Todos ya están con la vista puesta en el sábado 19
La columna del corresponsal de La Nueva. en la capital de la provincia.
Decididamente, la administración bonaerense se plantó en la vereda opuesta al Gobierno nacional y mientras se busca calibrar el impacto del pago del aguinaldo sobre las cuentas municipales, el gobernador Axel Kicillof toma envión junto a sus pares en reclamo de fondos de la coparticipación de impuestos que retiene el presidente libertario Javier Milei.
El segundo semestre con ruído electoral ya arrancó tanto para la coalición gobernante como para las demás fuerzas de la oposición bonaerense, con múltoples intereses políticos dentro de cada espacio. Nada nuevo. Es una postal que se repite, en cada año electoral.
Los libertarios buscan pintar de violeta la Provincia con la seguridad como uno de los principales ejes de campaña. “Si la motosierra impositiva fue fuerte, el capítulo sobre la inseguridad será directamente un torbellino”, prometen legisladores que ya se exhiben encolumnados detrás de la silueta de José Luis Espert, elegido por Milei para encabezar la lista de diputados nacionales para comenzar a barrer con todo lo que considera parte del populismo kirchnerista.
Un tridente representativo de Unión por la Patria -aquellos que responden a La Cámpora de Máximo Kirchner, el Movimiento Derecho al Futuro alineado detrás de Kicillof, y los renovadores de Sergio Massa- enfrenta dos semanas decisivas para acomodar qué forma tomará la unidad forzada, teniendo en cuenta que hay que armar una lista para cada una de las ocho secciones electorales. Todo parece indicar que los nombres elegidos se van a conocer sobre la hora.
El armado de la lista representante del peronismo, se asegura, reflejará el peso territorial de los intendentes, el cupo femenino y la diversidad del espacio.Se cree que la mesa de tres vértices con poder de aprobación y veto a la hora de seleccionar candidatos buscará llegar al sábado 19 con la menor cantidad de heridos posibles. Es el mejor escenario posible que imaginan, aunque varios referentes siguen tirando de la soga.
Claramente, el peronismo tiene varias asignaturas pendientes para evitar una ruptura partidaria y transmitir al menos un clima de armonía partidaria de cara a las elecciones de renovación parlamentaria.
En cercanías de la Gobernación de calle 6 manejan varias alternativas sobre el armado electoral: la unidad con respaldo a la gestión de Kicillof, listas conjuntas con representación proporcional y candidatos seccionales competitivos, o como última opción, un quiebre partidario, sobre el cual no pocos parecen ir preparando el terreno.
Eso en términos electorales, se sabe, podría dejarle servida en bandeja un triunfo al potencial frente opositor conformado por La Libertad Avanza y el PRO.
Según estadísticas, las elecciones de medio término no son favorables a los oficialismos de turno. Pero, aún en tiempos ambiguos, al votante bonaerense tampoco lo representa una alianza crítica sin contenido de ideas, creado sólo para vencer a un determinado adversario político. La cuestión de fondo que se está negociando pasa por definir la integración de las listas seccionales. Y todo eso se da en un contexto de especulaciones, desconfianzas mutuas y algún que otro pase de factura interno.
A medida que se acerca el Día D en el almanaque para definir las nóminas de las boletas que competirán en los comicios provinciales del 7 de septiembre, se mantienen las sospechas, teorías e indefiniciones en casi todos los espacios opositores bonaerenses “En una carrera de tramposos ninguno cree en el otro”, cuentan, a modo de leyenda urbana, sobre las diagonales.
Un síntoma de preocupación que comenzó a escalar entre los propios aliados del Gobierno libertario pasa por el plan de ajuste económico que implica más motosierra y paralización de la obra pública, dos cuestiones en las que la población bonaerense termina pagando los platos rotos.
Además, la innecesaria e injustificada escalada de violencia discursiva, incluso demonizando la actividad política, no ayuda en absoluto en medio de una crisis económica y social en aumento. Los mensajes provocadores, agresivos y de odio, sólo contaminan y contribuyen al malhumor general.
“No es gratuito manejar arbitrariamente algún poder del Estado para ensañarse con una expresión política”, dicen referentes peronistas, buscando inmortalizar la frase de Milei cuando públicamente reconoció que actúa con crueldad contra “los kukas inmundos” (en alusión al kirchnerismo) y “los empleados públicos”.
Mientras tanto en ámbitos parlamentarios platenses, la oposición aprovechó una queja doméstica del ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco -quien había exigido a los legisladores del kirchnerismo PJ y aliados votar sin chistar los proyectos que son enviados por Kicillof porque la “unidad requiere como mínimo disciplina partidaria”- para insistir con el reclamo de la presunta falta de diálogo político de parte del Ejecutivo provincial.
En ese contexto, los representantes de las bancadas libertaria, macrista y radical adviertieron que van a seguir chistando ante cada una de las diversas problemáticas que se debatan en el recinto.
Días antes, también desde el cristinismo, la senadora Teresa García decidió responder sobre las curiosas condiciones que impuso el funcionario para la unidad del peronismo. “No puede venir a decirnos que levantemos la mano sin chistar. Me parece un poco autoritario”, completó.