Bahía Blanca | Martes, 22 de julio

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Bahía celebra a Litto Nebbia: "La música es parte de una vida digna"

El legendario músico argentino se presentará el 8 de agosto en la Biblioteca Rivadavia. Además, será declarado Huésped de Honor por el Concejo Deliberante.

Litto Nebbia, figura fundacional del rock argentino

Hay artistas que no envejecen: evolucionan. Que no se repiten: se reinventan. Que no reclaman lugar: lo habitan.

Uno de ellos es Litto Nebbia, figura fundacional del rock argentino, quien el próximo viernes 8 de agosto a las 21 horas aterrizará en Bahía Blanca para ofrecer un concierto unipersonal en el Auditorio Luis Caronti de la Biblioteca Rivadavia (avenida Colón 31).

Pero la música no será lo único que lo reciba: en ese mismo viaje, el Honorable Concejo Deliberante lo distinguirá como Huésped de Honor. No como gesto de cortesía, sino como acto de justicia simbólica para una trayectoria que abrazó el arte sin negociar su esencia.

La declaración, impulsada desde el Instituto Cultural del Municipio y aprobada el último 10 de julio, había quedado en pausa tras la inundación del 7 de marzo. Pero el aplauso pendiente llegará a tiempo.

"Tengo muchos reconocimientos ligados a mi larga trayectoria, mis canciones, mis composiciones. Muchos de ellos mencionan la vocación con la que yo me he dedicado a esto, y a no cambiar nunca mi sendero, mi ruta, mi estilo, mi forma. Lo cual me halaga…", dijo Nebbia.

Una vida que suena

Félix Francisco Nebbia Corbacho nació en Rosario en 1948, pero el país entero lo conoce como Litto, y su historia está cosida a la historia misma de la música argentina.

Fundador de Los Gatos, autor de la emblemática La Balsa, compositor de más de 1200 canciones y creador del sello Melopea, su obra no es solo prolífica: es resistente, profunda, obstinadamente libre.

"Vengo de familia de músicos. A los cinco años ya estaba metido, opinaba, tenía oído. Y a mis viejos, además, les encantaba que yo tuviera condiciones, así que ponían ficha para que me dedicara a esto", recordó.

La infancia le dio una ventana privilegiada a mundos sonoros que otros niños no conocían: jazz, armonías complejas, trombones y trompetas que sonaban en la cocina mientras se preparaba la cena.

"Ellos eran músicos también. Iba siempre a los lugares donde tocaban. Era muy chiquito, así que mi vocación empezó ahí", le comentó a La Nueva.

Y ese fue su camino desde entonces: no el del estrellato fácil, sino el del oficio sincero. "Siempre fui un buceador: busco cosas nuevas, me junto con otros músicos, me meto en aventuras", confesó.

El presente desafinado

Como quien afina una guitarra con el oído entrenado, Litto también escucha el presente. Y no todo suena bien.

“Hoy la música tiene muchos problemas, parece un lujo. Cuando hay una crisis socioeconómica, lo primero que se sacrifica es esto, que debería ser algo natural: que tengas para una vida digna, no solo buena comida y buena educación, sino también música, literatura", sostuvo.

"A veces queda última en la cola, porque hay problemas cotidianos que son más agudos", continuó. No obstante, sostuvo que "el que se dedica a esto, y lo hace con amor y gran vocación, va adelante, pase lo que pase".

La industria, aseguró, se volvió adicta al consumo exprés. "Está relacionada con el puro negocio. Entonces, no hay tantas cosas de primera mano, de tanta calidad o profundidad, como yo comencé a escuchar desde muy chico", contó.

"Hoy en día está muy difícil para la juventud porque lo que se escucha son las diez canciones que se ponen de moda. Ni siquiera en la radio, ahora se usan más las redes sociales", continuó.

"Hay muchísima música buena, de todos los estilos y épocas. Pero jamás se escuchó tan poco y tan parecida", sentenció. "Y eso pasa porque la mayoría no busca. Pero internet tiene todo. Si tenés paciencia, encontrás".

Para Nebbia, el panorama musical —como cualquier camino artístico, sea el cine, la literatura o la música misma— tiene que abordarse en su totalidad: con conciencia de lo que ya pasó y atención a lo que está ocurriendo.

"Si no tenés noción del pasado, si no ejercitás la memoria, es muy pobre escribir sólo lo que te pasa cuando te levantás a la mañana. Hay un mundo de cosas para contar, para aprender".

Y amplió: "Siempre digo que hay que escuchar música de todo el mundo, no encerrarse en un solo género. Después uno, con el criterio que va puliendo con los años, va seleccionando: 'Esto me gusta más, esto menos...'".

El show: canciones, historias y un poco de magia

Lejos del formato rígido, Nebbia se mueve con la libertad de quien conoce cada rincón de su repertorio. "Toco cerca de dos horas. Llevo una carpeta con 150 o 160 canciones posibles. De ahí elijo. Siempre hay algunas clásicas, que la gente espera. Pero también rescato temas que nadie conoce, que quedaron olvidados en discos. Y los cuento: cuándo los compuse, de qué disco vienen. Me gusta saltar de época en época", contó.

"Nunca llevo el repertorio armado del todo. Lo hago muy espontáneo, porque es mi manera también, y me hace sentir mucho más libre", concluyó.

La apertura estará a cargo del compositor bahiense Manuel Angelini, y las entradas ya están a la venta en la boletería de la Biblioteca Rivadavia: de lunes a viernes de 10 a 17, sábados de 9 a 12 y también una hora antes del espectáculo. Son numeradas y cuestan $20.000.

El reconocimiento como Huésped de Honor no es solo una formalidad: es un abrazo institucional a una figura que se mantuvo fiel a su ruta, aun cuando el mapa cambiaba. Un artista que nunca dejó de escribir, de componer, de empujar los bordes de lo posible con la convicción del que sabe que la música no es solo entretenimiento: es memoria, es territorio, es resistencia.