“Mi padre está muerto y él no va a decir la verdad”

Redacción de La Nueva.

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“Lo que pasó lo saben mi papá y él. Mi padre está muerto y él no va a decir nunca la verdad. Es mucho más fácil echarle la culpa a otro que hacerse responsable de sus actos”, sostuvo ayer Nicolás Alvarez, momentos antes de realizarse la audiencia preliminar al juicio oral por el crimen cometido a principios de 2014 en el barrio Paihuén.

El 16 de enero del año pasado, su padre Juan Carlos (64), fue atacado en su casa y recibió 77 puñaladas infligidas con un cuchillo de caza, que determinaron su fallecimiento.

Por el hecho fue detenido Dante Maximiliano Brandoni (35), quien actualmente se encuentra detenido en la Unidad Penal Nº 19, de Saavedra.

En la víspera, el Tribunal en lo Criminal Nº 2, que integran los jueces María Eloísa Errea de Watkins, Claudia Cecilia Fortunatti y Hugo Adrián De Rosa, con la intervención de la secretaria Paola Schamber, llevó a cabo la audiencia previa al debate, tomando parte el imputado y su defensor Daniel Weiman, además del letrado Mariano Jara, representante de la familia Alvarez, y el doctor Hernán Borsino, por la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 5, del fiscal Christian Long.

Todas las partes ratificaron el ofrecimiento de prueba realizado oportunamente, mientras que la defensa presentó un escrito planteando algunas oposiciones. También acordaron solicitar una extensión de diez jornadas para el juicio.

Estas cuestiones serán analizadas y resueltas por los magistrados la próxima semana, cuando se anuncie también la fecha estipulada para la realización del debate.

“Quiero que la justicia lo castigue con los años que le tienen que dar, porque a nosotros nos destruyó”, afirmó Nicolás Alvarez, quien concurrió acompañado por amigos, que se encargaron de contenerlo durante la diligencia procesal.

“Deseo agradecer a todo el mundo que me consuela por lo que vengo pasando desde hace más de un año. No lo pude llorar a mi papá y hasta que no termine esto no me voy a quedar tranquilo”, agregó.

Acerca de la condición en que estaba Brandoni al momento de cometer el hecho, el joven sostuvo que “no estaba ni drogado ni nada, estaba completamente seguro de lo que hacía”.

También dijo que la de ayer fue la primera oportunidad en la que estuvo frente al imputado luego de la tragedia.

“Veo fotos y es una mezcla de sensaciones. No sé si es odio o rencor, quisiera preguntarle por qué le hizo eso a mi papá. Él era una persona grande y no era necesario”, enfatizó.

Brandoni fue imputado por la fiscalía del delito de “homicidio doblemente agravado por ensañamiento y criminis causa (para facilitar u ocultar otro delito) en concurso real con el robo”.

Como se informara en estas columnas, el brutal crimen se perpetró el jueves 16 de enero de 2014, en el domicilio de Ciudad de Cali 3660, donde la víctima y el imputado se trenzaron en lucha y éste último le asestó 77 puñaladas con un cuchillo.

Los investigadores pudieron establecer que Juan Carlos Álvarez, quien era propietario de una panadería, recibió puntazos en los brazos, el cuello, la espalda, las piernas y el tórax, heridas que le ocasionaron la muerte unos treinta minutos después.

En poder de Brandoni la policía secuestró un bolso con unos 6.000 pesos que supuestamente pertenecían a la víctima, por la venta de un vehículo realizada poco antes.

Según las fuentes, el sospechoso argumentó que se defendió al ser atacado por Álvarez, padre de su amigo, al parecer por que éste se oponía a esa amistad.