Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Arquitectura para la tribuna

Con clara inspiración en las obras ferroviarias de los ingleses, las canchas de fútbol locales supieron contar con tribunas maravillosas.

Tribuna de Puerto Comercial, 1934

Hubo un tiempo (que fue hermoso) en el cual las canchas de fútbol de la ciudad comenzaron a sumar obras complementarias, buscando generar más comodidades para los concurrentes.

Canchas de tierra, clima ventoso y sol ardiente, llevaron a los clubes a construir tribunas, construcciones aisladas, prefabricadas, con estructura de hierro o madera, cierre de chapa y madera calada. Una obra de arquitectura utilitaria y auténtica, cuyo diseño quedaba definido por su destino, sin más pretensiones que cumplir con la función para la que fue creada.

Tribuna del club Comercial, belleza.
Club Comercial, "motivo de orgullo para la afición whitense", 1935

Construcciones similares a las que realizaba el ferrocarril, edificios prefabricados, livianos, con sus materiales a la vista. Había una voluntad de que las tribunas fuesen cubiertas, el mismo esquema que en las estaciones de trenes generaba una cubierta sobre la zona de los andenes.

Tribuna del club Estudiantes en el parque de Mayo, 1934
Campo de fútbol de Estudiantes, 1944

Las hubo en varias canchas y cada cual con su diseño personal. Con el tiempo fueron quedando inadecuadas ó insuficientes y, a falta de perspectiva sobre su valor artístico, consideradas anacrónicas. Su demolición para dar lugar a las tribunas de cemento se hizo habitual.

Tribunas de Olimpo en su sede de avenida Alem 1200, 1933

Eran verdaderas joyas arquitectónicas, que marcaron una época en el fútbol local y mundial.  

Tribunas del club Pacífico, 1934
Club Rosario Puerto Belgrano, Punta Alta

 

Bonus track: Por una cabeza

Basta de carreras, se acabo la timba/Un final reñido ya no vuelvo a ver/Pero si algún pingo llega a ser fija el domingo/
Yo me juego entero/Qué le voy a hacer".
Por una Cabeza, Le Pera-Gardel

En un ámbito distinto, pero con el mismo espíritu de diseño, hubo una atractiva tribuna en Villa Bordeu, donde a principios del siglo XX funcionaba, con mucho éxito, el hipódromo. Allí, una amplia y cómoda tribuna techada protegía del sol a los nenes y nenas de la popular.