Hugo Modarelli: el trabajo de un histórico y apasionado dirigente
"Los trabajadores no nos resignaremos ya que la esperanza es el motor que nos impulsa hacia el futuro", dijo en una de sus última notas a este medio. Gran reconocimiento de los afiliados de ATSA y de la comunidad gremial.
Se fue un sindicalista de raza. Así lo definieron sus propios compañeros y quiénes lo conocían profundamente.
Hugo Modarelli, histórico y apasionado dirigente gremial, dejó un legado que será recordado por años, habida cuenta su apego a defender siempre los derechos de los trabajadores en todos los cargos que ocupó.
La comunidad gremial local y nacional aludió con palabras de reconocimiento -expuestas en las redes sociales- a uno de los líderes más carismáticos de Bahía Blanca, que ejerció por espacio de 36 años como secretario General de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad, filial Bahía Blanca.
Modarelli también fue integrante de la Federación del Consejo Directivo de FATSA y ejerció como concejal durante el gobierno de Cristian Breitenstein.
Además, estuvo a cargo de la CGT bahiense.
El máximo dirigente de la delegación local de ATSA dejó de existir a los 84 años, luego de permanecer internado los últimos días en el Hospital Privado del Sur
Modarelli, quien tenía mandato hasta 2026 luego de imponerse en elecciones en 2022, estaba al frente de la entidad desde 1989, desarrollando una muy buena gestión sindical y gremial, dotando de muchos y variados servicios para el afiliado.
La grave situación social y económica que atraviesa nuestro país, la degradación del sistema de salud, el desfinanciamiento de la seguridad social, las asimetrías en el sistema educativo, la precariedad laboral y el crecimiento de la economía informal fueron temas que Hugo Modarelli siempre puso en agenda.
“Los gremios somos los precursores de la construcción colectiva, unidad y garantes de la misma si somos capaces de mantener la organización y participación para defender los proyectos nacionales que incluyan a todos los trabajadores, proyectos que nos devuelvan la dignidad y que nos saque del modelo individualista de exclusión", dijo , en una de sus recordadas notas publicadas en La Nueva.
"Los trabajadores no nos resignaremos ya que la esperanza es el motor que nos impulsa hacia el futuro. Un país mas justo es posible. La transformación social depende de profundos cambios políticos y los trabajadores nos merecemos un proyecto que nos incluya a todos”, aseguró en una de sus últimas entrevistas con este medio.
Cabe recordar que ATSA Bahía Blanca (con sede en Fitz Roy 192) cuenta con más de 3.000 afiliados, distribuidos en sanatorios, clínicas, hospitales privados, entidades o Sociedades Mutualistas y de Beneficencia, institutos médicos, geriátricos, consultorios médicos y/u odontológicos, laboratorios de especialidades medicinales, laboratorios de análisis biológicos, droguerías, diagnóstico por imágenes, laboratorios de especialidades veterinarios, institutos de Preservación de la Salud, traslado de pacientes con fines sanitarios, laboratorios de Análisis Químicos, medicina domiciliaria y emergencias médicas de Bahía Blanca y la región.
ATSA Bahía Blanca se fundó el 6 de julio de 1944, luego de una multitudinaria asamblea llevada a cabo en la sede del gremio de los mercantiles, a la cual asistieron trabajadores del Hospital Municipal, clínicas privadas y el Policlínico Penna (hoy Hospital Interzonal). En aquel momento el nombre elegido fue "Trabajadores de la Salud de Bahía Blanca".
Años después, con el gran esfuerzo y la unión de los trabajadores, el sueño de la sede propia finalmente se hizo realidad y se compró la tradicional casona de Gorriti 146, donde tanto el sindicato como la obra social funcionaron hasta el año 2010 y desde entonces se le ha dado el destino de sede de capacitación, donde cuenta con una sede de la universidad ISALUD dictando la carrera de enfermería profesional, cursos de computación e inglés, las presenciales de los cursos del Campus Virtual y también diversas actividades como baile, taller de memoria, asambleas, actos y jornadas.
"Me voy a morir invicto", le dijo a uno de sus compañeros más cercanos. Y cumplió. Pero en ese camino de desafíos siempre bregó por la unión de su familia, el cariño de sus amigos, el respeto por sus adversarios y el reconocimiento de los trabajadores y afiliados.