¿Por qué la baja de inflación no se siente en los bolsillos?
El índice de octubre fue el menor en tres años y los precios no aumentan tanto como antes, pero el trabajador no lo percibe.
Recibido en 1993, acumula 28 años de trayectoria en el periodismo local. Ex jefe de la sección Deportes y La Ciudad y actual secretario de Redacción de La Nueva. Ex profesor de los dos institutos de Periodismo de la ciudad. Especialista en temas deportivos, sociales y gremiales.
El 2,7% de inflación que calculó el lNDEC para octubre es el índice de menor nivel desde noviembre de 2021, cuando llegó al 2,5%.
No obstante, el consumo no se recupera. El principal motivo es que los salarios -fundamentalmente los de nivel medio y bajo, que son los de quienes más restringieron sus gastos- siguen perdiendo contra la inflación. Pero no es el único.
Según el economista Carlos Ríos, lo que sucede es que la Argentina, con las políticas económicas de Javier Milei, entró en una depresión y que a esta altura y con la situación actual de la economía, la inflación no sólo debería disminuir en relación con la de los meses anteriores sino que tendría que ser negativa: los precios deberían bajar.
Es decir que, para el actual estado hiper recesivo, un 2,7% es un índice altísimo. Por otro lado, Ríos remarca que el cálculo del INDEC no refleja todas las variables para un trabajador.
Un cálculo que quedó viejo
“Es necesario actualizar ese índice y, sobre todo, los parámetros que toman como referencia los usos y costumbres del año 2004. Son de 20 años atrás, cuando, por ejemplo, los servicios públicos y las tarifas representaban, por los subsidios aplicados en ese momento, apenas un 10% del total del gasto de una familia tipo”, sostuvo Ríos.
Hoy esa cifra puede llegar a representar el 40% o más de ese presupuesto de una familia tipo. Lo mismo sucede, por ejemplo, con los alquileres y el gasto de quien tiene contratada una medicina prepaga.
El propio Marco Lavagna, titular de INDEC, reconoció en una entrevista radial que el sistema de cálculo es obsoleto.
“Mi mamá me dice que miento, ella no cree y tiene razón, hay que actualizar el índice”, dijo el funcionario.
“Es por esta realidad objetiva, independientemente de cualquier valoración subjetiva, que todos vemos como se evaporan nuestros ingresos que, intencionadamente, son transferidos de nuestros flacos bolsillos a los bolsillos de los ganadores y héroes de este sistema”, opinó Carlos Ríos.
Números para entender el panorama
Un dato relevante que da cuenta de lo que dice el economista es que la demanda de los cortes de carne se encuentra en los niveles más bajos de los últimos 28 años y el consumo masivo acumula una caída de 16% en lo que va del año 2024.
Todo esto indica que la recomposición del salario real aún no recuperó la pérdida tras la devaluación de diciembre y el estallido inflacionario que conllevó, y mucho menos la debacle salarial acumulada durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández.
“Al analizar dicha evolución se puede detectar que, en agosto de 2024, la evolución de la remuneración promedio se ubicó por encima de la inflación de 4,2%, registrando una recuperación de 1 punto porcentual de poder adquisitivo. Sin embargo, el salario real aún se encuentra 8,4% por debajo del mismo mes de 2023”, detalló Ríos al respecto.
Esta evolución, además, al tratarse de un promedio, no es representativa de lo que le ocurre a la mayoría. Los salarios de los gremios poderosos crecen más, lo mismo que los de los puestos jerárquicos, mientras que los de gran parte de la sociedad siguen rezagados.