor de la conservación y el desarrollo.


 Y aboga por crear un Centro Internacional de Investigación de las Ciencias de la Tierra, en aras del desarrollo sostenible, y por utilizar las Ciencias del Espacio para vigilar los cambios en la estructura del planeta.


 También pide reintroducir las Ciencias de la Tierra en los sistemas educativos y mejorar el acceso a la información y el conocimiento científico.


 La Unión Internacional de Ciencias Geológicas, coorganizador del Año Internacional del Planeta Tierra, enfatizó por boca de su presidente, Zhang Hongren, la importancia de unir a la comunidad científica, promover estudios científicos relevantes en todo el mundo y hacer un "uso sabio de los materiales de nuestro planeta".

Prioridad francesa. El secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet, aseguró que los retos del cambio climático y del crecimiento demográfico serán una prioridad de la presidencia francesa de la Unión Europea, que tendrá lugar en el segundo semestre del año. "Vivimos en un momento de urgencia medioambiental y ecológica", afirmó Jouyet.

Biodiversidad, la clave para alimentar al planeta






 ROMA (EFE) -- Un grupo de expertos de la ONU coincidió ayer en destacar la necesidad de conservar la biodiversidad como medio para dar de comer a todo el planeta, aunque han señalado que aún se está lejos de conseguir el objetivo de proteger el 10 por ciento de las zonas de mayor importancia ecológica.


 Estas apreciaciones fueron expuestas con motivo de la celebración en Roma de la II Reunión del Grupo de Trabajo sobre Areas Protegidas de la Convención sobre la Diversidad Biológica.


 El director adjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Alexander Müler, recalcó la necesidad de afrontar los desafíos a los que se enfrentan la agricultura y el medio ambiente para poder asegurar el alimento a los 6.500 millones de personas que viven en el mundo actualmente.


 Además, destacó que es imperioso prever el abastecimiento de alimentos de aquí a 2050, cuando se prevé que la población mundial aumente en 3.000 millones de personas.


 Roma acoge desde el lunes y hasta el viernes la reunión de la Convención, en la que expertos de diferentes países comparten sus experiencias a la hora de aplicar en su territorio los diferentes programas para la conservación de la biodiversidad de sus ecosistemas.


 Una meta que se fijó en la Cumbre de Johannesburgo de 2002 prevé que, en 2010, al menos un 10 por ciento de las zonas de especial importancia para la biodiversidad a nivel mundial estén protegidas.


 El presidente de la próxima Conferencia de Estados miembros, Jochen Flasborth, señaló que todavía falta mucho para lograr dichos objetivos y que es necesario incrementar el número de actividades para luchar contra la catástrofe ecológica actual, que calificó como "el mayor desafío del siglo".


 Flasborth explicó, además, la propuesta que el ministerio de Medio Ambiente alemán lanzará en la Conferencia de Estados miembros que tendrá lugar en la ciudad de Bonn (oeste Alemania) en mayo próximo.


 Una iniciativa que consiste en proponer a través de Internet zonas que, según los gobiernos, merecen ser protegidas y éstas serán "ofertadas" a través de una web para que otros países, organizaciones no gubernamentales o inversores privados financien su protección.


 Un "mercado", como lo definió Flasborth, en el que se ofrecerán espacios protegidos para que encuentren una fuente de financiación que garantice el mantenimiento de su biodiversidad y que ayudará a identificar los espacios que realmente necesiten ese apoyo.


 Por su parte, la ministra de Medio Ambiente de Ecuador, Marcela Aguiñaga, explicó que su gobierno ve las áreas protegidas como "un mecanismo de apoyar la gestión de la biodiversidad con la participación de sectores como pueblos indígenas, comunidades locales y la población en general".


 Asimismo, consideró que "la gestión ordenada" de áreas protegidas "puede constituirse como un elemento básico para el alivio de la pobreza en nuestros países".