Adultos maltratados: luchan para que el flagelo sea más visible
"Cumplir años no debe significar pérdida de derechos", dijo la médica Sofía Lemos, especialista en geriatría. La falta de denuncia es una de las principales causas de esta problemática.
Periodista especializado en la cobertura de temas judiciales y policiales desde 2010, con 20 años de actividad en La Nueva. Producción de información sobre causas y juicios, muchos de ellos con gran repercusión local, nacional e internacional. Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social, de esta ciudad.
La tendencia a no denunciar el maltrato contra personas de la tercera edad, la naturalización de este tipo de violencia y la indiferencia de gran parte de la sociedad frente a estos casos, son factores que degradan los derechos del grupo poblacional más vulnerable.
La inexistencia de redes de apoyo y políticas públicas agravan aun más las consecuencias sufridas por este segmento social, tanto en sus hogares particulares como en geriátricos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada seis personas mayores de 60 años padece algún grado de maltrato y la mayoría de estos hechos (más del 80%) se produce en el ámbito intrafamiliar.
Estos incidentes se vinculan, en gran medida, con situaciones de abandono y malos tratos psicológicos que no son visibles, a diferencia de posibles lesiones producto de violencia física.
Sofía Lemos, presidente de la ONG bahiense A.L.M.A. (lucha contra el Mal de Alzheimer y alteraciones semejantes), hizo hincapié en la “invisibilización” del maltrato a adultos mayores y en la “naturalización” de episodios con estas características, que determinan la escasa tasa de denuncia.
“Muchas veces las víctimas no denuncian los maltratos por una cuestión de afecto (a sus familiares o cuidadores), por miedo a una represalia o por falta de redes de apoyo”, precisó Lemos.
“Las familias son cada vez más pequeñas y los recursos de apoyo que tienen las personas mayores son muy limitados, por eso a veces prefieren no denunciar y renunciar a sus derechos por sostener ese reducido grupo familiar que les queda”.
“Se trata de no traicionar ese pequeño clan intrafamiliar. De acuerdo con profesionales especializados en derechos, esta es la principal causa de por qué no se denuncia el maltrato a mayores”, continuó la médica especializada en geriatría.
Remarcó que se trata de un problema de salud pública a nivel mundial y además se refirió a una doble vulnerabilidad de las mujeres de avanzada edad, que son blanco de estas vejaciones.
“La feminización del envejecimiento hace mayor la vulnerabilidad en situaciones de maltrato; el 75% de las denuncias en general tiene a mujeres como víctimas. Ser mujer y adulta mayor es una situación de doble vulnerabilidad en estos contextos”, resaltó.
Para la profesional de la salud, otro aspecto a revertir es la carencia de estadísticas que permitan visibilizar este flagelo y generar políticas estatales tendientes a resolverlo.
“Todavía hay un camino largo por recorrer a raíz de la ausencia de políticas públicas dirigidas a las personas mayores, no solo en la órbita local sino también en los otros niveles del Estado”, dijo la especialista.
“Los adultos mayores todavía tienen que lograr hacerse su lugar en la sociedad, porque todos vamos a alcanzar esa etapa de la vida y ojalá que sea en las mejores condiciones posibles”, añadió.
Según la facultativa, es fundamental “hacer ver” estos derechos que establece la Convención interamericana para la protección de los derechos de personas mayores.
“Está muy bueno que se empiece a hablar de esto porque el Estado tiene el deber de garantizar esos derechos, así que debemos generar respuestas a muchas problemáticas que, en situaciones de vulnerabilidad, a veces son complejas”, completó Lemos.
Geriátricos y derechos
A.L.M.A. brindará el miércoles 28 una charla, junto con abogados, sobre los derechos de este colectivo social, especialmente respecto de aquellos ancianos alojados en geriátricos.
“El gran problema es la vulnerabilidad de derechos en residencias de larga estadía. Quién vela por esos derechos en esas instituciones, porque muchas de ellas fueron armadas previo al conocimiento sobre derechos ligados a la dignidad, intimidad, privacidad y al trato pudoroso”, señaló Lemos.
“La avanzada edad, la mala condición cognitiva o la enfermedad que tengas, no te quita los derechos de los que gozás por el simple hecho de ser persona. La actividad apunta a hacer conocer hasta dónde estoy siendo vulnerado en mis derechos y hasta dónde no”, agregó.
“Es positivo que podamos vivir más años, pero con derechos a respetar, independencia, autonomía y calidad de vida. Esto es lo que uno trata de fomentar y estimular”.
“Nuestra intención es que esta franja poblacional cada vez más amplia empiece a hacer un poco más de ‘ruido’, para lograr participar más, y que la sociedad sea más inclusiva con estas personas”, continuó.
Para la médica es necesario que la comunidad erradique esta “visión negativa de la vejez, en la que se piensa que todo adulto mayor, por tener más de 80 años, no puede andar en bicicleta, viajar o estudiar en una universidad”.
“Hay que descartar la idea de que porque es jubilado ya no produce ni sirve. Es importante comprender y transmitir que el hecho de cumplir años, no nos quita derechos”, destacó.
La doctora se refirió además a otras formas de maltrato en detrimento de ancianos.
“Situaciones como que un médico ni siquiera mire a su paciente durante una consulta, también están naturalizadas”, remarcó.
Otra manera de maltratar a ancianos es desde el aspecto económico.
“Esto se puede disimular con la excusa de que ‘lo estoy cuidando, por eso le voy a cobrar la pensión y la jubilación, y le voy a manejar la plata’, pero en verdad le está restringiendo el derecho a su autonomía económica”.
“A partir de ese momento la familia de la persona mayor o su cuidador serán quienes tomen la mayoría de las decisiones”, finalizó Lemos.
Los casos menos denunciados
La abogada Fernanda Román calificó al maltrato intrafamiliar como una de las modalidades más difíciles de investigar, por ser -confirmó- el que menos se denuncia porque los ancianos afectados suelen sentir “miedo a la soledad”.
En ocasiones la persona que maltrata a un adulto mayor es la única que lo visita o le brinda algún tipo de atención o cuidado, por lo tanto los damnificados tienden a no denunciar a sus victimarios.
“Radicar una denuncia implicaría no sólo eliminar esa situación de violencia que muchas veces se naturaliza, sino también cortar el vínculo afectivo con esa persona que puede ser un hijo, un nieto, un sobrino o un hermano”, analizó Román.
Cuando la víctima o un familiar suyo decide denunciar lo ocurrido, la situación ya se agravó como consecuencia de la violencia física, de acuerdo con el análisis de la magíster en derecho de la vejez.
“También hay abandono a personas mayores por parte de sus familiares y casos de violencia institucional, como por ejemplo lo que sucede en las residencias de larga estadía con las medidas de sujeción; a algunos los tienen atados”, aseveró.
“En general las familias no denuncian estas situaciones porque denunciarlas implicaría la clausura del lugar, y eso derivaría en que el grupo familiar tendría que hacerse cargo nuevamente de la persona institucionalizada”.
Clandestinidad
Según la abogada, en esta ciudad funcionan más de 300 geriátricos "clandestinos", en tanto que solo aproximadamente una docena de residencias posee habilitación municipal.
En este contexto de ilegalidad, hace pocos días dos hombres murieron en una residencia del barrio San Miguel que funcionaría sin habilitación.
La fiscal Marina Lara investiga el hecho, al igual que otro caso de irregularidades vinculado con un geriátrico en Castelli al 400, donde se hizo un allanamiento.
“Este es otro problema difícil de tratar porque implica todo un andamiaje y un presupuesto, si se tiene en cuenta que una clausura significa que todas esas personas deben ser reubicadas. Muchas veces sus familias no tienen cómo brindarles esa solución”, expresó Román.
Desde el Estado -afirmó- tampoco existe el “soporte” para gestionar el alojamiento en otras residencias de las personas mayores que fueron retiradas de un hogar de ancianos.
La abogada remarcó la necesidad de visibilizar la problemática y no naturalizar determinados hechos.
“No es correcto que un médico de cabecera no reciba a sus pacientes afiliados a PAMI y estos tengan que tratar con su secretaria, más allá de que sea una práctica generalizada. Tampoco está bien que ni siquiera los mire a la cara cuando los atiende”, amplió.
Sin fiscalía especializada
Mecanismo. En el Departamento Judicial Bahía Blanca no hay una fiscalía especializada en la investigación de estos casos. En función del tipo de delito, la causa tramitará en una Unidad Funcional de Instrucción y Juicio genérica o temática.
OMS. En base a proyecciones de la OMS, la población mundial de mayores de 60 años se duplicará considerablemente: aumentará de “900 millones en 2015 a unos 2.000 millones en 2050. Y la cantidad de víctimas crecerá hasta 320 millones”.
Conmemoración. Cada 15 de junio se conmemora el Día mundial contra el maltrato a las personas mayores.
Encuentro. El miércoles 28, a las 18.30, se hará una charla informativa organizada por A.L.M.A. en Florencio Sánchez 776.
Contacto. Para más información sobre el servicio que brinda la entidad, comunicarse con Lemos al 11-57712824.