"La respuesta está en el suelo": la inundación, analizada por geólogos de la UNS
Realizaron un documental de 15 minutos, junto a colegas de La Plata, denominado “Ciudades bajo el agua: un fenómeno ¿natural o antrópico?”.
Un grupo de Geomorfología del departamento de Geología de la Universidad Nacional del Sur, y un especialista de la Universidad Nacional de La Plata, llevaron a cabo un documental en el que intentan demostrar por qué Bahía Blanca fue víctima de semejante inundación el último 7 de marzo.
El equipo está conformado por Fernando Lebinson, Silvana Díaz y María Antonela Toniolo (de la UNS) y Francisco Lugo es geólogo y divulgador platense que ideó el documental.
La pieza audiovisual, de 15 minutos, fue titulada “Ciudades bajo el agua: un fenómeno ¿natural o antrópico?". En su desarrollo, señalan que la ciudad se asienta sobre un terreno que combina superficies planas o de suave pendiente con sectores de pendiente abrupta, que tiene múltiples obstáculos para el escurrimiento por edificaciones y un suelo cada vez más sellado con asfalto y hormigón. Además, afirman que Ingeniero White y General Daniel Cerri se encuentran bajo una amenaza latente.
El documental asevera que para evitar que se repitan las consecuencias de una gran precipitación “la respuesta está en el suelo. Hay que adaptar la ciudad a su base geológica, respetar los cauces, recuperar los humedales, planificar el territorio con mapas en mano y con la memoria de lo ocurrido”.
Sostienen que “el paisaje no es solo un decorado: es el escenario y muchas veces, el origen del desastre. El paisaje se modifica por causas naturales y por la acción del hombre”.
Además, afirman que “la ciudad de Bahía Blanca se encuentra rodeada por cursos de agua, nacidos en las Sierras de la Ventana, al noroeste de la ciudad, como los arroyos Napostá y Saladillo de García y río Sauce Chico. Además del estuario, donde se encuentran los cursos de agua dulce con el océano".
“El agua, que antes fluía libremente por bajos y cauces que ya no tienen ríos, comenzó a encontrar obstáculos: calles, vías, muros, barrios enteros. Y cuando llueve como nunca… el agua hace lo que siempre hizo: busca su camino. Estudios realizados en el área indican que la transformación del paisaje aumentó significativamente el riesgo hídrico, porque el suelo urbano, cada vez más sellado, ya no puede absorber ni retener el agua de lluvia", señalaron.