Mercado Municipal: por pedido de los participantes se aplazó la entrega de proyectos
El concurso, de alcance nacional, ha tenido mucha repercusión, al punto que más de 160 estudios de todo el país han accedido a las bases.

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Audionota: Marina López
Por solicitud de los estudios de arquitectura interesados, se postergó en tres semanas la entrega de propuestas para el concurso nacional de re funcionalización y puesta en valor del Mercado Municipal y la plaza Ricardo Lavalle.
La fecha de cierre se fijó para el 20 de agosto, en lugar del 29 de julio establecido inicialmente. De esta manera, la idea es que se tenga un proyecto ganador la primera semana de septiembre.
Tal como informáramos en notas anteriores, el concurso, de alcance nacional, ha tenido mucha repercusión, al punto que a la fecha más de 160 estudios de todo el país han accedido a las bases, muchos de los cuales han manifestado su voluntad de participar a partir de las consultas realizadas a los asesores y las visitas realizadas a la obra.
“De todas maneras, hay que tener en cuenta que no todos los que acceden al pliego terminan participando. Pero dada la cantidad de interesados la expectativa es contar con unos 30-35 trabajos. Esa sería una muy buena participación”, indicó el arquitecto Juan Boiardi, presidente del Colegio de Arquitectos, distrito X, con sede en nuestra ciudad.
Detalló sin embargo que más que la cantidad lo importante es la calidad de los proyectos.
“Aspiramos a tener un buen primer premio”, explicó Boiardi.
De adentro y de afuera
Nunca falta quien, con buen criterio, se pregunta si un proyecto presentado por profesionales ajenos a la ciudad puede interpretar el sentido que tienen el Mercado Municipal y la plaza Lavalle.
El arquitecto José Luis Fernández, docente de la UNS y asesor del concurso, explicó la importancia de contar con las dos miradas, la propia y la ajena.
“Si bien se puede pensar que al no conocer la idiosincrasia bahiense o la historia del mercado puede jugar en contra de los foráneos, sobre todo en las expectativas que se tiene sobre el lugar. Sin embargo, no conocer en profundidad esos detalles les puede permitir tener una mirada fresca y desarraigada sobre la obra, al considerar el potencial del edificio y de la plaza desde otro lugar, no tan atado a su historia. El local, por el contrario, quizá tenga una mirada más restringida al imaginar al edificio como fue siempre. En definitiva, es bueno tener ambas opciones, el que conoce el lugar de punta a punta y el que lo ve como algo desconocido”, señaló.
Otro punto clave es la mirada del jurado.
“Se trata de profesionales que no tienen una idea pre concebida de cómo debe ser el nuevo mercado y su entorno. Son las propuestas que van evaluando las que construyen una idea de lo posible. Eso es interesante”.
Qué se busca
El concurso de refuncionalización del mercado tiene lugar 56 años después del realizado en 1968, el cual derivó en la construcción del actual edificio de planta baja para ese uso y cocheras en los pisos superiores.
La obra reemplazó al inmueble existente donde desde 1892, donde funcionara el mercado de abasto.
En esa convocatoria se recibieron 46 propuestas, la mayor cantidad registrada para este tipo de concursos en nuestra ciudad.
El inmueble existente –demolido en 1969-- ocupaba todo el terreno, entre Arribeños y Olivieri--con accesos por calles Donado y O’Higgins. El nuevo proyecto ocupó la mitad de ese espacio, dejando libre el resto para un uso que definiría el municipio y que terminó siendo una plaza.
En esta ocasión, el edificio mantendrá su forma y uso, pero considerando un tratamiento integral del sector, involucrando a la plaza Ricardo Lavalle y a las calles de la manzana.
“Se busca revalorizar el área y sumar actividades comerciales, gastronómicas, sociales y culturales”, detalla el pliego.
El mercado tendrá el 30% de sus locales destinado a gastronomía. Los pisos superiores seguirán siendo cocheras y se plantea mejorar los accesos a la planta baja.
También se plantea un destino cultural para el último piso, donde durante 36 años funcionó el Concejo Deliberante, y sumar con ese destino a la azotea.
En cuanto a la plaza Lavalle, diseñada en 1978 como Plaza del Sol, se busca mejorar su trazado, definido hoy como “intrincado y laberíntico”.
“Presenta condiciones poco aptas, desniveles que complican el traslado y muros que generan condiciones inseguras. Se pretende generar un lugar más abierto, reconocible, seguro y flexible”.
El concurso admitirá al menos dos intervenciones en fachadas. Por un lado, la marquesina de frente podrá ser rediseñada. Por otro, será necesario sumar un ascensor que, se especula, podrá correr por el exterior del edificio.
Al margen: Sportivo Abasto
Antes de ser expropiado y demolido, en el mercado municipal funcionaba el Mercado Central de Abasto, que reunía una gran cantidad de locales, por caso verdulería La Flor bahiense; Tocinería Catalana, Mantequería Leonesa, Carnicería Frontini y Churrería La Reina.
Era tal la cantidad de puesteros que en julio de 1944 fundaron el club Sportivo Mercado de Abasto, institución que propiciaba la práctica del fútbol y las reuniones danzantes.
En 1947 contaba con 200 socios, sus equipos habían ganado varios trofeos y eran exitosos los festivales que organizaba. También sumó el atletismo, organizando la “Primera maratón de Abasto”, ganada por el destacado atleta Armando Sensini.