Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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“En todas las canchas me gritan barbaridades, pero los ignoro, los de afuera son de palo”

A fuerza de goles, Manuel Stortini demuestra año tras año que pesar 120 kilos no es ningún impedimento para jugar al fútbol. “Me siento bien, corro y aguanto todo el partido”, declara el centrodelantero de Sansinena que en el Clausura de la B liguista lleva 6 goles en 10 encuentros.

Fotos: Archivo La Nueva, Facebook Manu Stortini y gentileza Fran Urban

Instagram: @sergiopeysse

Twitter: @elpeche1973

(Nota ampliada de la edición impresa)

Tiene 29 años, mide 1,76, pesa 120 kilos y juega al fútbol desde el mismo momento en que aprendió a caminar.

Lejos de querer quedar expuesto con una nota periodística y siempre cerca del gol, Manuel Alejandro Stortini se esmeró en explicar que ya no le afectan los gritos que, por su condición física, alguna vez lo atormentaron en las distintas canchas de la Liga del Sur.

“Cuando era más chico y recién picaba en Primera estaba más atento a lo que me decían y me agarraba unas `motonetas´ que me duraban dos o tres días. Ya no me enojo, hasta el fútbol es un pasatiempo para mi pese a que entreno y juego con la profesionalidad que exige la Liga del Sur”, lanzó el fornido centrodelantero de Sansinena en el Promocional.

Con el don de una pegada especial, en el actual certamen Clausura de la B lleva 6 goles en 10 partidos. Cuatro de ellos fueron de tiro libre y uno de penal.

--Una virtud que seguramente heredaste de tu papá (Pablo, ex defensor central de Pacífico entre 1991 y 2002), él también tenía un guante en el botín derecho.

--En una entrevista que le hiciste en plena pandemia (16 de mayo de 2020) pusiste que en la Liga había marcado 5 goles en 102 encuentros, pero él cuenta los de la Liga Comercial, que no es lo mismo pero que si te ponés a discutir te la sigue a muerte. Era un zaguero temperamental, aunque de chico, cuando era flaco, jugaba de volante. ¿Cómo está ahora? No puede correr ni a una tortuga... (risas).

“Manu” aclara que disfruta de la vida en familia y que trabajar junto a su padre en la chacra que los Stortini adquirieron hace más de una década en la zona de Cuatreros, en General Daniel Cerri, es una bendición.

--¿Qué es más fácil, carnear un cordero o poner la pelota al ángulo?

--Carnear un animal, en ese momento tenés el control absoluto de todo.

Llegamos a un rápido acuerdo para tomar un café, aunque lo más difícil fue encontrarlo en línea y que conteste su teléfono celular. Cuando sale de la granja va a entrenar, y los ratos libres son para ir a pescar o a cazar, sus otras pasiones más allá de la redonda Nº 5.

“Hoy el fútbol no es el centro de mi universo, no me hago mala sangre y ninguna situación la tomo tan a pecho. Si me toca jugar, bien, y sino apoyo desde el lugar que sea. En Sansinena, el club de toda mi vida más allá de haber tenido un paso por Pacifico, valorizo más al grupo humano que a la competencia.

--¿Cómo calificarías a la campaña del “tripero” en este 2024?

--Buenísima en lo grupal, con un cuerpo técnico excelente que acompañó y no se quejó nunca de nada, pero pobretona en lo deportivo. Perdimos puntos tontos que todavía hoy seguimos lamentando.

--¿Y cómo está el club a casi un año de haber desertado del torneo Federal A?

--A nivel institucional repuntó en varios aspectos, se incorporó gente nueva con ideas y ganas de trabajar y se hicieron obras que estaban proyectadas pero que nunca habían arrancado. Para mejorar el piso del estadio principal se contrató a una empresa que lo dejó flamante, ya se sacaron los retazos de árboles que dejó el temporal de diciembre pasado y se está en vistas de un proyecto ambicioso para encarar el 2025.

“En líneas generales, el club dio un paso adelante socialmente hablando. En cuanto al plantel, como ningún jugador cobra, ese dinero que se ahorran se invierte en mejoras edilicias y otras cuestiones. Vemos un avance, y eso es un orgullo para todos los que somos del riñón rojiblanco”.

“Muchos critican el paso de Larraburu por el club, pero su gestión hizo crecer y profesionalizar el fútbol de Sansinena. Sobre Dámaso no tengo nada para decir, a mi y a mi familia siempre nos dio una mano sin pedirnos nada a cambio”.

--¿Nunca cobraste por jugar en la Liga del Sur?

--No, jamás se me ocurrió mezclar pasión con dinero y si sigo jugando es para hacer feliz a mi familia.

--Por ahí el negocio viene por otro lado, algún lechón te deben pedir en el club.

--Ja, ja... Te vas a reir, pero en las cenas que organiza el plantel se come asado; como la mayoría de los chicos trabaja en el frigorífico de Cerri, la carne se consigue más barata. Por lo general el menú es chorizos y un costillar, de ahí no sale. Suelo aportar algo para la picada.

Casado con Karina Pagani y padres de Lisandro (17, es el hijastro de Manu) e Isabella (4), el “Torta” chico, el tercero de cuatro hermanos (Nicolás y Agostina son mayores que él y Vicky es la más chica del matrimonio que con mucho amor conformaron Pablo y Verónica Ferreyra), nació en Bahía Blanca el 17 de octubre de 1995 y once años después se fue a vivir definitivamente a Cerri.

“El pueblo es tranquilo y seguro, a cualquier hora podés caminar por la calle sabiendo que no te va a pasar nada. Pese a que se observa mucha droga, sobre todo en chicos de corta edad, nadie te va a molestar o a robar.

--La pregunta que más te quería hacer: ¿cuánto te molesta que te digan “Gordo”, en forma despectiva y no cariñosa, se entiende?

--Mi viejo me enseñó que los de afuera son de palo y eso hizo que no le de importancia a las boludeces que me gritan. Ultimamente todo me resbala y la mejor venganza es pagar con goles. Mientras la siga metiendo dijo el Diego...

--¿Y tu mamá?

--Uhhh, palabras mayores. Su acompañamiento es incondicional, me fue a ver a todos lados, con lluvia, viento, frío y calor. Se merece todo lo que está bien.

--¿Por qué entrás como titular con la camiseta 18 y no con la 9?

--Porque es la que mandé a agrandar, a la que le agregaron tela para que me calce perfecto. Cuando arrancamos la pretemporada no podíamos estropear la 9 o ninguna correlativa entre el 2 y el 11, por eso elegimos la 18, que me va a mi y a nadie más...(risas).

--¿Qué fue lo más cómico que te gritaron en una cancha?

--Me gritan de todo, aunque hubo un hecho muy gracioso que se dio en cancha de Rosario, en la temporada 2017. Se había detenido el partido y estaba charlando con el cuarto árbitro cuando cayó una hamburguesa desde la tribuna. Quedó intacta, no se desarmó, los panes estaban pegados y la carne dura como suela, así y todo le pegué un mordiscón y la devolví. Los hinchas del Rosa perecían gatos enjaulados de la furia. Encima, al ratito, les hice un gol, ja, ja...

“A los insultos no le doy mucha bolilla, ni siquiera los registro, por lo general son gritos discriminatorios para sacarme de partido. Siempre pienso lo mismo, que esas personas no entienden que ese jugador al que maltratan puede ser su hijo, sobrino o nieto, pero bueno, hay que tomarlo como de quien viene: fracasados que nunca tocaron una pelota o jamás estuvieron dentro de un campo de juego”.

--¿Te sentís cómodo con tu peso actual?

--Sí, no me molesta. Siempre me manejé entre 100 y 115 kilos y físicamente aguanto todo el partido. No te voy a mentir y decir que corro con la misma intensidad los 90 minutos, pero la experiencia me enseñó a dosificar el aire y a entender cómo y donde ubicarme. En 2016 bajé a 97 y dentro de la cancha me sentía incómodo, como que no era yo, por eso nunca más hice el esfuerzo para volver a las dos cifras en la balanza...(risas).

“Muchas veces me da risa lo que opinan de mi, pero allá ellos, yo, como gordo, jamás voy a bardear a otro gordo, aunque muchos se la agarran con el flaco, con el alto, con el negro... Son insufribles en la vida y también en la cancha”.

--Como jugador especial que sos, ¿qué te pide el DT (Patricio Mángano)?

--Por lo general me recalca que me quede entre los centrales, que moleste y que ayude al otro delantero a tapar al 5 rival o a presionar en la salida.

 

El prejuicio por encima de todo

Con infantiles en Pacífico y menores en Sansinena, el 16 de junio de 2012 debutó en la mayor del conjunto cerrense en un 3-3 frente a San Francisco. El DT era Hugo Reñones.

“Ese día no metí ningún gol, pero terminé la temporada con 29 conquistas”, indicó quien hace tres fechas atrás llegó a las 100 presencias con la alborroja de su querido Sansinena.

Su primer tanto en la Liga fue en 2013, en un 4-1 justamente ante San Francisco, y su único título en Primera lo consiguió en 2014 (Sansinena se adjudicó las dos competencias del año), el primer torneo Unificado en la era Dámaso Larraburu al frente de la casa madre del fútbol local

En 2022 dejó la LDS y en 2023 jugó para Carnicería La Tradición en la Liga Comercial, volviendo este año con 15 cotejos y 7 goles en lo que va de la temporada.

--¿Te hubiese gustado jugar un Federal A?

--Sí, en 2018 estaba preparado, físicamente me encontraba 10 puntos, pero Carlos Mungo (DT del plantel profesional) no me dio la oportunidad. De caliente me fui a Pacífico, pero es el día de hoy que me arrepiento de haber tomado esa decisión; tendría que haber aguantado, el debut iba a llegar y yo no lo quise esperar. Pude tener la chance cuando el equipo ya estaba clasificado, pero yo quería jugar por méritos propios y no porque ya habíamos pasado de fase. Fue un error que costó digerir, pero ya está.

--¿Te cuidas con las comidas?

--Muy poco. Dejé las gaseosas y las azúcares, pero no hago ninguna dieta especial. Una vez, cuando Mauro Laspada dirigía a Sansinena en el Federal A, me pidió que bajé de peso, que me iba a tener en cuenta, pero me mintió, porque hice lo que él quería y ni siquiera me llevó al banco. De ahí en más, al fútbol lo tomé más light, sin volverme loco.

--A propósito, ¿le guardás rencor a Mungo y a Laspada?

--No, al contrario, son técnicos con los que tuve una buena relación y que me hablaron de frente, salvo aquella vez con Laspada, al que considero buen tipo. Es feo vivir con rencor, creo que ellos, cuando tomaron decisiones, lo hicieron pensando en Sansinena y no en perjudicarme a mi. Eso lo tengo más que claro.

--¿Qué consejos te da tu papá, quien también supo dirigir al verde de Bahía?

--El nunca me va a alabar por mi rendimiento o a felicitar por el gol que hice, siempre me marca los errores, como debería haber hecho todo lo que hice mal en el partido.

--¿Cómo está de salud (en julio de este año sufrió un infarto y le colocaron tres estents)?

--Bien, aunque no se cuida mucho. Cuando falleció su hermana cayó mal, sufrió ataques de pánico, pero llevándolo a cazar y a pescar lo sacamos adelante. Entendió que la vida continúa y que la debe vivir de la mejor manera, por eso ahora disfruta (o reniega, no sé) dirigiendo al Senior de Pacífico.

--¿Qué tenés proyectado para 2025?

--Por ahora estoy en veremos, si sigo jugando va a ser en Sansinena.

--¿Ofertas?

--A lo largo de mi carrera nunca me llamaron para jugar en otro lado, solo en la zona (Unión de Villa Iris y Oriente Fútbol Club). Jamás recibí propuestas, y eso que hubo años donde metí un montón de goles ehhh. En ese caso el físico me juega una mala pasada, hay prejuicios y te discriminan hasta con el pensamiento. Si no te ofrecés no lográs nada, pero yo no soy así, no le caliento la oreja a nadie.

“En 2017 convertí 15 goles en el torneo Unificado, pero nadie preguntó por mi. Ir a la zona es una buena opción, pero no se entrena todos los días y yo no puedo parar ni un día. No me gusta dar ventajas ni ir a robar la plata, además iba solo para los partidos, los domingos, y me perdía lo más lindo: el vestuario, los mates y las juntadas”.

--¿Cómo ves el nivel de la Liga del Sur?

--Pasa siempre lo mismo, los equipos de la B que se refuerzan y forman planteles con potencial terminan ascendiendo; el resto acompaña para dar batalla. Entre Rosario y Libertad, lo veo mejor perfilado a Rosario.

--Ahhh, va a estar contenta la gente de Libertad.

--Ja, ja. Cuando fuimos a jugar a Villa Rosas, algunos hinchas me pedían que vaya a jugar ahí, y cuando les pregunte cuantos corderos o lechones había para el pago se c... de risa. Eso sí, igual me putearon todo el partido. Los insultos quedan en la cancha, en la calle jamás tuve problemas con algún simpatizante de otro equipo.

Manu lleva disputados 149 encuentros en Primera división: 46 en Pacífico (15 goles entre Apertura y Clausura 2018, Apertura 2019 y Promocional 2022) y 103 en Sansinena (31 tantos, 7 de ellos en esta temporada). Las únicas dos camisetas que vistió en nuestro medio.