Bahía Blanca | Viernes, 03 de mayo

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Agua: la necesidad de sumar fuentes

Contar con fuentes alternativas de agua es clave para una adecuada pñrovisión de agua potable a la ciudad.

Con el comienzo del otoño, la teoría indica que Bahía Blanca comienza a sufrir menos las carencias que soporta en el verano con la provisión de agua, ya que con el descenso de la temperatura se modifica el consumo y el sistema dispone de más líquido.

Claro que el anterior es un supuesto que no necesariamente se verifica y este año ha quedado demostrado cuando, apenas iniciada la nueva estación, gran parte de la ciudad se quedó son agua.

La situación es consecuencia de un fenómeno que no resulta desconocido sino que se registra desde la misma conformación del embalse, 50 años atrás, y es la proliferación de algas.

El fenómeno lo sufren todos los lagos del mundo y está relacionado con las descargas de fuentes no tratadas con contaminantes, resultantes de actividades tales como agricultura, producción animal, deforestación, minería, escurrimiento urbano.

Entre los inconvenientes ocasionados por estas proliferaciones algales se incluyen alteraciones en el sabor, olor y color del agua, la obstrucción de filtros en las plantas potabilizadoras así como la producción de toxinas por las cianobacterias.

Es un estado del agua que exige tratamientos especiales  y la limpieza constante de los filtros utilizados para la potabilización, al punto que la producción de agua se reduce hasta un 70%.

En algunos países se utilizan alguicidas basados en sulfato de cobre, práctica muy controlada, en Israel se recurre a peces para controlarlas, práctica presentada en su momento a la Autoridad del Agua,  y existen equipos de ultrasonido que resultan eficaces en ciertos casos.

En resumen, la aparición de algas es algo inevitable, su irrupción disminuye el agua disponible y afecta su calidad. Una solución es disponer de fuentes alternativas a Paso Piedras.

En el caso local podría ser el agua subterránea. Todos conocen que Bahía Blanca está sobre un manto de agua termal única, con decenas de perforaciones hoy inutilizadas o ignoradas. Puede no ser una solución definitiva, pero es momento de considerar con seriedad este recurso para los momentos de crisis que, inevitablemente, se repetirán cada año.