Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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En Ingeniero White, algunos chicos sólo salen sin compañía al patio de sus casas

Patricia Yáñez grita desde la ventana de la cocina. Ya lo tiene incorporado: vigila que sus cuatro hijos no salgan del patio y que no se acerquen a la vereda de la calle Guillermo Torres, en Ingeniero White. El monolito que tiene frente a su casa se lo recuerda todo el tiempo: En ese lugar fueron atropellados dos hermanos, de ocho y nueve años, cuando iban a comprar helados. Ambos murieron y Patricia no quiere hablar del tema: ella fue una de las últimas personas que los vio respirar.
En Ingeniero White, algunos chicos sólo salen sin compañía al patio de sus casas. Opinión. La Nueva. Bahía Blanca


 Patricia Yáñez grita desde la ventana de la cocina. Ya lo tiene incorporado: vigila que sus cuatro hijos no salgan del patio y que no se acerquen a la vereda de la calle Guillermo Torres, en Ingeniero White.


 El monolito que tiene frente a su casa se lo recuerda todo el tiempo: En ese lugar fueron atropellados dos hermanos, de ocho y nueve años, cuando iban a comprar helados. Ambos murieron y Patricia no quiere hablar del tema: ella fue una de las últimas personas que los vio respirar.


 En cambio, sí protesta por el tránsito, por la falta de controles a los camioneros, por el descuido.


 "¿Cuántas muertes tienen que haber para que alguien se ocupe de White?", dice.


 Sus hijos se aburren y lo sabe. Ya no los deja jugar en la plaza ni ir solos a hacer una compra al almacén: "Están presos en el patio", admite.


 Patricia participó de la marcha que los vecinos organizaron el 21 febrero por la muerte de los hermanos y fue una de quienes reclamaron más controles de tránsito al intendente Rodolfo Lopes.


 "Después de la marcha, hubo inspecciones. Pero duraron dos días y no volvieron más", dice, y comenta que enterarse de la muerte de otra chica atropellada en White fue como repasar las imágenes mentales de la tarde en la que murieron los dos hermanos.

Sin magia.
El delegado de Ingeniero White, Nelson Quírico, reconoce que hay muchos camiones y que dos inspectores (uno de mañana y otro de tarde) no alcanzan para controlar todos los vehículos de carga.





 Y no puede dar precisiones. Dice haber escuchado que la dirección de Tránsito municipal iba a incrementar el personal de control, pero, por el momento, no tiene novedades.


 Tampoco sabe nada del petitorio que los vecinos entregaron al intendente.


 "Tengo sólo dos personas y no puedo hacer magia", aclara. Sabe que el tema frecuenta muchas conversaciones whitenses y afirma estar preocupado.


 También agrega: "Siempre trabajé en el puerto y sé que los embarques son intensos, que los camiones son fluidos y que siempre hay algún pícaro que quiere cortar camino. Ojalá pudiéramos contar con más personal, pero Tránsito tiene que cubrir toda Bahía Blanca y no sé si les alcanza".

La norma está






 La ordenanza que regula el tránsito de vehículos pesados existe y está vigente desde hace ¡18 años! Allí queda en claro que su circulación está prohibida por las calles de la localidad portuaria, a saber:
* San Martín, desde Libertad hasta Guillermo Torres.
* Guillermo Torres, desde Cárrega hasta el Camino de Acceso Sur a Puertos.
* Bulevar Estrada, desde avenida Arias hasta el Camino de Acceso Sur a Puertos.





 La concejala whitense Graciela Arcidiácono (UCR) se ocupa, desde hace tiempo, del tránsito por la localidad. Ha impulsado lomos de burro, nuevos nomencladores y paradas de colectivos, entre otras medidas.


 Ahora, reafirma la ordenanza sancionada en épocas del ex intendente Juan Carlos Cabirón: "La ley está, pero hay que cumplirla. Hay que ejercer controles, porque los camiones no pueden cruzar el ejido urbano", dice.


 Según ella, inspectores de tránsito de Bahía Blanca deberían acercarse más seguido a White y encarar operativos.


 "Somos hijos del rigor --opina--. Si se hacen operativos sobre el camionero, la novedad se va a transmitir de uno a otro y van a dejar de circular por sectores prohibidos".


 Además, Arcidiácono propone que la delegación entregue mapas a las empresas cerealeras, para que comuniquen a sus agentes las calles que pueden atravesar.


 "Lo hicimos hace unos años. Quizá debiera reiterarse. Podría ser una alternativa a la escasez de inspectores", opina.

El miedo de tres mamás

* Marisa Yáñez: "A mis dos chicos no los dejo ir más a la plaza, porque me da miedo cómo pasan los camiones. Pasan refuerte y no me quedo tranquila si mis nenes andan en la calle. Los llevo y los voy a buscar a la escuela. Les estoy muy encima.






 "Todas las mamás tienen miedo; sobre todo, después del caso de los hermanos y el de la chica. Siempre se notó que el tránsito andaba mal. Pero ahora tenemos más miedo".

* Patricia Yáñez: "Tengo cuatro chicos y un miedo terrible. Ya no tengo la libertad de tener al chico en bicicleta. Ni siquiera de dejarlo ir a la plaza. Si el camionero mató a los hermanos en la vereda, imaginate lo que puede pasar...




 "No es un camión, son muchísimos. De noche, pasan y pasan. Y acá no hay control.


 "Los chicos están en el patio. No existe más la vereda ni la calle; ni siquiera para ir a hacer una compra.


 "No me quiero acordar del accidente de los chiquitos. Ya hablé mucho y nadie me escuchó. Ni siquiera cuando reclamé el comportamiento del "hospitalito". Ya hubo otra muerte, ¿por qué nadie dice qué pasa con el "hospitalito"?".

* María Gabriela Rodríguez: "Esto es un pueblo y acá los chicos están acostumbrados a jugar en el cordón de la vereda. Lo de los hermanos marcó un punto de inflexión y estamos todos sensibilizados. Cualquier situación, ahora, nos lleva a un punto de tensión.




 "Los camiones pasan a muchísima velocidad. Se generó una situación especial: en dos meses, se accidentaron los dos compañeritos de mi hija y la chica del otro día.


 "Lo concreto es que el tránsito es muy desordenado y acá no hay controles".

Camiones detectados en infracción






 La dirección de Tránsito municipal informó que la delegación de Ingeniero White sancionó las siguientes conductas, durante enero y febrero últimos:
* Estacionamiento en ochava: 4.
* Circulación de camión por zona prohibida: 22.
* Circulación a contramano: 2.
* Circulación sin licencia de conducir: 1.






 Al respecto, la concejala Arcidiácono comentó que deberían haberse labrado más infracciones a los camiones que atravesaron la localidad.


 "Durante enero y febrero, se mandan más por el pueblo. Ahí empiezan a llegar los camiones para descargar. Con dos inspectores no se pueden hacer controles estrictos, aunque así debería ser; sobre todo, en esa época", dijo.

Por qué White está golpeado






 Ingeniero White tuvo dos sacudidas en poco más de un mes. La primera se sintió el 7 de febrero, a las 20.


 Los hermanos Pablo y Martín Ferrari, de ocho y nueve años, pasaban por la esquina de Guillermo Torres y Brihuega, cuando un camión los atropelló.


 El mayor ingresó muerto al hospital whitense y el menor falleció poco después.


 El camión había descargado 30.000 kilos de maderas en el aserradero Fermar, de Brihuega al 3.000, y se retiraba de White para tomar el empedrado en dirección al paraje El Guanaco.


 Algunos testigos aseguraron que el transportista Carlos Falcón trató de escapar. Según ellos, un coche lo interceptó cuadras más adelante y lo llevó de vuelta al lugar del accidente. Allí, los vecinos lo insultaron y le destrozaron el parabrisas delantero.


 El chofer debió enfrentarse a la Justicia.


 Además, dos vecinas que esperaron la ambulancia junto a los chiquitos dijeron que el servicio sanitario demoró media hora en llegar, pese a estar ubicado a unas cinco cuadras del lugar.


 El segundo accidente que golpeó a la localidad portuaria fue el 13 de marzo último y costó la vida a Vanesa Ibáñez, de 22 años, a las 8 de la mañana, en la esquina de Sargento Cabral y Magallanes.


 La chica circulaba en la moto de un amigo hacia su trabajo, cuando se produjo el choque con el auto particular de un policía que iba a tomar servicio a la comisaría tercera.


 Fue trasladada por una ambulancia de SEM al hospital de White, y luego fue asistida en el área de terapia intensiva del hospital Municipal. Falleció seis días más tarde.
María Eugenia Rodríguez