Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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Victoria histórica en la vela: matrimonio bahiense se consagró campeón Argentino

Carlos Luque-Lucrecia Díaz fueron los mejores en la clase Pampero, entre 54 embarcaciones que participaron en las nueve regatas en Termas de Río Hondo. “Es fruto de la dedicación, el esfuerzo y la perseverancia”, dijo el timonel bahiense.

Fotos: gentileza Carlos Luque.

(Nota de la edición impresa)

Navegantes deportivos bahienses consiguieron semanas atrás un logro histórico para el Club Náutico Bahía Blanca. Se trata del matrimonio Carlos Luque y Lucrecia Díaz, quienes al mando de “Luqueado” ganaron el campeonato Argentino en la clase Pampero, disputado en aguas del dique Frontal de las Termas de Río Hondo (Santiago del Estero). Competencia en la que el protagonismo del CNBB se extendió al 2º lugar alcanzado -en la general- Federico González-Macarena Amaya, a bordo de “Buscado”, tras disputarse las nueve regatas.

Luque-Díaz son los primeros campeones argentinos de vela del CNBB y, a su vez, dueños del quinto título en la subcategoría Master.

“Para nosotros lo más significativo fue conseguir el objetivo de ganar el campeonato Argentino. Hace muchos años que trabajamos juntos y la verdad que logramos avanzar mucho en la técnica y en la tecnología del barco, como también entrenamos muchísimo. Es el fruto de la dedicación, el esfuerzo y la perseverancia”, dijo Carlos Luque.

“Como socios del Club Náutico Bahía Blanca participamos activamente en competencias a lo largo del país, en una clase nacional como la categoría Pampero desde hace siete u ocho años. Clase en la que, además, existe una evolución impresionante en la técnica y en la calidad de las tripulaciones”, agregó en relación a esta clase reconocida por la Federación Argentina de Yachting y que en campeonato de Termas de Río Hondo contó con la participación de 54 embarcaciones.

“Esta clase en particular es muy federal porque está repartida por todo el país y hay flotas activas a lo largo de todo el territorio. Las competencias duran 40 minutos, aproximadamente. Se ponen un par de boyas orientadas al viento, se establece un tiempo determinado y se hace un recorrido a favor del viento, otro en contra del viento y se vuelve al sitio de largada. Con respecto, por ejemplo, a alguna regata de Catalina (Turienzo), es exactamente lo mismo, con la diferencia que vamos increíblemente más lento porque ella va a 30 nudos y nosotros a 3 o 4. Es todo en cámara lenta. Pero bueno hay cincuenta competidores o embarcaciones a la vez y tiene su técnica eso de ir unos tan cerca de otros”, comparó.

“En particular nosotros hace cinco años que hacemos podio: dos veces segundos, dos veces terceros y bueno, siempre nos fallaba algo. Esta vez pudimos ganar el campeonato, lo cual es una felicidad enorme. Y como corro con mi esposa, es doble felicidad también porque la actividad realizada con ella no tiene precio”, agregó.

Cuentan con una trayectoria deportiva que, en parte, explica tan importantes resultados logrados. Por ejemplo ediciones ganadas del campeonato Provincial y una del Gran Prix nacional, en un contexto de viajes llevando a “Luqueado” en trailer a lo largo de todo el país.

“Corremos tres campeonatos en paralelo a lo largo del año, cual Turismo Carretera: corremos en Chascomús, corremos Buenos Aires, corremos Mar del Plata, Bahía Blanca… Cada evento tiene un premio y al cabo del año hay un ganador de la temporada. Requiere un esfuerzo enorme para viajar. Nosotros viajamos cualquier cantidad... Este año en particular arrancamos allá en enero en Puerto Madryn y ahí vinimos subiendo... La cantidad de kilómetros recorridos con el barco atrás… Nos queda ahora la final del campeonato Provincial a mediados de noviembre”, dijo Carlos. Quien, además, fue confirmado por la Asociación Argentina de Vela para formar parte del comité de medición que tendrá el Mundial de la clase Snipe, que se lleva a cabo este fin de semana en Yacht Club Argentino (dársena Norte). Su tarea allí será la de fiscalizar las embarcaciones previo a las regatas.

Díaz: “De a poquito”

Lucrecia también destacó la importancia del logro deportivo obtenido en Termas de Río Hondo y explicó detalles tanto del trabajo en equipo como de la competencia en sí.

“Cada uno tiene sus funciones, varias, pero estamos todo el tiempo en comunicación. Yo le estoy diciendo a él lo que voy haciendo y él me va diciendo lo que él va haciendo, porque el barco se mueve en conjunto. Yo manejo la vela de adelante y el maneja la vela de atrás. Pero las velas tienen que hacer lo mismo en el mismo momento.  Si una vela hace una cosa y la otra hace otra, el barco no entiende nada y no va a ir ni para un lado ni para el otro”, dijo.

“Pero ya hay tanta conexión y hace tantos años que navegamos juntos y nos conocemos tanto, que muchas veces los dos hacemos el movimiento de la vela sin decirle al otro. Pero todo el tiempo estamos en comunicación porque estamos mirando juntos la cancha, estamos eligiendo, qué lado vamos a usar, estamos decidiendo si nos conviene o no virar… Él está al timón”, agregó.

“Durante toda la competencia lo vivimos distinto al resto de los campeonatos. Un poco nos lo habíamos propuesto y otro poco en realidad nos salió así. Uno se propone un montón de cosas pero cuando estás ahí, sobrevienen un montón de nervios, de tensión y es muy difícil lograr lo que te propones. Pero este año pudimos mantener la idea de navegar tranquilos y enfocados en el campeonato y en la regata”, sostuvo.

“Puntualmente enfocarnos en el momento que estábamos viviendo, sin pensar en más adelante o en cómo íbamos. Más allá de que, por suerte, desde la primera regata quedamos primeros y eso obviamente nos dio cierta tranquilidad. Y así lo fuimos concretando, de a poquito. En la anteúltima regata ya éramos campeones. Y en la última , de la única forma en la que podíamos perder era quedar descalificados o salir últimos. Era muy poco probable, pero podía pasar”, dijo.

“Por ejemplo si largábamos pasados en la línea de largada. Es muy difícil saber si largaste pasado o no. Tenés un tiempo para cruzar esa línea imaginaria que está entre una lancha y una boya, pero si la cruzaste un segundo antes y metiste el barco un poquito adelante, enseguida te ven. Levantan una bandera que indica `barcos pasados´, pero no te dicen que sos vos el que está pasado. Es muy difícil darse cuenta entre tantos barcos. Se busca estar lo más cerca posible de la línea al momento de largar”, explicó.

“La ventaja la tenés ahí, al largar lo antes posible para poder iniciar la regata cómodo, sin chocar con el resto de las embarcaciones, y así encontrar viento limpio lo antes posible. Si largas un poco escondido, digamos atrás del resto, se produce lo que se llama `desvente´ y perdés velocidad. Es sumamente difícil salir de esa situación. Se larga en movimiento, navegando, y hay que maniobrar entre los demás barcos, encontrar algún hueco, meterte, donde nadie te choque o te hagan pasar delante de la línea y disponer de viento limpio. Condiciones que van a determinar cómo podrás desarrollar la regata. Si largaste mal, aunque recuperes, difícilmente llegues en buen puesto”, agregó.

Lucrecia resumió, a modo de balance, lo actuado en aguas santiagueñas.

“Fueron muchos años tratando de lograr esto que es el campeonato más importante de la clase. Y haberlo ganado fue muy emotivo para los dos. Nos largamos a llorar cuando cruzamos la línea en la última regata. Y en relación a lo que significa este logro para el Club, es como la frutilla del postre”, concluyó.