Bahía Blanca | Martes, 01 de julio

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El arte en la portada: una moda de la década del '30

En aquellos años, calificados dibujantes y diseñadores gráficos cumplían un papel destacado en este diario.

En la década del 30, calificados dibujantes y diseñadores gráficos cumplían un papel destacado en este diario, ilustrando en cada edición varias de las principales noticias, acompañando a las fotografías pero teniendo ambos recursos la misma importancia.

Cada primero de agosto, día del aniversario del diario, a los artistas propios se sumaban calificados autores invitados a ilustrar la página principal de esa edición, ocupando tapa tanto del diario como de un eventual suplemento especial.

Las que siguen son algunas muestras de aquella propuesta, que comenzó a perder protagonismo en la década del 40 para dar lugar a otro tipo de composiciones y portadas.

1930, equilibrio

Una mujer sentada, similar a la diosa Minerva que remata el edificio de Sarmiento 64, es elegida para ilustrar la portada del aniversario. No es la conocida Dama de la justicia, no tiene una espada en su mano ni vendados los ojos. Sí una balanza, el equilibrio con que la justicia debiera tratar a todos.

Fue el primer trabajo realizado para el diario por Rafael Bouzo, prestigioso dibujante local, especialista en “dibujo comercial” que en este caso, al decir de este diario, sumaba “la ilustración de la alegoría y la nota patriótica”.

1936, el pintor de Evita

La singular portada de 1936 es obra del talentoso artista Numa Ayrinhac (1881-1951), el mismo que en 1948 y 1951 hiciera los únicos retratos oficiales de Juan Domingo Perón y Eva Duarte.

La primera ilustración representa a la tragedia, la poesía y el amor, considerados tres componentes claves de la tarea del periodismo. La tragedia por la labor diaria, sin descanso, la poesía por el trabajo que se sabe útil a la comunidad y el amor que se tiene por el mismo.

En ese mismo número, una segunda portada de Ayrinhac, un hombre haciendo referencia al trabajo portuario, al progreso de la ciudad. “La figura recia del obrero se perfila, plástica y en actitud de serena altivez, sobre la silueta del gran elevador de granos, índice de la riqueza de la zona y del poderío económico de la ciudad”, se explicó.

No es un detalle menor para estos casos, la aparición del color como parte de la ilustración.

1932, la paciencia

El diario cumple 34 años y la tipografía elegida es art decó, estilo propio de la época, geométrico, de líneas rígidas. La ilustración es atrapante y emotiva.

La protagonista del gráfico es Penélope, sin su bolso de piel marrón, el mítico personaje de la Odisea: la esposa del rey de Ítaca Odiseo, al que espera durante veinte años tras la Guerra de Troya.

Pretendida por varios hombres, Penélope dice que aceptará un nuevo esposo cuando termine de tejer un sudario, al que deshace por la noche y vuelve a tejer durante el día.

La mujer fue elegida como alegoría a la perseverancia del diario de sostener su ideal fundacional, el que le dio nombre y sentido: luchar por Bahía Blanca como capital de una nueva provincia, perseverar con ese objetivo, ser paciente en esa lucha.

Una idea que siempre se renueva, pero que jamás ha logrado despojarse de su calidad de sueño.

1931, con Miraglia

Otra vez la figura de una mujer, con su rostro en riguroso perfil, obra del artista Juan Carlos Miraglia (1900-1983), pintor, dibujante, escenógrafo, ilustrador, humorista, diseñador gráfico, un precursor del arte en Bahía Blanca.

Una mujer con su larga túnica, una rama de olivo en su mano, un rollo de pergamino y como fondo el emblemático edificio del diario, inaugurado dos años antes.

Al pie de página una vista parcial del Panorama de Bahía Blanca, la obra del pintor Augusto Ferrari realizada en ocasión del centenario de la ciudad, en 1928, hoy una obra perdida.

1933, collage

El diario cumple 35 años y la portada en un montaje que utiliza una fotografía aérea de Hilario Bazzana y un fotomontaje a cargo de Domingo Saulnier.

El perfil de la mujer es el de la diosa Minerva que corona el edificio de Sarmiento 64, obra del escultor José Vasco Vian. Mira a una ciudad todavía sin “rascacielos”, donde la torre del palacio municipal domina las alturas.