La Aeroposta Argentina y un vacío inexplicable
Una historia de relevancia en el mundo que Bahía Blanca ignora por completo.
En la ciudad francesa de Toulousse se ubica El L'Envol des pionniers, museo que narra la historia de la compañía aérea Aéropostale, pionera de la aviación comercial en el planeta.
En una época en la que nadie se atrevía a realizarlo, un grupo de hombres atravesó un desierto, un océano y una cadena montañosa para llevar el correo entre esa ciudad y Barcelona.
Una aventura en la que la ayuda mutua, la organización y fraternidad fueron esenciales. Esos pioneros entraron en la leyenda: Pierre-George Latécoère, Marcel Bouilloux-Lafont, Didier Daurat, Antoine de Saint-Exupéry, Jean Mermoz, Henry Guillaumet.
El museo cuenta con instrumental de época, mapas con las rutas, gigantografías, elementos propios de los aviones, testimonios grabados y una tienda con recuerdos y libros.
Esa historia que Toulousse muestra con orgullo y satisfacción tiene su equivalente en Bahía Blanca, donde aquellos mismos hombres, con esas mismas máquinas, realizaron la hazaña de establecer rutas en la Patagonia, definidas por los propios pilotos como las más difíciles del mundo.
Aquí montaron su aeropuerto, volaron sobre verdaderos desiertos, soportaron vientos, cruzaron los Andes y bordearon el Océano, llegando hasta la ciudad más austral del mundo en sus aviones Laté.
Aquellos pilotos –Saint Exupéry, Mermoz, Guillaumet--, caminaron por nuestra ciudad, manejaron las naves, aterrizaban cada semana en Villa Harding Green e hicieron del servicio de cargas y pasajeros el inicio de la aviación aerocomercial en el país.
Sin embargo, a pesar de semejante logro, Bahía Blanca no tiene un solo testimonio de esa historia. Ni una referencia, ni un museo, ni un recuerdo, ni una foto. Se ha dado el caso de franceses que visitan la ciudad buscando esas huellas y se encuentran con la nada misma.
Hubo un tiempo que funcionó el Museo de la Aeroposta ocupando un chalet de Villa Harding Green, hubo un mural evocativo (ya borrado) en el aeropuerto local, no mucho más.
Mientras en el mundo otras ciudades hacen de este hecho un motivo de orgullo y un motor del turismo, aquí no existe siquiera una mínima señal de tamaña viviencia.